'El Melillero', a su exnovia días antes de rociarla con ácido en Cártama: «Te voy a destrozar la cara tan bonita que tienes»

J.J. Madueño

Málaga

01/12/2022 a las 07:17h.

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Sandra tenía miedo. No era para menos. Sabía que su exnovio le podía hacer algo terrible. La había avisado. El culmen de las amenazas fue cuando la roció el pasado 12 de enero con ácido. Ya le había dicho que la iba a matar. No era la primera vez que se lo cruzaba, pero ese día, sobre las dos de la tarde cumplió su promesa. 'El Melillero', para el que piden 51 años y medio prisión por el ataque, 'El Poti', al que la Fiscalía solicita 37 años de cárcel, interceptaron el Mini de Sandra en Cártama y rociaron a sus dos ocupantes con ácido.

La Fiscalía de Málaga expone en su escrito de acusación que con la finalidad de atentar contra su vida, causándole el dolor más extremo y con expreso desprecio a su género femenino, siendo su último fin la humillación, dominación, subordinación y cosificación, rubricando con su acto programado un dolor extremo antes de acabar con su vida y la de su acompañante.

Para ello, el Ministerio Público achaca la creación con otras cuatro personas, a las que se pide más de 30 años de cárcel, de un plan de ataque y de evasión de las autoridades. Una vez definido este plan se asaltó el coche de Sandra, en el que iba su amiga Cristina de copiloto. Las interceptaron con un Volksvagen conducido por 'El Melillero' y con 'El Poti' de copiloto, que llevaba un litro de ácido sulfúrico de 98% de pureza.

Una vez cortado el paso, 'El Poti' cumplió la orden de 'El Melillero', se bajó el coche y las roció con el líquido corrosivo a través de la ventanilla del conductor. Eso provocó en ellas graves quemaduras, por las que tuvieron que salir del habitáculo del coche para evitar la asfixia por el ácido. El fiscal remarca como mientras veía esa escena 'El Melillero' se reía y miraba asegurándose haber cumplido sus amenazas de días previos.

No era la primera vez que ambos se acercaba al coche en actitud peligrosa. Sobre las 22.00 horas del día anterior al ataque, 'El Melillero' y 'El Poti' ya les cortaron el paso con el mismo Volksvagen. En aquella ocasión se apeó del coche 'El Melillero' para decirle que bajara la ventanilla del copiloto del coche de su amiga. Sandra, asustada, no lo hizo. Su exnovio entonces señaló a 'El Poti' y le dijo: «éste se va a encargar de ti, te va a matar». 'El Poti' se llevó la mano al cuello, haciéndole la señal de rajárselo.

Infundían terror en las dos mujeres. Tenía los coches de ellas controlados por GPS, así que cuando querían se cruzaban y las amenazaban. En días previos al ataque, 'El Melillero' se les acercó en una gasolinera de Los Álamos en Torremolinos. Desde una moto se dirigió a sus dos víctimas y le dijo a Sandra que la iba a matar y que le iba a hundir la vida. «Te voy a destrozar esa cara tan bonita», le espetó.

La fiscal asegura en su acusación que para esa fecha ya tenía el ácido con el que iba a atentar contra las dos mujeres. Lo compró entre el 1 y el 5 de enero por 20 euros a otro de los procesados, que fue el que le prestó el coche con el llevó a cabo el ataque. Tras la agresión, el coche lo debía devolver en un parking de Cruz de Humilladero en Málaga.

Era la huída acordada. Mientras las dos jóvenes se debatían en el hospital entre la vida y la muerte, la banda de narcotraficantes de 'El Melillero' se disponía a tapar las huellas de crimen dando cobertura, según la Fiscalía, sabiendo todo lo que había ocurrido y participando de los hechos. Por ello, una vez se ejecutó el atentado llamó le ordenó a uno de la banda que llevara el Volksvagen desde la urbanización del Higuerón de Benalmádena al parking de Cruz de Humilladero y que dejara la llave junto al ticket dentro del coche.

Así a las 15.26 horas este último fue con otro procesado hasta El Higuerón se subió al coche con el que se había hecho el ataque seguido por otro compinche hasta el parking. Una vez allí, el mismo procesado que consiguió el ácido cogió el coche con un tío suyo, también miembro de la banda, para llevárselo a Badajoz.

Sin embargo, el coche fue localizado entrando por Casabermeja a la provincia de Málaga por un radar y fue en persecución hasta el cementerio musulmán de Mijas, donde fue abandonado. A todos estos secuaces, la fiscal del caso, les pide más de 30 años de cárcel.

Mientras tanto, la Guardia Civil localizó las balizas de los coches con las que seguía a las dos mujeres por GPS. No se determina cuándo las colocó, pero la Fiscalía asegura que era para controlar la intimidad de Sandra con la que su agresor mantuvo una relación sentimental mayo a diciembre de 2020. En esa fecha ella rompió la relación.

El escrito de Fiscalía explica que el acusado se quedó «obsesionado» y que comenzó a llamarla constantemente por teléfono, llegándola a amenazar en varias ocasiones. Ahí cree el Ministerio Público que colocó la baliza GPS en el coche de Sandra y en el de Cristina. Quería tener controlados sus movimientos, lo que servió, en varios días anteriores al ataque, para amenazarla de muerte.

Era por el miedo que tenía a 'El Melillero' que iba siempre acompañada de su amiga. La fiscal explica que no salía sola a la calle y que cambió sus hábitos de vida cotidiana. Sabía que era agresivo y un maltratador. El escrito de acusación se explica que durante la relación vivieron juntos en un piso del Puerto de la Torre y otro en Granja Suárez en un infierno para ella.

En ese tiempo le faltaba al respeto con insultos como «perra, mongola o tonta», le daba gritos y la amenazaba con causarle daño y matarla. Llegó a golpearla por diferentes partes del cuerpo. Eso colmó la paciencia de la joven, que se armó de valor y lo dejó. 'El Melillero' comenzó entonces un acoso que acabó en la agresión con ácido de Cártama.

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