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Condenado a diez años de cárcel por violar y matar a una anciana

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén ha condenado a 22 años de prisión y a pagar una indemnización de 15 millones de pesetas (90. 151, 82 euros) a Francisco N. D. , de 20 años, por el asesinato y violación de Francisca Díaz, de 73 años y ex suegra de su hermana, tras penetrar en su domicilio de Baños de la Encina el 18 de marzo de 2000.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, le condena a 15 años de prisión por el delito de asesinato, seis años más por agresión sexual y un año por allanamiento de morada, mientras que la indemnización en concepto de responsabilidad civil se pagará al hijo de la víctima, Antonio Llopis Díaz.

La Audiencia considera probado que Francisco N. D. , en la noche en que ocurrieron los hechos, «tras haber consumido tres o cuatro litronas con unos amigos y otros tantos cuba-libres en diversos establecimientos», se dirigió a casa de su cuñado, con el que mantenía fuertes desavenencias después de que éste se separase de su hermana y que vivía con la víctima, y penetró en el interior aún sabiendo que Antonio Llopis trabaja de noche y no estaba allí.

La víctima estaba dormida, y se depertó al oir el ruido, momento en el que Francisco N. D. penetró en su dormitorio y la golpeó repetidas veces en la cara y la cabeza con los puños dejándola inconsciente, tras lo cual la violó y la abandonó agonizante en la vivienda.

Añade la setencia que Francisca Díaz resultó por la agresión «con lesiones gravísimas en la cara y cabeza consistentes en cinco heridas de tipo contusión y graves hematomas», que le produjeron «la parálisis de centros vitales nerviosos por la instauración de un edema cerebral difuso consecutivo a un traumatismo craneoencefálico que le produjeron la muerte momentos después».

El hijo de la víctima descubrió posteriormente el cadáver de su madre y denunció los hechos a la Policía. Esta, durante el registro del lugar de los hechos, descubrió un llavero propiedad del condenado, que en un principio negó que fuera suyo, aunque después lo reconoció, lo que fue determinante para su detención y puesta a disposición judicial.

En la vista oral del juicio, celebrada la semana pasada, el acusado confesó que llegó a agredir a su víctima, aunque aseguró que «no quería hacerle daño», si bien reconoció sentir «un gran odio» hacia el hijo de ella, que había estado casado anteriormente con la hermana de Francisco N. D.

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