El PP se pega un tiro en el pie
En la gestión, ciertos errores son inevitables; pero insistir en el error sí es evitable
Los animales políticos, como todos los animales, detectan bien el olor de la debilidad de sus rivales
La corrupción zombi del PSOE
Como advertía Frank Underwood en House of Cards: «El camino hacia el poder está pavimentado de hipocresía». Y añadía: «Y de víctimas». En el PP no irán ahora a caerse del caballo con la revelación de que el PSOE acusa cínicamente a este Gobierno por ... hacer, en buena medida, lo mismo que hacían ellos cuando estaban en el Gobierno. Eso está descontado. En política, como también decía el protagonista de House of Cards, sólo hay dos opciones: cazar o ser cazado. Y esta semana han cazado al PP con la orden para actualizar las tarifas de los conciertos sanitarios con la privada. Tal vez sólo en un renuncio, pero aquí no se juzgan intenciones sino hechos. La consejera acudirá al Parlamento para explicar, por enésima vez, que es una actualización de la tarifas aprobadas por el PSOE y que no privatiza nada, sólo se prevén contingencias.... Si tienes que explicar algo cien veces es porque no tiene una buena explicación.
Por supuesto, no se va a privatizar la sanidad andaluza. Pero ese es otro asunto. Nadie aumenta la inversión en sanidad pública de nueve a trece mil millones porque no crea en ella. Ni se contratan en la plantilla a 30.000 profesionales más. A la oposición le importa una higa que esto sea verdad. Tienen un mantra (¡privatización!) y han dado con un punto débil. Aunque destines 4.500 millones a la Atención Primaria pública, la posibilidad de abrir el uso privado provoca un incendio. Al texto le sobra este punto, o le faltan todos los matices. Tanto da.
Si la ciudadanía tiene que oír a sus dirigentes decir «no se va a privatizar nada», una vez, y otra vez, y el miércoles, y el jueves, y de nuevo, y comparecencia, y otra, y al Parlamento, acaba por interiorizar que esa amenaza está ahí. Con el fuego sobre Ayuso, es prestarse temerariamente a compartir las llamas. Por eso hay errores que conviene ver y dar marcha atrás rápido. En la gestión, ciertos errores son inevitables; pero insistir en el error sí es evitable. Rectificar es sabios, aunque, como escribe Javier Gomá, autor de una tetralogía sobre la Ejemplaridad, «en la ley de la política, que premia a los más fuertes, pedir perdón puede ser interpretado como una debilidad». Sin embargo, el consultor Gutiérrez Rubí también apunta que, en el clima político dramático de competición por la supervivencia, puede ser «la oportunidad de reconectar con los ciudadanos y diferenciarte de los rivales». Y el PP, después de darse el tiro en el pie, no ha sabido cerrar la herida.
No es no
Si hay un caso de error contumaz en la política española es la Ley del Sólo Sí es Sí. Pasan los días, las semanas, los meses, las rebajas de condena, las excarcelaciones, y el Gobierno sigue enredado en sus tacticismos ventajistas para doblar la muñeca al socio en la disputa interna. Las víctimas, más allá del miedo, se declaran escandalizadas; como la ciudadanía. Pero ahí siguen erre que erre. Y en ese clima, el PSOE andaluz ha logrado esta semana su objetivo de aplicar un artículo en desuso del reglamento de la cámara para impedir que se hable de esto en el Parlamento de Andalucía.
«Secuestro de las instituciones», «fuera de los parámetros democráticos», «sin precedentes en la jurisdicción constitucional», «controlar el Parlamento», «controlar la democracia por la puerta de atrás».... No, esto no es lo que dicen en el PP ante el veto de la izquierda, sino lo que decían Pedro Sánchez, María Jesús Montero y otras voces del Frankenstein cuando el PP frenó la sesión parlamentaria en el Congreso que pretendía aprobar irregularmente la reforma del Código Penal en víspera de Navidad. Ahora esa izquierda que hablaba entonces de poder legislativo amordazado y de censura, veta que en el Parlamento andaluz se hable del Sólo Sí es Sí. Qué ironía.
En Andalucía hay un centenar largo de víctimas a cuyos agresores les han rebajado la condena. Varios excarcelados . ¿No interesa hablar de esto? Impedir el debate es un triunfo bastante pírrico para el PSOE, porque donde se habla realmente de esto es en la calle. El portavoz del PP, Toni Martín, reprochaba a la socialista Ángeles Férriz el sabotaje; pero en realidad debería habérselo agradecido. El eco que hubiera tenido ese debate en el Parlamento andaluz es menor, sin duda, que el eco de este boicot torticero. El PSOE, en definitiva, retrata su vértigo y por eso apuesta por silenciar al Parlamento sin dar allí voz a las decenas de mujeres que se están dirigiendo al teléfono de ayuda del Instituto Andaluz de la Mujer a buscar amparo. Antes ayudar a Moncloa, al servicio de los intereses del partido en Madrid, que a esas mujeres. Otro error.
De repente Susana
Juan Espadas afronta el año electoral con demasiadas inseguridades y seguramente hartazgo... y de repente reaparece Susana Díaz en un acto político de precampaña. No es más que un «aquí estoy». Los animales políticos, como todos los animales, detectan bien el olor de la debilidad en sus rivales
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