Dos fotos

No menos gratificante fue el posado que hicieron el miércoles la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, y el nuevo alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, portando los planos del proyecto de la línea 3 del Metro de Sevilla. Ese eslabón perdido de la red de nunca acabar.

Quiero ver en esa foto otra forma de hacer política, una alternativa a la confrontación, que será una rentable apuesta para sus actores si demuestran con hechos su capacidad de colaboración. Veo a un alcalde decidido a reivindicar, de novel optimismo en su anuncio de un compromiso de inversión que asegura hará público la ministra de Transportes en una visita antes de final de mes y en la que dice aprovechará para recordarle el retraso de la SE-40 o la necesaria conexión ferroviaria de Santa Justa con el aeropuerto sevillano. La naturalidad con la que ha hecho estas peticiones y con las que ha asumido su papel institucional y sus relaciones con otras administraciones hacen pensar de inicio que Muñoz está decidido a tener mucha más proyección como alcalde que como sucursal de partido. Y veo plano en mano a Carazo, esa consejera a la que Juanma Moreno llamó en el último minuto, convertida en ejemplo de la sobria y rentable política del trabajo, en la que los logros avalan los discursos, merecedora de aquel eslogan de «eficacia probada» que tanto y bien ambienta a un gobierno.

Ambas fotos valen mucho más que la verborrea de las excusas tras la que se parapetan los pesimistas. Quiero ver en ellas la única forma decente de ejercer la política en tiempos tan inciertos. Y quiero creer que cuando la memoria regrese del futuro llevará estas dos fotos de la semana en su equipaje, aunque en el fondo sepa que hoy no son más que una redada de sonrisas instantáneas.