Andalucía consolida frente a la DANA su sistema propio de alertas y gestión de emergencias
Todas las instituciones y organismos compartieron un discurso único en torno a las decisiones y medidas contundentes como el cierre de colegios
El dispositivo se efectuó según los protocolos pero la reciente tragedia de Valencia facilitó los trabajos y sobre todo mejoró la respuesta ciudadana
![Centro de Control de Emergencias en Málaga con Juanma Moreno y Antonio Sanz](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/11/17/centroemergenciasmalaga-RLRJ1CLiGVCSeOZ3USAr4HK-1200x840@diario_abc.jpg)
«Ante esta DANA si no hubiéramos tenido el precedente de la tragedia de Valencia las medidas hubieran sido las mismas, lo que ha cambiado completamente es la respuesta y la concienciación ciudadana». Esta reflexión es compartida por varios de los protagonistas de las decisiones ... del Centro de Coordinación de Emergencias 112 que se activó el lunes 11 de noviembre ante el temor de los efectos de una DANA que amenazaba con ser la peor que había atravesado Andalucía en mucho tiempo por su extensión, por el tiempo de permanencia y por su paso por sitios con grandes flujos de humedad.
Durante tres jornadas en el centro de control se pasó «miedo, nervios y mucha preocupación por las lluvias». Y hubo que adoptar decisiones contundentes que lograron una respuesta inmediata. Se activó el sistema de alertas en móviles en Málaga, se desalojaron más de 4.000 personas, y se intervino en un ámbito tan sensible como la educación con la mayor suspensión de clases desde la pandemia. Todas las decisiones fueron recibidas con apoyo y respeto y la máxima colaboración. Incluso las personas que tuvieron que dejar sus casas y se trasladadas, explican desde el Centro de Coordinación. Hubo empresas de comedores escolares, que tienen que gestionar personal y productos, que recibieron llamadas hasta las dos de la madrugada. Y no hubo ni una sola protesta.
La tragedia de Valencia influyó. Pero no fue el único factor. Ante una situación de emergencia, hay piezas claves que Andalucía funcionaron y que marcan claramente la diferencia con la gestión de la Generalitat valenciana: la anticipación en las decisiones, la adopción de un mando único con experiencia, la presencia sobre el terreno y la cooperación entre todos los agentes e instituciones implicadas. Esto funcionó. Las precipitaciones no tuvieron nada que ver con las de la provincia de Valencia, pero sí existe la convicción de que hubo un riesgo cierto de que se hubieran podido producir graves daños personales y materiales.
Esa convicción se fraguó el lunes 11 de noviembre. La Aemet emitió su primer aviso con una previsión de riesgo de lluvias torrenciales en cinco provincias que arrancaría en Málaga y Granada y luego avanzaría hacia la zona occidental. El Centro de Control de Emergencia completó estos datos con un análisis de los situación de los embalses y cauces y un modelo técnico propio de riesgos. Y se concluyó que Andalucía se encontraba ante un fenómeno novedoso e imprevisible.
Y en ese momento se decidió activar lo previsto en el plan de emergencias, establecer un mando único y fijar el Centro de Coordinación en Málaga, donde el martes se trasladó el consejero de Presidencia Antonio Sanz. Que lloviera más o menos no era el único factor de riesgo, según subrayan miembros del equipo de coordinación. De ahí que se preparara todo para adoptar medidas contundentes.
Aunque es difícil encontrar un referente de medidas ante una emergencia en Andalucía de tanto alcance en cuanto al volumen de población afectada, miembros del Centro de Coordinación apuntan a una experiencia acumulada en la comunidad autónoma: los incendios. Y especialmente los incendios de sexta generación, fenómenos agravados por el cambio climático, de mucha intensidad y que se propagan a gran velocidad. Ese fue el modelo de trabajo.
Andalucía cuenta con una ley de Gestión de Emergencias aprobada en marzo de 2024 y con protocolos que están asumidos por todas las instituciones y que todas cumplieron. El mando lo asumió la Consejería de Presidencia, como corresponde en la normativa, que fue elevando los niveles de emergencia en función de la evolución de las lluvias. Sólo de alcanzar el nivel 3 se hubiera cedido el mando al Gobierno central (el 'botón rojo' que Valencia nunca llegó a apretar).
Pero todas las administraciones fueron de la mano. Hubo contacto y llamadas permanentes a los ayuntamientos y el Gobierno estuvo presente a través de los subdelagados de cada provincia. El delegado del Gobierno, Pedro Fernández, estuvo en comunicación constante con la Junta de Andalucía y participó en reuniones. Se llegaron a reunir más de 5.000 efectivos de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. La Aemet entró por videoconferencia y el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en constante comunicación se sumó al operativo en la noche del miércoles asumiendo además un papel activo en la información a través de redes sociales y medios de comunicación. También hubo conversaciones con los portavoces de la oposición que, salvo alguna frase de Vox en el Parlamento hablando de «turismo de catástrofe» respaldaron y respetaron los tiempos y los pasos de la Administración autonómica.
El Centro de Coordinación de Málaga se mantuvo operativo hasta el jueves. En ese momento, se acordó trasladarlo a Sevilla debido a que la evolución de la DANA obligaba a volcar la preocupación en la provincia de Huelva que fue la última en desactivar la alerta metereológica y en recuperar la normalidad. El viernes, a última hora de la mañana, se desactivó la fase de emergencia y se desactivó el operativo con una última reunión en Sevilla en la que todos los participantes expresaron su satisfacción por el trabajo y por los resultados.
Ahora, demás de entrar en la fase de recuperación, la Junta ha iniciado una fase de análisis interno y de comprobación de cómo mejorar la respuesta ante una situación de emergencia. Grupos como Adelante Andalucía apuntan algunos, como la necesidad de regular la no presencialidad en los puestos de trabajo de forma adecuada ante situaciones de emergencia.
La hoja de ruta andaluza para reforzarse ya está escrita. La Junta ultima la creación de la Asema, una nueva agencia pública con más de 5.000 profesionales que unificará todos los servicios de emergencias de Andalucía profundizando así en la coordinación y en el mando único. Como los incendios de sexta generación, las DANA de mayor alcance en cuanto al tiempo y al territorio afectado son fenómenos que el cambio climático ha consolidado y para las que instituciones y ciudadanía deben prepararse.
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