El destino del último narco submarino mete al Guadalquivir en la nueva ruta mundial de la cocaína
En el último trimestre se frenó la entrada de 18.000 kilos de esta droga a través del río
Un sevillano, a los mandos del narcosubmarino que se dirigía al río Guadalquivir con 6,5 toneladas de droga
Como ya venía ocurriendo en los últimos meses, el río Guadalquivir ha vuelto a ser noticia por su uso como vía de entrada de grandes cantidades de droga por parte del narcotráfico y los grupos organizados.
Cada vez que trasciende un operativo de los Cuerpos ... y Fuerzas de Seguridad del Estado en este cauce, la incautación no baja de la tonelada. La reciente Operación 'Nautilus' ha desvelado que el semisumergible que había partido desde Brasil con destino a la Península Ibérica iba cargado con 6.500 kilos de cocaína.
No hay que retroceder demasiado en el tiempo para encontrar el intento precedente de colar droga en España a través del Guadalquivir.
El pasado martes 4 de febrero, era la Policía Antinarcóticos de Colombia la que daba con 1,6 toneladas de la misma sustancia escondida entre un envío de doscientas cajas de plátanos. De no haber sido interceptada por el servicio de Aduanas del país latino, el cargamento habría llegado en un carguero al Puerto de Sevilla. De hecho, si bien la empresa exportadora es colombiana, la importadora tenía su sede en Sevilla. En los últimos meses se habían llevado a cabo 83 exportaciones, no necesariamente vinculadas con asuntos del narco.
Apenas dos semanas atrás, la exitosa Operación 'Colinas', llamada así por el poblado cercano a los pinares del municipio ribereño de La Puebla del Río (Sevilla), se saldó con una aprehensión de casi tres toneladas de cocaína.
Los fardos fueron hallados en una nave que hacía las veces de 'guardería de la droga', y tras ser examinados por los efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil se constató que podrían provenir del Archipiélago oceánico de la Polinesia. Los paquetes venían marcados por la bandera de Samoa.
De hecho, el activo inicio de 2025 no ha hecho más que recoger el testigo de un año previo repleto de movimientos del narco en la corriente del Guadalquivir. El 27 de diciembre, en la cercana Coria del Río, la Benemérita se incautaba del mayor volumen de droga introducido por una embarcación semirrígida hasta la fecha: siete toneladas. Gracias al registro de una finca que había sido ampliamente investigada se hallaron, incluso, dos zulos bajo tierra.
Desde que se ha redoblado la vigilancia en el entorno gallego, el narco está apostando por esta entrada sureña de la droga. Los diversos canales y marismas aportan un intricado sendero donde no siempre hay ojos de la Autoridad. De hecho, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ya han transmitido que precisan más efectivos para blindar la zona que, a la luz de estos últimos casos, ya no es sólo reclamo de traficantes marroquíes de hachís. El fin del OCON-Sur les ha terminado de dar la impunidad que necesitaban.
Entrenamiento paramilitar
Esta carencia se contrapone con el creciente acopio de armamento —y adiestramiento de uso— de estos grupos criminales. En la citada Operación Colinas, los responsables de vigilar la droga en la nave tenían formación paramilitar y contaban con armas de guerra.
De hecho, el foco no sólo está en la zona fluvial más cercana a la capital hispalense. La propia desembocadura sanluqueña, así como municipios más o menos cercanos como Trebujena, Chipiona, Chiclana de la Frontera o Barbate también forman parte del radio de actuación del narcotráfico que opta por el Guadalquivir, y no por el Campo de Gibraltar, para hacer llegar su mercancía a distintos países de Europa.
En ese sentido se recuerda muy especialmente la persecución que tuvo lugar a finales de agosto en la costa de Sanlúcar de Barrameda en la que, por una colisión de la narcolancha, terminó muriendo uno de los tripulantes y otros cuatro resultaron heridos. El Servicio Marítimo de Cádiz y Huelva de la Guardia Civil, así como la Comandancia de Cádiz y el Grupo Antiterrorista Rural (GAR) logró evitar que entrasen en territorio español 121 fardos de hachís.
Desde la AUGC de Cádiz han manifestado el hartazgo e impotencia ante la obligación de detener a estos criminales, aún jugándose la vida, «para que luego el juez los deje libres». Sin ir más lejos, la pasada semana se detuvo a una veintena de personas en una macrooperación contra el menudeo en Coria. Este martes se puso en libertad provisional a once de ellos.
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