El Servicio Andaluz de Empleo sabe calcular tu probabilidad de encontrar trabajo gracias a la Inteligencia Artificial

La novedad más reciente es la aplicación del perfilado estadístico para afinar más las opciones del demandante de empleo. A grandes rasgos, el sistema va a dejar de apoyarse únicamente en datos consolidados, pero del pasado, y va a ser capaz de lanzar predicciones de futuro para orientar qué movimientos son los más efectivos para que la persona encuentre trabajo.

En ese sentido la Inteligencia Artificial (IA) será una herramienta clave, pues cruzando datos con las empresas de la zona -localidad, provincia o región- y con otras fuentes de información de múltiples ámbitos clarificará qué nichos precisarán de profesionales y, lo que quizá es aún más interesante, cuál es el grado de empleabilidad de la persona.

Por ejemplo, tomando el caso real de una mujer de 24 años residente en el municipio gaditano de Arcos de la Frontera y perteneciente al grupo A, es decir, de nivel de inserción laboral alto, su probabilidad de encontrar trabajo a corto plazo es media, de un 54 por ciento.

El perfilado estadístico llega a esta conclusión, que presenta en tres colores como si fuera un semáforo -en este caso, en ámbar- al analizar el impacto de varios factores. Lo que le influye más positivamente es que su último empleo haya sido dentro del grupo Q de actividades económicas, es decir, sanitarias y de servicios sociales, incluyendo los establecimientos residenciales. También le juega a favor que tiene experiencia (entre 0 y 11,8 años) en actividades financieras y de seguros -las relativas a la sección K-. Otras cuestiones que la posicionan al alza es su formación académica, un Grado Superior de FP, y que no se cierra ni a trabajar presencialmente ni a hacer por la vía telemática del teletrabajo.

Por contra, y por este orden, le resta tantos por ciento estar en desempleo durante más de cuatro años, pertenecer a un colectivo especial, percibir una prestación durante cuatro años o menos y ser de género femenino.

La IA actúa calibrando todo ese equilibrio de fuerzas para las ocupaciones que aspira desempeñar y para la disponibilidad geográfica indicada. No es que el simple hecho de ser mujer sea un lastre laboral, posiblemente en otros sectores o zonas sea un plus frente a otros demandantes de empleo.

O incluso si en vez de pretender una incorporación a corto plazo se amplía el margen a una mayor temporalidad. Por ejemplo cuando se otea en el horizonte la apertura de un gran centro de trabajo con necesidad de nueva plantilla, unas ayudas de la Administración que incentiven la contratación de este perfil, la matriculación de cursos con los que ampliar currículum...

De hecho el Modelo de Gestión Intgral posibilita al técnico de Empleo hacer recomendaciones no sólo de movilidad —si ciertos kilómetros más allá del radio seleccionado por el demandante hay trabajo— o de ocupaciones distintas pero a las que puede aspirar, también puede asesorar sobre contenidos formativos reales.

De un vistazo, el programa muestra qué acciones hay en fase de inscripción y dónde. En este mismo caso, la joven arcense podría mejorar sus posibilidades laborales a través de un curso de 'Inglés C1' de 240 horas que puede hacer en Almería, Malága o Jerez de la Frontera; o con otro para adquirir 'Competencias clave de nivel 3 para certificados de profesionalidad sin idiomas: comunicación en lengua castellana y competencia matemática' de 400 horas en Algeciras, Jaén o Córdoba.

Desde la Consejería de Empleo atribuyen gran valor a estos avances, teniendo en cuenta que «cuando llegamos al Gobierno el SAE no tenía ni base de datos cruzada entre empresa y trabajadores», explica Rocío Blanco.

Tras esta apuesta de actualización de los medios tecnológicos, unida a una reorganización del personal, ahora se puede «ofrecer un diagnóstico individualizado a cada persona» y, sobre todo, alcanzar una previsión: «como va con IA vamos a ir aprendiendo, nos adelantaremos a la formación que necesita el tejido productivo en cada momento», concluye.

El perfilado estadístico se unirá en breve a otros cambios ya introducidos en el SAE como la libre elección de oficina entre las 193 que componen la red. El código postal ya no vincula obligatoriamente a un punto de atención, lo que flexibiliza las posibilidades si la persona divide su semana entre varias ubicaciones, si le urge la cita presencial y no le importa recorrer más distancia para ser atendido o si directamente no quiere acudir a su oficina asignada.

De hecho la cita podrá ser incluso telefónica si la persona se ha inscrito utilizando cualquiera de los medios de autenticación oficiales —Cl@ve, certificado digital, DNI electrónico...—salvo que la causa de la visita rija trato presencial.

Cada vez es menos obligatorio asistir a la oficina de empleo. El usuario ya puede cambiar los datos de su demanda de manera telemática —por la web la app—, incluida la ocupación profesional a la que quiere optar, algo vital si se ha topado con una oferta que, de no cambiarla con rapidez, le dejaría fuera. Igualmente puede hacer la inscripción inicial completa, e inmediata, solicitar prestación o subsidio, acceder a programas y recursos...

Entre el 1 de enero y el 9 de mayo, el 67,6% de las nuevas inscripciones se realizaron con este formulario de autoinscripción virtual.