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La píldora del día después: así funciona

Farmacólogos y ginecólogos coinciden en minimizar los riesgos de la ingesta de la píldora del día después «en ocasiones excepcionales» al igual que coinciden en que las consecuencias del abuso de este fármaco «ni siquiera se conocen bien porque no se plantea en ningún caso que se pueda tomar de forma habitual, y nadie se prestaría a tomar esas dosis hormonales habitualmente».

Un farmacéutico vende una caja de la polémica píldora postcoital. Archivo

La píldora del día después, cuya comercialización ha sido autorizada por el Gobierno de España hace escasas semanas y que se expende con el nombre comercial de Norlevo, no es otra cosa que una dosis alta de «progestágenos» una de las hormonas que regulan de forma natural el ciclo ovárico de la mujer, según explicó a ABC, la catedrática de Farmacología y experta en anticonceptivos Elisa Marhuenda.

Así pues el «levonorgestrel» que es el nombre del principio activo de esta píldora poscoital es un progestágeno igual a los que produce naturalmente el cuerpo de la mujer para regular la ovulación. «La menstruación -dice la profesora Marhuenda- se rige por los estrógenos y los progestágenos y por eso estas hormonas son la base de las píldoras anticonceptivas de siempre, sólo que en las píldoras anticonceptivas habituales según los días del ciclo varían las cantidades de estrógenos y progestágenos. de forma que al ser suministrados desde fuera el cuerpo no los libera y se impide la ovulación».

En el caso de la píldora poscoital que sólo contienen progestágenos «lo que ocurre -según Elisa Marhuenda- es que al administrarlos por vía oral el dosis altas se altera ese ciclo ovárico y se impide la ovulación o bien si ya se ha producido la ovulación e incluso hubiera un óvulo recién fecundado se impide la implantación del mismo por la alteración que la hormona produce en el endometrio. Así, al impedir la implantación de ese óvulo fecundado se evita el embarazo».

Tanto la profesora Elisa Marhuenda como el catedrático de Ginecología Sánchez Ramos, coincidieron en afirmar a ABC que si el óvulo se encontrara ya implantado en el útero en el momento de la toma de la píldora del día después, no se produciría el aborto y «ni siquiera tendría efectos secundarios para el feto».

EFECTOS SECUNDARIOS

Los efectos secundarios de la ingesta del «levonorgestrel» el componente de la píldora poscoital son «mínimos», según el citado catedrático de Ginecología, quien en ese sentido lo comparó con el método que se utiliza antes: el de Yuzpe. «El método de Yuzpe consistía en una ingesta de dosis altas no sólo de progestágenos sino también de estrógenos, y producía habitualmente vómitos, náuseas, y dolores en las mamas. Estos síntomas quedan muy atenuados con la ingesta sólo de los progestágenos, o sea con la actual píldora poscoital».

Asimismo, la catedrática Elisa Marhuenda, decía que efectivamente se podían producir este tipo de efectos secundarios que no son graves, ni un riesgo para la salud, aunque advertía contra la ingesta de esta píldora sin prescripción médica por sus posibles interacciones con otros medicamentos que se puedan estar tomando y también en los casos de madres lactantes «porque las hormonas pueden pasar al bebé a través de la leche».

Otro posible riesgo de la píldora poscoital que citaba la profesora Marhuenda es el de embarazo «ectópico», o sea fuera del útero. Explicaba que en caso de que cuando se tomara la píldora hubiera ya un óvulo fecundado pero no implantado en el útero, la alteración del endometrio impediría su implantación, pero podían surgir riesgos de que se quedara en las trompas o sea lo que se conoce como embarazo ectópico o extrauterino.

Sin embargo, el catedrático de Ginecología Sánchez Ramos minimizaba este riesgo y prácticamente lo desechaba por improbable. Explicó que «en primer lugar, cuando se toma la píldora porque ha fracaso el método anticonceptivo o simplemente no se ha utilizado no tiene por qué haber un óvulo fecundado, y si lo hay lo más habitual es que no se implante y punto».

En cualquier caso, el profesor Sánchez Ramos, quien ejerce en el Hospital Macarena advirtió que «estamos empezando a hacer análisis de embarazo a las mujeres que piden la píldora porque hemos detectado que la polémica en los medios de comunicación sobre si es abortiva o no, ha llevado a muchas mujeres a confundirla con la RHU, que sí es una píldora abortiva, y vienen pidiéndola ya embarazadas». El profesor Sánchez Ramos opina también que si la píldora poscoital la toma una mujer embarazada «no la hará abortar y no tiene por qué tener efectos tampoco en el huevo».

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