La raíz del dilema moral
A partir primero de la autorización de la comercialización en toda España de la píldora poscoital y sobre todo, desde que la Junta de Andalucía anunció que la recetaría el sistema sanitario andaluz y obligaría a todos los farmaéuticos a proporcionarla, ha surgido una fuerte polémica basada en la duda de si esta píldora es un anticonceptivo como mantiene la Junta y la empresa que la comercializa, o si es un abortivo como mantiene la Iglesia, que por otra parte también reprueba los anticonceptivos, y algunos farmacéuticos que alegan objeción de conciencia.
La raiz de esta duda la cifraba la catedrática de Farmacología de la Hispalense, Elisa Marhuenda, en el momento en que se considere que empieza la vida: «Si se entiende que la vida comienza con la fecundación de un óvulo por un espermatozoide, la píldora, puesto que impide que ese óvulo fecundado se implante en el útero, puede considerarse abortiva; si por el contrario, se entiende que no hay embarazo hasta que el óvulo fecundado se implanta en el útero, lo que sucede cinco o seis días después de la fecundación, no se la consideraría abortiva puesto que el óvulo no llega nunca a implantarse».
La profesora Marhuenda matizaba incluso que «clínicamente no se suele considerar que hay embarazo hasta que no hay implantación, pero eso ya es materia de cada uno».
En el mismo sentido, el catedrático de Ginecología, Sánchez Ramos afirmaba que hoy en día la existencia de un óvulo fecundado se detecta ya con análisis prácticamente desde el primer momento incluso antes de la implantación.
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