POLÉMICA HERENCIA
Philippe Valère: «Karen tiene prohibido usar el nombre de Valère. No puede ser hija de una marca»
La guerra por el legado de la reina del ocio marbellí estalla un año después de su muerte. Su viudo tiene el usufructo de todo y es el dueño de la marca
Karen, la hija de Olivia, ha abierto una disputa con el viudo de la empresaria por la gestión de la discoteca
![Philippe Valère tras la entrevista con ABC](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/06/09/philippe-plano-corto-RBUwMVRoE4ZKN6b2ScY3tnL-1200x840@abc.jpeg)
Philippe Valère creció en una familia acomodada en Francia, donde su padre no quería darle dinero para salir. «Decía que pudría a los estudiantes. Mis amigos eran ricos, así que abrí mi primera discoteca con 17 años. Un local de día para adolescentes cerca ... de París», señala el empresario francés, abogado que tuvo a su cargo más de 150 personas en su bufete, que era el asesor legal de establecimientos como 'Le Moulin Rouge' y que encontró desde muy temprano en el ocio nocturno una forma de vida lucrativa. Mientras estudiaba Derecho, cerró la discoteca de menores y abrió primero una a 20 kilómetros de París ya para adultos y otra en la Costa Brava. Su pasión por el ocio nocturno aparcó hasta 1981. Olivia lo convenció para comprar un local en los Campos Elíseos llamado 'Apocalipsis' y bautizarlo con el nombre de ambos 'Olivia Valère'. «Es una marca registrada desde entonces», afirma.
El sello llegó a tener 17 discotecas por el mundo: Marruecos, Líbano, Francia, España… Un imperio de ocio nocturno con la imagen de Olivia y Philippe en la sala de máquinas. Un matrimonio que triunfaba en los negocios en una casa poco convencional. Al casarse, Olivia ya tenía a Carinne Albouhair (Karen) con su primer marido. Albert Albouhair, que luego viviría con la pareja 27 años. Por su parte, Philippe tenía ya a Virginia Valère con su primera esposa. «Cuando la conocí, ahí no nos enamoramos, Olivia estaba embarazada de Arnauld, que no era hijo de ese primer marido, sino de otro hombre», señala el viudo a ABC.
El matrimonio se unió en 1975. Un año después nació el más pequeño, Javier Valère, actual presidente del grupo empresarial. En 1981, Philippe compró para Olivia su primera discoteca. «La ley nos impide tener negocios a los abogados en Francia. La compré para ella y le puse su nombre y mi apellido: Olivia Valère». Aquel imperio de ocio tuvo que cerrar por los excesivos gastos que tenía. Así que decidieron quedarse sólo con una discoteca.
![Philippe Valère rodeado de fotos famliares](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/06/09/philippe-fotos-familia-U65538634722RbK-624x350@abc.jpeg)
«Con la venta de mi casa en la Costa Brava compramos los terrenos para montar la discoteca de Marbella», recuerda Philippe. Ahí comienza el legado por el que está la disputa. «En aquella época Karen tenía menos de 30 años y vivía de su marido. No tenía nada. Arnauld era más joven y tampoco tenía medios de vida. Por eso decidimos ayudarlos», afirma Philippe.
En ese momento, el matrimonio empleó a Arnauld en una de las sociedades. Luego a Javier lo pusieron como administrador único de 'Olivia Valère'. Más tarde, cuando Olivia comenzó con el cáncer, Philippe cedió el 43% de la sociedad de explotación de la discoteca a Karen y el 57% a su hijo Javier. Pero eso no evitó la guerra. «Ellos creen que van a quedarse sin nada tras la muerte de su madre. El testamento dice que el usufructo de todo, más la propiedad inmobiliaria de lo que aporté al matrimonio, más todo lo que hay dentro de las casas de París y Marbella son para mí hasta que muera, luego se reparte. Ahí estaba el coche y los cuadros que me ha robado Arnauld. Por los cuadros puedo llegar a un acuerdo, pero el coche es el único regalo que tengo de Olivia y lo quiero de vuelta», afirma el viudo sobre un Jaguar valorado en 350.000 euros.
Philippe pone a Arnauld como el instigador de la guerra. «La relación con Karen se rompe cuando su hermano la convence para hacer daño a la empresa», afirma el abogado, quien explica que Karen avisó de que Philippe estaba en París para que Arnauld entrara en la casa y se llevara los cuadros o el coche. Al mismo tiempo ha denunciado a Karen por transferirse dinero de la empresa, poner la marca a su nombre y apropiarse de los dominios de internet.
![Philippe Valère posa en el patio andaluz de su casa de Marbella](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/06/09/patio-andaluz-valere-U13046587662UXe-624x350@abc.jpeg)
Sin embargo, para los hijos de Olivia, como ha dicho Karen en televisión, el ladrón es el viudo por quitarle la terraza que ella explotaba con un contrato de alquiler de cuatro meses que se renueva año a año y que, tras su salida de la empresa, no se ha revalidado. Así como «la marca de su madre». «Ella no se llama Valère. No puede ser la hija de una marca. Ella es la hija de Olivia O`Hana, esposa de Valère. Le he prohibido usar el nombre de Valère. Me acusan de robar. No puedo robar mi marca, ni tampoco mi nombre. Ellos son los que se han llevado cosas», afirma Philippe Valère sobre los dos hijos de Olivia, a los que dice que quiso adoptar, pero Olivia se lo desaconsejó.
Y en la otra parte de la balanza están Virginia Valère, hija de Philippe. «A ella le afecta de forma indirecta, pero dice que si alguien hace algo contra mí ella es la que va a acudir a los tribunales», asegura el abogado a ABC, que relata a la vez que Javier Valère, hijo común con Olivia, fue quien quitó todos los poderes a su hermana Karen dentro de la discoteca cuando se dio cuenta de que se había apropiado de los dominios de internet y de que había desviado 80.000 euros de la cuenta para pagar a los trabajadores, la seguridad social y los impuestos del mes de mayo a una cuenta personal.
Pese a todo, Philippe ofrece un acuerdo a Karen. «Para acabar con todo esto estoy dispuesto a regalarle la casa de Portugal, que vale dos millones de euros, que es al 50% con su madre. Le ofrezco eso, o dividendos de la empresa de explotación de Olivia Valère durante cinco años», afirma el viudo, que reseña que ya llegó a un acuerdo con Arnauld cuando le cedió la casa en la que vive en Benahavís y el club Nao, ambos valorados, con los terrenos incluidos, en unos diez millones de euros. «Lo que no voy a tocar el usufructo de todo. Cuando no esté, ya se repartirá la herencia. Mi parte a medias para Virginia y Javier. Lo que procede de Olivia en tres partes para Karen, Arnauld y Javier», sentencia.
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