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Pedro Sánchez, de campaña por Andalucía

El líder de los socialistas visita Córdoba, Granada y Málaga tras su fugaz paso por la Feria de Sevilla

Pedro Sánchez en su recorrido por la Feria de Abril de Sevilla E. P.

STELLA BENOT

Pedro Sánchez ha decidido tomar las riendas del partido, ejercer el poder que (al menos teóricamente) tiene y, sobre todo, mostrarlo en público. Y empezó el pasado miércoles con la vista a la Feria de Sevilla que hoy completa con un recorrido por varias ciudades andaluzas, Córdoba, Granada y Málaga , en las que va a mantener encuentros con los militantes y con los cuadros del partido. En Granada, por ejemplo, va a presidir la Ejecutiva Provincial del PSOE , una prerrogativa a la que el secretario federal puede acogerse cuando estime oportuno sin que nadie pueda impedírselo.

La explicación oficial a esta visita es que Pedro Sánchez quiere recorrer Andalucía que es el territorio que menos ha pisado desde que es secretario federal de los socialistas. Pero en clave interna se interpreta de otra manera mucho más aviesa. Es la prueba para que Susana Díaz sepa que está dispuesto a llegar hasta el final en esta guerra soterrada que a ninguno de los dos conviene librar en campo abierto. La presidenta ya ha dicho que espera hasta el 23 de abril (fecha límite para que Sánchez consiga el Gobierno) para decidir si se va a Madrid (como asegura su entorno que le piden muchos) o si se queda en Andalucía. El camino está, enmedio, lleno de trampas.

Pedro Sánchez, en la Feria de Sevilla E. P.

Y una de ellas fue la fugaz visita a la Feria de Sevilla el pasado miércoles. La sorpresiva visita se interpretó inmediatamente en la dirección del PSOE andaluz como una declaración de guerra: «Pedro viene a tocarnos las narices» y, por eso todo estuvo enfocado a que así se entendiera.

Las llamadas de Ferraz el martes por la mañana tanto al partido, (al secretario de Organización Juan Cornejo ) como el Gobierno andaluz (a Máximo Díaz Cano , secretario general de Presidencia) anunciando la visita a Sevilla para el miércoles y pidiendo un programa para el líder no pudieron sentar peor en Andalucía.

Y se lo hicieron ver a Pedro Sánchez y a todos los que tuvieron los ojos lo suficientemente abiertos. El secretario federal bajó solo a la capital hispalense y nadie con mando ni en el PSOE andaluz ni en el sevillano lo acompañó por la calle. Le hicieron el programa, eso sí, porque otra cosa hubiese sido un agravio competencia del Comité de Ética y Garantías, pero con muy poco mimo.

El plan era de libro. A las 14.00 horas recepción en la Caseta de la Ser para continuar por la de UGT, Comisiones Obreras y la del PSOE . Muy social, dentro de los objetivos del viaje y aprobado por Ferraz. Pero nadie le explicó los tiempos de la Feria y la de horas que hubiese necesitado para poder ejecutarlo con éxito. Porque Sánchez cogió el AVE a las 5:45 horas y sólo tuvo tiempo de ir a la caseta de la Cadena Ser -donde Susana Díaz lo hizo esperar una hora mientras ella cumplía en la del Ayuntamiento, un detalle que nadie mencionó a Sánchez- y una fugaz visita a la de la UGT. Pero nada de militantes, ni de contacto con el partido. No hubo tiempo.

El pulso echado a Susana Díaz lo dejó al margen de los ciudadanos a esos a los que quería acercarse. Trató de mostrar su poder a la presidenta en su tierra y ella lo confinó a una burbuja de cámaras y de periodistas que sólo algunas personas se atrevieron a traspasar para hacerse fotos, dedicarle algunas palabras o increparlo.

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