Un relevo con honores: «Sus historias en la Policía eran mis cuentos siendo un niño»
A sus 64 años, el agente José Bombien recibe la medalla al Mérito Policial a siete meses de dejar el cuerpo, donde cede el testigo a su hijo, Víctor Jesús
José y Víctor Jesús Bombien, padre e hijo unidos por la Policía Nacional
«Brilla en mis ojos luz serena de templanza; late en mi pecho firme el pulso del honor...». Son las dos primeras estrofas del himno de la Policía Nacional y casi las únicas que ha podido entonar esta mañana el agente José Bombien. ... Su nombre ha sido uno de los 84 incluidos en la entrega de las medallas al Mérito Policial entregadas por el cuerpo este jueves en Málaga. Un broche final a una trayectoria profesional que concluirá en apenas siete meses. Será entonces cuando cuelgue el uniforme para dar la bienvenida a la jubilación tras más de cuatro décadas de servicio, aunque el relevo familiar en la defensa y amor por el escudo está asegurado.
Hoy, desde las butacas y con el mismo uniforme de gala, le admiraba su hijo, Víctor Jesús. El último eslabón, por el momento, de tres generaciones de Bombien ligados a la Policía Nacional. Su abuelo, al que no llegó a conocer, despertó la vocación familiar por el servicio público. «Mi padre era policía y murió siendo yo muy joven», explica José con una sonrisa a medio camino entre la felicidad y la nostalgia.
Cuenta que tras su fallecimiento, empezó a acudir al colegio de huérfanos de la Policía, el primer escalón de toda una vida de entrega a la institución. De ahí dio el salto a la 'mili' como Policía Militar hasta acabar en el lugar del que hoy empieza a despedirse. En total, han sido 42 años de servicio dedicados en su mayoría a la unidad de estupefacientes. Un ámbito que -asegura- nada tiene que ver con la realidad a la que se enfrentaba en sus primeros pasos como agente.
«Todo ha cambiado una barbaridad. Por aquel entonces apenas había heroína o cocaína; la delincuencia de droga era muy pequeña, pero ahora te puedes encontrar de todo». Lo dice mientras rememora las innumerables operaciones contra el menudeo que lleva sobre sus espaldas. Una tarea que no acapara grandes titulares pero con la que se ha logrado quitar de la calle a infinidad de pequeños traficantes que han causado y siguen causando mella en barriadas degradadas de Málaga como Los Asperones, La Palmilla o Castañetas.
José Bombien, tras recibir la medalla
José cerrará la próxima primavera una etapa cuyo último capítulo está escrito en el Grupo de Atracos, donde ha experimentado lo dispar, pero también enriquecedora, que puede llegar a ser la profesión. En una de sus últimas intervenciones se logró la detención del principal cabecilla de una organización dedicada al robo de camiones blindados. Una operación llevada a cabo en colaboración con la Policía Francesa, que, precisamente, también ha sido condecorada este jueves.
Ese espíritu de superación y la ambición por curtirse cada día es la que parece haber inculcado en su hijo. «Yo me quiero parecer a él en todo. Ha puesto el listón muy alto y espero, poco a poco, ir siguiendo sus pasos», reconoce Víctor Jesús con la mirada puesta sobre su padre. Tiene 34 años y ya lleva tres en el cuerpo más los dos años que pasó en la escuela de Ávila.
Actualmente está destinado en el puesto fronterizo de la Línea de la Concepción con Gibraltar y, aunque no niega que le gustaría estar en Málaga, dice con orgullo que «en todos lados se aprende». «Voy a trabajar a gusto y nunca pensé que eso me pudiera pasar allí. Eso te hace ver que lo importante no es dónde estés, sino que aproveches el tiempo y aprendas».
Empaparse de todo lo que tiene ofrecer la profesión y transmitirlo está entre las metas de este joven agente que un día fue solo un pequeño que escuchaba atento las historias de su padre al llegar a casa. «A todos los niños les cuentan cuentos para dormir. Los míos eran actuaciones policiales, aunque siempre con final feliz», explica, «no siempre lo son, pero él siempre me ha contado solo lo bueno».
Un grupo de agentes en el momento de las condecoraciones
La emoción que esta mañana sentían padre e hijo era compartida por un auditorio a rebosar en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga durante el acto por el Día de la Policía, que ha estado presidido por el subdelegado accidental del Gobierno, Juan Pedro Carnero, junto con el comisario principal jefe provincial de la Policía Nacional en Málaga, Enrique Barón, y autoridades civiles y militares de la provincia.
En total, 84 policías nacionales han recibido condecoraciones por el ingreso en la Orden del Mérito Policial, además de otras diez personas y entidades externas al cuerpo entre los que figuraban el presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga; el decano del Colegio de Abogados, Salvador González; o los presidentes de las empresas Prolongo y Dcoop, Ramón Soler y Antonio Luque, respectivamente.