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Málaga se acostumbra a celebrar los títulos de Unicaja

Cientos de aficionados se congregaron en el Santuario de la Victoria para volver a arropar al equipo por sus nuevos triunfos

Kendrick Perry y Alberto Díaz con los trofeos en la celebración EFE

J. J. Madueño

Málaga

La afición de Unicaja empieza a ver la victoria como algo cercano, tras años de una dura travesía por el desierto. A los pies de la Virgen de la Victoria, el equipo, otra vez, se dio un baño de masas este jueves por la tarde. La ciudad está en una era dorada de su equipo de baloncesto. Lo sabe. «Hay que disfrutar que esto no dura siempre. Volveremos a los años malos», señala Diego Salazar, que es socio de los años 80 en Ciudad Jardín, cuando el equipo aún se llamaba Caja de Ronda.

Con José Antonio de la Vega canta emocionado por años vestidos verde. «Hemos visto ganar, bajar, subir y ahora esto hay que disfrutarlo. A este año solo le pido divertirnos como el pasado», añade De la Vega. Y han comenzado haciéndolo. Unicaja ayer celebró en Málaga dos títulos antes de comenzar la temporada: la Copa Intercontinental y la Supercopa de la ACB.

A la Virgen de la Victoria casi que no se le marchitan las flores entre un trofeo y otro. Primero una Copa de Rey, luego una Basketball Champions League y ahora, antes de empezar la temporada otros dos títulos. Con ese sabor a miel, cientos de aficionados se han dado cita en las escalinatas del Santuario de la Victoria. A la salida del equipo de la ofrenda estalló la emoción. 'Tu bandera'. El himno del club 'cajista' sonó a pleno pulmón, antes de que los jugadores, uno por uno, sellaran el compromiso más deseado: luchar hasta el último aliento para volver a celebrar.

No hubo carrusel por las calles de Málaga, solo una quedada en el Santuario a las 19.00 horas para que los aficionados, que tienen al club como una religión pagana, vieran a sus ídolo, cantaran, corearan y disfrutaran de un nuevo éxito. Dos en esta ocasión. La afición siente esta nueva época dorada del 'cajismo'. Han vuelto los trofeos. «A veces en una semana se hace más que en diez años», aseguró el presidente López Nieto.

Perry acerca uno de los trofeos a la afición ABC

Ya no son recuerdos de la Copa Kórac en 2001, de aquella Copa del Rey de 2005 o aquella ACB de ensueño de 2006. La sequía solo tuvo la alegría de la Eurocup de 2017 hasta el presente. Ahora la afición cree ciegamente. Unicaja se presenta como un aspirante a grandes triunfos. Un rival incómodo para los grandes. Acaba de derrotar al Real Madrid en una final de la Supercopa, donde parecía que nadie podía con los blancos. El año pasado ya tomó el Palau y se quedó a un paso de la final de la ACB al caer contra UCAM Murcia.

Lucha y brilla a partes iguales con el objetivo de hacer feliz a Málaga. «Nuestro mayor triunfo estar aquí y sentir vuestro apoyo en el Carpena», aseguró el entrenador, Ibon Navarro. Este año es el de la ilusión. El de volver a revivir aquellos laureles de Berni y Cabezas, a soñar con que Ibon Navarro pueda dejar un legado como el de Sergio Scariolo. Así a las mismas puertas de la Liga Endesa, que arranca este sábado en el Martín Carpena a las 18.00 horas contra el Básquet Girona, todos creen en el plan de Ibon para seguir siendo felices vestidos de verde.

Y ahí, hay una máxima: trabajo. De hecho, debido al apretado calendario el club ha querido reducir el itinerario de las celebraciones. Por eso ha citado a instituciones y afición en el Santuario. Lo primero es la concentración y la preparación. Allí será una celebración en la calle, antes de que el Carpena vuelva a ser una olla a presión. La celebración continuará antes del partido del sábado.

 

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