Tres andaluces se arrepintieron de pedir la eutanasia en 2022
Hasta 17 personas murieron en la comunidad el año pasado esperando asistencia para morir, según Salud
Director de Cuidados Paliativos de la Junta: «El 70% del gasto médico de una persona se da en su último año de vida»
![Una sanitaria atiende a un paciente](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/04/16/ImagenAdobeStock_185990428-RkuMBj2EcV3upScNrZvq1JO-1200x840@abc.jpg)
En 2022 tres andaluces pidieron morir por eutanasia. Sin embargo, antes de que se cumpliese todo el proceso que marca la ley —tiempo de deliberación del paciente, ratificación de su decisión, análisis por un comité...— se echaron atrás. Prefirieron parar el proceso ... y renunciar a esta forma de acabar su vida que ha resultado en extremo polémica y contra la que se han pronunciado en numerosas ocasiones las sociedades médicas y científicas. ¿Qué pasó para que prefirieran un modo de fallecer natural?
Según argumenta el doctor Serafín Romero, presidente de la Comisión Andaluza de Eutanasia, la explicación de ese cambio de opinión pueden ser varias. No pueden desvelar datos privados, claro, pero sí aventura que hay veces en que las opciones de cuidados paliativos que propone el médico acaban convenciendo al paciente por encima de la muerte asistida. A veces, añade, no hay ninguna razón más allá del cambio de parecer.
«Pero sí que ocurre que algún paciente entiende, tras hablar con su médico que, a pesar de tener un pronóstico incierto, en todo momento se le va a atender y acompañar». También, indica el doctor Romero, porque hay ocasiones en que una persona pide la eutanasia pero no está en uno de los supuestos que la ley lo ampara.
Porque, indican desde la Consejería de Salud, no es lo mismo el número de personas que piden la eutanasia que los expedientes que se gestionan sobre esta cuestión. Hay casos en que la petición se rechaza, el paciente desiste o hasta muere antes de una resolución.
Así, el año pasado en Andalucía se dieron 82 peticiones de muerte asistida. De esas, 17 eran de personas que fallecieron antes de que se les diera una respuesta. En total, se generaron 52 expedientes válidos que sí pasaron los filtros. Pero otros cinco pacientes murieron cuando, aún teniendo luz verde, no se les había aplicado la eutanasia. Así, señalan desde el Servicio Andaluz de Salud (SAS), murieron finalmente por eutanasia el año pasado 29 personas.
De esos andaluces que pidieron morir, la práctica totalidad, indica el doctor Romero, lo hicieron por lo que técnicamente es la eutanasia, es decir, cuando un equipo sanitario aplica un cóctel de medicamentos para acabar con la vida del paciente que lo pide. Solo uno optó por la otra modalidad que contempla la ley: tomar un combinado de drogas para suicidarse.
Señalan desde la Consejería de Salud y Consumo en su último informe sobre eutanasia en Andalucía que la mayoría de quienes piden morir lo hacen cuando han pasado los 70 años. La mayoría, de hecho, tienen entre 70 y 79 años. Le siguen quienes tienen entre 50 y 59 años.
Los datos muestran que hay diferencias en los perfiles de los pacientes que piden la muerte asistida según su edad. Los mayores presentan, por norma general, problemas graves crónicos y pluripatológicos. Varias enfermedades sin cura que les producen sufrimiento. Sin embargo, los andaluces de entre 50 y 59 años que han accedido a la eutanasia suele ser porque padecen algún tipo de «enfermedad neurodegenerativa o neurológica», indica el doctor Romero.
«Antes uno se moría en casa y a ese proceso asistía toda la familia, del más pequeño al mayor», recuerda este médico. Ya no es así y, de hecho, «la mayoría ya no hemos visto morir a nuestros seres queridos. En algún caso ni siquiera los hemos acompañado en las últimas horas», añade.
Los datos de Salud corroboran esa idea. De hecho, de las 29 personas que murieron por eutanasia el año pasado 28 lo hicieron en el hospital. Solo una eligió su casa. Eso sí, en ambos casos la ley permite que le acompañen sus seres queridos. Sin embargo, esto no es una novedad de la muerte asistida. Porque, recuerda el doctor Romero, en el proceso de humanización de la sanidad andaluza ya hay UCIs y hospitales que cuentan con salas para que quienes están próximos a morir pasen sus ultimas horas con quienes eligen en un ambiente más íntimo y una entrada independiente.
Médicos objetores
La Ley de eutanasia, auspiciada por el Gobierno de Pedro Sánchez y que ha sido ampliamente criticada por el colectivo médico, tiene solo en Andalucía más de 800 sanitarios objetores. No son muchos si se compara con los 40.000 doctores que hay colegiados en la comunidad, indica Romero. Pero él mismo concede que la cifra real es mucho mayor: «Hay quien no se habrá apuntado aún al registro porque es algo que generó polémica y porque aun no les haya llegado un caso a ellos».
Así, este médico cree que la cifra subirá. Sin embargo, y sin opinar sobre el fondo de la norma, asegura que es importante que haya doctores involucrados porque «la ley hay que cumplirla, así que mejor que sea con garantías y que solo se aplique en lo que se ha aprobado y siempre dentro de los márgenes de la norma.
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