La ley también está en el agua

Una de sus últimas actuaciones fue encontrar a dos personas arrastradas por una riada en Mijas durante el temporal «Filomena». Cuando aún jarreaba y con el río Fuengirola lleno de ramas y remolinos por la bravura del cauce, se adentraron en el agua para hallar primero el coche con una mujer dentro y luego al otro desaparecido en uno de los márgenes del arroyo, que se había desbordado. Fue una de esas noches en las que los agentes estaban en casa con sus familias, pero sonó el móvil para que entraran en acción . Allí se desplazaron cinco miembros del grupo, aunque el equipo mínimo para actuar son un patrón, un buzo de seguridad y una pareja de buceadores .

En su base, hay una guardia de cinco personas cuando los visita ABC. Están revisando equipos: mosquetones, cuerdas, reguladores, bombonas… Uno de ellos está haciendo prácticas con el trípode, otros revisan las herramientas y hay quien acompaña al mecánico en el muelle , mientras está con la reparación de una de las lanchas con las que se desplazan a gran velocidad por el mar. Tienen dos, una de ellas es una «goma» confiscada a las organizaciones que tratan de meter toneladas de hachís en las costas andaluzas. La furgoneta del GEAS siempre está preparada para intervenir con los trajes colgados y los equipos a punto . En la jaula de seguridad, las bombonas cargan el oxígeno necesario para rastrear las profundidades.

Estos agentes pasan una reválida periódica para seguir perteneciendo al GEAS año tras año . Así, el tiempo de práctica con los materiales de trabajo es obligatoria, al igual que el deporte diario dentro de su horario laboral. Todo para que el sargento jefe del grupo, Luis Palenzuela , pueda contar en todo momento con sus hombres al cien por cien, ya sea para adentrase en las profundidades de un pantano o para la revisión de una clínica estética que tiene cámaras hiperbáricas que no cumplen con la legislación.

Al igual que la vez que los llamaron de un club náutico porque había reventado una bombona . A uno de los buzos le saltó el regulador, le estalló parte de una mano y acabó incrustado en el techo de la habitación. Tuvieron que investigar algún tipo de negligencia por parte del club en sus sistemas de seguridad. Con toda la estancia llena de sangre, revisaron cada detalle hasta darse cuenta de que el buzo había usado una boquilla equivocada para cargar la bombona . La tuerca no era preceptiva y eso la hizo saltar en cuanto la tocó.

Su abanico de actuación es amplio, pero siempre bajo un metódico sistema de seguridad, que es evaluado y supervisado todos los días . Sobre las perchas cuelgan los equipos de cada uno: trajes de neopreno, cascos, gomas para el oxígeno, cordajes... «Siempre hay uno para el mar y otro para agua dulce», asegura Palenzuela, quien explica cada detalle de cada uno de los dos lotes. Asegura que el más viejo es para las intervenciones en tierra, porque suele haber enganches y rocas que lo deterioran más .

Pantanos, cuevas, fosas, pozos o minas , como cuando montaron una línea de vida para que el Equipo de Salvamento Minero pudiera tener oxígeno en caso de emergencia a 70 metros bajo tierra durante el rescate del pequeño Julen en el Cerro de la Corona de Totalán. Sus medios técnicos, como la iluminación, compresores o sistemas de exploración, sirven de apoyo en un sinfín de ocasiones. Para ello fueron destacados en la búsqueda de Dana Leonte, la chica de 31 años desaparecida en Arenas y que se cree que está enterrada en el monte después ser asesinada por su pareja. Sus cámaras y sistemas de exploración sirvieron para revisar lugares inaccesibles para los medios a pie, como las fosas o pozos de la zona.

Uno de los sitios más peligrosos para desarrollar su trabajo son las presas de los pantanos, donde suelen trabajar a ciegas. «Lo primero, si vas a trabajar cerca de la presa, es saber cómo es y dónde están los desagües, que nunca están cerrados al cien por cien, porque las compuertas se han quedado atrancadas con un árbol y no se cierran del todo . Esa apertura te puede tragar», explica el sargento, que siempre exige los planos de cada embalse para memorizarlos y poder ir con una idea de dónde están las trampas que les pueden costar la vida mientras buscan.

En pantanos recuerda cómo uno de los trabajos más difíciles el rescate de un autogiro en Iznájar (Córdoba) , donde rozaron la profundidad máxima en la que suelen trabajar. Allí tuvieron que montar un sistema de guías en el suelo del pantano para peinar palpando, palmo a palmo, el fondo a más de 40 metros bajo el agua en el embalse más grande Andalucía. No había visibilidad, a lo que sumaron la extensión del terreno y el no saber exactamente dónde había caído el aparato. «Te puedes hacer una idea con lo que te dicen los testigos, pero el punto de colisión exacto no lo sabes», apostilla Palenzuela.

Sin embargo, tras casi una semana de búsqueda centímetro a centímetro , lograron dar primero con parte del fuselaje, para luego hacerse con el aparato y el cadáver del piloto.

En el caso de este agente, uno de los momentos de más angustia fue buscando en el espigón de Marbella un fardo de hachís arrojado desde una embarcación. « Entré por una gatera y fui serpenteando hasta al final . Era un lugar estrecho y al salir no encontraba el hueco por el que había entrado. No había espacio para girarme, ni veía nada. Fui tocando con el pie, hasta que lo encontré y pude salir . Se me hizo eterno», recuerda el jefe del grupo.

Pero también una de sus principales labores es buscar pruebas de delitos: armas, drogas, dinero… Cualquier cosa. Desde el fusil con el que acribillaron a un letón en Mijas y lo arrojaron al mar , a una rueda adosada al casco de un buque de mercancías con un cargamento de cocaína procedente de Sudamérica. «Los capitanes de marina mercante suelen pedir que revisemos el casco antes tocar puerto, por si le han adosado este tipo de cargas sin enterarse al pasar por países como Panamá o Costa Rica », señala el guardia civil, quien explica que los barcos fondeados que se ven en la Bahía de Algeciras la mayoría están esperando a este tipo de revisiones del casco para detectar este tipo de cargas ilegales y evitar problemas al tocar puerto.

La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía les encargó rescatar unas mesas de mármol de un pecio hundido, ante el peligro de expolio de estos restos arqueológicos; a lo que suman a dentrarse en las aguas fecales vertidas, por falta de depuradora, a las zonas de baño de Nerja o una operación contra pescadores ilegales en la que recabaron las pruebas de la pesca de chanquetes y otras especies prohibidas junto a las aguas del Puerto de Málaga.

En El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil tiene cuatro bases fijas en Andalucía, desde las que los equipos se desplazan para cubrir todo el territorio en caso de necesidad. A los equipos con sede en el Puerto de Málaga se le suman los grupos de Almería, Sevilla y Algeciras .

En total son 34 agentes especiales que se distribuyen todo el trabajo que hay en la región. En Málaga se encargan con Almería de toda la parte oriental, dando apoyo a algunas zonas de interior en la que actúan los equipos de Sevilla, al igual que también dan apoyo a los agentes de Algeciras cuando son requeridos, sobre todo en el Campo de Gibraltar para misiones relacionadas con el narcotráfico .