Pedales solidarios desde Huelva con destino a India
El colegio público rural Adersa 1, en la Sierra de Aracena, premiado por un proyecto que ha llevado bicicletas a niños de India cuyos coles están a 15 kilómetros de sus hogares
La falta de escolares deja a la Andalucía Vaciada en una situación crítica
![Alumnos que recibirán las bicicletas solidarias](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/26/pedaleo-por-ti-Rwg9CSOntE8PDZSR6npKdgN-1200x840@abc.jpg)
Educar en valores y combatir la despoblación con un fin solidario. Se trata, a priori, de objetivos muy ambiciosos, pero no imposibles. Un buen ejemplo es lo que ha conseguido el Colegio Público Rural (CPR) Adersa 1, en la provincia de Huelva, que aglutina ... a alumnos de Educación Infantil, Primaria y Secundaria de varios municipios de la Sierra de Aracena, en algunos de los cuales la escuela ha estado a punto de cerrar por falta de niños.
Lo ha conseguido con el proyecto 'Hoy pedaleo por ti. Bicis que cambian vidas', desarrollado desde el área de Educación Física y que ha sido galardonado como el Mejor Proyecto de Innovación Educativa en la metodología Aprendizaje-Servicio de España, convocado por la Red Española de Aprendizaje-Servicio, la Fundación Edebé y la ONG Educo, con la colaboración del Ministerio de Educación y que otorga la Fundación La Caixa.
El CPR Adersa 1 aglutina a alumnos de los municipios de Fuenteheridos, Castaño del Robledo, Valdelarco y La Nava. Gracias a esta iniciativa y a través de la Fundación Vicente Ferrer, han entregado 132 bicicletas nuevas a niños hindúes, cuyos colegios están a unos 15 kilómetros de distancia de sus hogares, para que hagan el trayecto sobre ruedas y no a pie, como se veían obligados a hacer hasta entonces.
Tras esta innovadora iniciativa está el profesor de Educación Física de este centro, Sergio Martín, que reconoce que este galardón supone un reconocimiento «a nuestro compromiso con la excelencia y la creatividad en la educación a través de una experiencia transformadora».
Cuatro días en bicicleta
El proyecto premiado ha consistido en la organización de un evento deportivo y solidario: cuatro días en bicicleta para recaudar fondos y visibilizar a una ONG, que en este caso ha sido la Fundación Vicente Ferrer. «Todo el proceso de buscar y elegir el proyecto de una ONG, que en este caso ha sido 'Bicicletas que cambian vidas', la manera de recaudar, contactar con colegios y ayuntamientos de las localidades por las que íbamos a pasar, el diseño de logotipos o difusión en redes sociales lo han hecho los propios alumnos», explica.
Así, estudiantes de primero y segundo de ESO recorrieron durante cuatro días varias etapas en sus bicicletas desde la Sierra de Aracena hasta la costa onubense visitando otros colegios para recoger el dinero recaudado. Salieron de Minas de Riotinto y llegaron a El Rompido pasando por El Campillo, Zalamea, Valverde, Beas, Trigueros, Gibraleón y Aljaraque.
La elección del alumnado no es casual. «Participan alumnos de 13 y 14 años, primero, por la capacidad física de los chicos para pedalear cuatro días y segundo, para provocar un efecto llamada y evitar fuga de alumnos, algo que hemos conseguido manteniéndolos en el colegio en lugar de que vayan a cursar Secundaria al instituto más cercano. Con estos proyectos los niños no se quieren ir de nuestro centro y además han venido alumnos de otras localidades e incluso de Sevilla porque los padres quieren que sus hijos vivan estas experiencias. Evitamos así que el colegio muera», añade.
Este profesor, junto a dos alumnos y una madre, viajaron a India a entregar las bicicletas. «Cuando volvieron, explicaron a sus compañeros todo lo que vieron y cómo era el trabajo de la Fundación Vicente Ferrer allí. A raíz de esta experiencia decidimos el siguiente proyecto en el que trabajar», agrega.
Con iniciativas como ésta se demuestra además el espíritu innovador y creativo que existe en colegios rurales y zonas despobladas. Aulas con alumnos de distintos cursos con una ratio de cinco, ocho o sólo diez niños —la que más tiene es la de Secundaria con 22— se convierten en una opción educativa a tener en cuenta ante la masificación en centros de grandes municipios y ciudades.
«En mi cole había 70 alumnos cuando entré. Ahora son 197. El centro de La Nava estuvo a punto de cerrar por falta de escolares y conseguimos que se uniera a nuestra sede, convirtiéndose en un aula de nuestro cole. Estos niños pueden seguir así en su pueblo, al que además dan vida», concluye.
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