La siniestralidad laboral aumenta en Andalucía: cada tres días muere un trabajador en el tajo
La región suma este año 109 fallecimientos, lo que supone un aumento del 5,8% respecto a 2023
Han sido 88.921 los accidentes laborales registrados en lo que va de año, 760 más
Muere un joven de 28 años en un accidente laboral en Jimera de Líbar
Los accidentes laborales se cobran la vida de 94 trabajadores en Andalucía en lo que va de año
Trabajadores en los terrenos de la Rinconada, en Córdoba
La siniestralidad laboral en Andalucía ha aumentado en este 2024. En total, se han registrado 88.921 accidentes relacionados con el trabajo, según los datos recopilados hasta el 31 de octubre, lo que significa 760 sucesos más de este tipo que en el mismo ... periodo de 2023, cuando ocurrieron 88.161. El 16,76% del total de accidentes de trabajo que se producen en España ocurren en esta comunidad autónoma. Este incremento no solo afecta al número total de accidentes sino también a la gravedad de los mismos, con un total de 109 fallecimientos, frente a los 103 del año anterior, un aumento del 5,8%. Esto equivale a una muerte laboral casi cada tres días.
Del total de accidentes registrados, 87.891 fueron leves, lo que supone una gran mayoría. Según los datos que aporta la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía, en colaboración con el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, se contabilizan 921 accidentes graves. Esto evidencia la prevalencia de incidentes menores como la persistencia de situaciones de riesgo extremo que conducen a consecuencias fatales.
Los ocurridos durante la jornada laboral representan la mayor parte de los casos, con 75.813 incidentes, de los cuales 75.022 fueron leves, 705 graves y 86 mortales.
Por otro lado, los accidentes 'in itinere' —aquellos que suceden durante el desplazamiento hacia o desde el trabajo— sumaron 13.108 casos, incluyendo 12.869 leves, 216 graves y 23 mortales. Esta cifra cobra especial importancia cuando se compara con los 12.662 que sucedieron desde enero hasta octubre del año anterior. Esta diferencia supone un aumento de más del 3,5%.
La distribución territorial de la siniestralidad refleja significativas diferencias entre provincias. Sevilla lidera en número de accidentes, con 23.370 casos, seguida de Málaga, que reporta 18.985 y se posiciona como la provincia con mayor número de fallecimientos laborales, con 24 muertes. Cádiz contabiliza 11.732 accidentes, mientras que Almería registra 8.143 incidentes y 18 muertes. Córdoba y Granada presentan cifras similares, con 7.777 y 7.660 accidentes, respectivamente, y diez y once fallecimientos. Por su parte, Huelva, con 6.150 accidentes, y Jaén, con 5.104 casos, son las provincias andaluzas con menor número de siniestros laborales.
El número de fallecidos, teniendo en cuenta las provincias andaluzas, por norma general, va de la mano con los accidentes totales. Almería y Sevilla encabezaron la lista con 18 muertes cada una, seguidas por Málaga con 17. Jaén registró 15 muertes, mientras que en Cádiz y Granada se contabilizaron 12 y 11 fallecimientos respectivamente. Córdoba y Huelva han sido las que menores cifras han registrado, con diez y ocho personas que han perdido la vida en este 2024, respectivamente.
El análisis por género pone de manifiesto una marcada desigualdad: los hombres concentran la mayoría, con 61.119 incidentes de este tipo y 101 fallecimientos (92,66 % de las muertes laborales). Las mujeres, por su parte, registraron 27.802 sucesos y ocho perdieron la vida (7,34%). Esta disparidad está estrechamente relacionada con la mayor presencia masculina en sectores de alto riesgo como la construcción, la industria y la agricultura.
Sectores económicos
La siniestralidad laboral también varía según el sector económico. El ámbito de los servicios es el más afectado, con 54.802 accidentes, lo que representa el 61,7% del total. Esto se explica debido a la alta concentración de trabajadores en actividades como la hostelería, el comercio y el transporte, donde predominan riesgos como caídas al mismo nivel y lesiones por esfuerzos repetitivos.
La construcción, con 14.257 percances (16% del total), tiene como principales factores de riesgo los trabajos en altura, el uso de maquinaria pesada y las condiciones laborales cambiantes.
La industria reporta 12.459 incidentes (14% del total), con amenazas asociadas a la manipulación de maquinaria, productos químicos y materiales pesados. Por último, la agricultura contabiliza 7.403 accidentes (8,3% del total), siendo el sector con menor representación en este ámbito.
En los grupos más jóvenes, se registraron 96 accidentes laborales entre personas de 16 y 17 años, cifra que aumenta considerablemente a 936 en el caso de los jóvenes de 18 y 19 años. En la franja de 20 a 24 años, los incidentes se incrementan drásticamente hasta alcanzar los 6.736 casos, y llegan a 8.379 entre los trabajadores de 25 a 29 años. El grupo de 30 a 34 años suma 9.949, mientras que los trabajadores de 35 a 39 años experimentan un incremento significativo con 10.515 casos.
Esta tendencia al alza alcanza su punto más alto entre los 40 y 44 años, con 12.556 accidentes laborales. Posteriormente, aunque sigue siendo elevada, la siniestralidad laboral empieza a disminuir. Entre los 45 y 49 años se reportan 13.084 casos, mientras que los trabajadores de 50 a 54 años registran 11.690 percances. Entre los 55 y 59 años, el número de accidentes desciende a 8.932, y para el grupo de 60 a 64 años, la cifra se reduce a 5.590 casos. Finalmente, en las personas de 65 años o más, se contabilizan 949 incidentes de este tipo.
Los golpes contra un objeto inmóvil mientras el trabajador estaba en movimiento fueron los más frecuentes dentro del total de los incidentes, con 27.914 sucesos, destacando como un problema común en sectores como la construcción y los servicios. Le siguieron los choques contra un objeto en movimiento o colisiones, con 24.752 accidentes, habituales en actividades relacionadas con el transporte y el uso de maquinaria. Los sobreesfuerzos físicos y la exposición a radiaciones representaron 19.416 casos, reflejando la incidencia de actividades que implican cargas pesadas o posturas repetitivas.
Por otro lado, el contacto con agentes cortantes, punzantes o duros produjo 8.477 accidentes, especialmente en la industria y la construcción, mientras que aquellos en los que los trabajadores quedaron aplastados, atrapados o sufrieron amputaciones sumaron 2.709 casos vinculados al uso de equipos y maquinaria pesada.
El contacto con corriente eléctrica, fuego, temperaturas extremas o sustancias peligrosas generó 3.505 percances, siendo un riesgo frecuente en sectores industriales y agrícolas. Las mordeduras o patadas (de animales o personas), contabilizan 1.248 casos. Los ahogamientos, quedar sepultado o envuelto alcanzaron los 199 accidentes, generalmente asociados a tareas en entornos peligrosos o confinados.
Finalmente, se registraron 365 incidentes sin información disponible sobre su causa específica, y 180 percances relacionados con patologías no traumáticas, como infartos o derrames cerebrales, y otros contactos no clasificados.
UGT alerta de la situación
Julián Vileya, secretario de Relaciones Laborales y Empleo de UGT Andalucía, en declaraciones a ABC, explica que la labor que realiza la Junta no es interpretar los datos, «sólo los publica».
Las estadísticas tan alarmantes de los tres años anteriores propiciaron el Plan de Choque para prevenir riesgos laborales. «El año 2022 fue un desastre en prevención inaudito» recalca. Expone que «si nos fijamos en ese año, podemos decir que el índice ha bajado», pero eso sería compararlo con una «debacle».
Sobre la Estrategia de Salud en el Trabajo en Andalucía, reconoce que «no la apoyamos porque no hay medidas novedosas». Con los datos que maneja la UGT, en el que incluyen noviembre, «contabilizamos 114 fallecidos».
Este representante sindical está convencido de que «en España se trabaja con inseguridad y con riesgo», por lo que existen «sectores en los que sus trabajadores se exponen a situaciones muy peligrosas».
Los accidentes 'in itinere' en este 2024 han aumentado más de un 3,5%. «Ahí está uno de los grandes problemas de este año», explica. Esto se debe a que «mucha gente va al trabajo diariamente y no se contempla un plan de movilidad o un plan de flexibilidad». En este sentido, añade que algunos accesos a ciertas ciudades son «nefastos».
El Real Decreto Legislativo 5/2000 recoge diferentes tipos de sanciones en materia de prevención de riesgos laborales, desde leves, con multa de 45 a 485 euros; en su grado medio, de 486 a 975 euros; y en su grado máximo, de 976 a 2.450 euros. Esto, según cuenta Vileya, provoca «numerosas infracciones» por incumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, y eso ocurre porque «queda mucho trabajo por hacer».
Más inspectores
A esto, suma la importancia de incorporar a «muchos más inspectores de trabajo». Además, reclama «la creación de la figura del delegado territorial de Prevención de Riesgos Laborales en las empresas», porque «no tienen representación sindical y es donde más accidentes de producen». Es consciente de que los datos mortales son llamativos y tienen «consecuencias irreversibles», pero hace hincapié en los incidentes con baja laboral, que pese a ser leves, son muchísimos y eso conlleva un «coste económico importante para la comunidad difícil de afrontar».
Desde UGT explican que «entre un accidente mortal y uno grave hay un metro o un segundo. Dentro de los incidentes graves, desconocemos las circunstancias en las que queda la persona, la Junta únicamente da la cifra global, pero dentro de ellas hay «diferentes consecuencias que puede sufrir el trabajador».
Ante la preocupante situación de la provincia de Almería en este ámbito, donde la incidencia ha aumentado y se dan situaciones de «explotación» en algunos de invernaderos, reclama la «creación de una unidad especializada en prevención de riesgos laborales». Añade que consideran crucial «fortalecer los laboratorios del Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales», además de «garantizar la calidad de los servicios de prevención».
Por último, sostiene que una de las clave está en «sensibilizar y concienciar a la ciudadanía a través de campañas efectivas del Instituto Andaluz de Riesgos Laborales». Todo ello, explica, debe ir acompañado de un «compromiso firme para garantizar que las personas acudan a sus puestos de trabajo con salarios dignos y en condiciones laborales adecuadas», pues «la precariedad es un factor que no podemos ignorar en la lucha contra este problema».
Datos alarmantes, según CCOO
El sindicato CCOO expresa una «profunda preocupación por la siniestralidad laboral en Andalucía, especialmente ante el «aumento de la mortalidad» durante este año. La tendencia en cuanto a las cifras mensuales está siendo parecida a la de los últimos meses, pero son datos «alarmantes», además de superar los que se contabilizaron el pasado año en este intervalo de fechas. En este sentido, advierte del incremento de los accidentes in itinere.
Este problema se agrava en Jaén y Almería, donde la incidencia de accidentes mortales «ha crecido de manera significativa. Los sectores de construcción e industria destacan por un notable aumento de la siniestralidad, mientras que las mujeres son las principales afectadas en accidentes in itinere y los hombres en jornada laboral», explica. Y recalca: la población joven, de entre 16 y 35 años, «es el grupo más vulnerable».
Este sindicato sostiene que se trata de «un drama social y humano» y que requiere de «medidas urgentes», tanto por parte de la Junta de Andalucía como del Ministerio de Trabajo del Gobierno de España.
La secretaria de Salud Laboral de CCOO, María José López, valora pese a las malas cifras el plan de choque contra la siniestralidad laboral finalizado en agosto, pero recalca la importancia de la Tercera Estrategia de Salud en el Trabajo en Andalucía, vigente de 2024 a 2028, que «prioriza la reducción de la siniestralidad y la mejora de las condiciones de trabajo». Entre las acciones contempladas destaca el asesoramiento en procedimientos y sistemas de protección, formación específica para trabajos en altura, proyectos de investigación sobre accidentes 'in itinere' y estudios sobre la población migrante, un colectivo que destaca es «especialmente vulnerable».
Asimismo, subraya la importancia de «fomentar buenas prácticas en prevención de riesgos laborales». CCOO afirma que el diálogo social es «esencial», pero insisten en la necesidad de una «mayor inversión».