Finge su propio secuestro en Málaga para escapar de una mentira en la que dijo que le tocó la lotería

El pasado 31 de enero, los padres y la novia del detenido acudieron a la Comisaría de San Fernando para interponer una denuncia por la desaparición de este sujeto. Entregaron a los agentes una foto en la que se le veía maniatado y sin camiseta. Pintaba mal. Además, les llegó un mensaje de audio en el que el hombre, visiblemente alterado, les decía que había sido secuestrado.

Al mismo tiempo, avisaba a sus familiares que acudieran a la Policía, porque sus captores le habían amenazado con hacerle daño si lo hacían. Aparentemente era un nuevo rico en apuros. Los secuestradores habían ido a por su fortuna. Este individuo llevaba un año y medio fingiendo que le habían tocado 1,4 millones en la Bonoloto.

Y parecía real. Gracias al supuesto premio había dejado su trabajo y hasta se había comprado un piso en Jerez de la Frontera de 400.000 euros. Y ahí es dónde se torció la mentira. Al tener que firmar las escrituras de la nueva vivienda y abonar la suma estipulada su mentira se iba a quedar al descubierto, por lo que fingió que había sido secuestrado para no tener que hacerlo y salir airoso.

El rapto era más creíble, tanto que la Unidad de Policía Judicial de San Fernando pidió apoyo a la Comisaría Provincial de Cádiz. Los agentes temieron que pudiera ser asesinado. La situación era de riesgo extremo. Por eso tuvo que intervenir incluso la Unidad Central en Madrid, desde donde se enviaron a tres inspectores de la UDEV, expertos en secuestros para tratar de averiguar qué había ocurrido.

Había prisa y angustia. Desde aquel mensaje de audio no se podía comunicar con él. Era imposible. Así que los agentes se multiplicaron para poder llevar a cabo las diligencias oportunas y localizarlo. Lo que no esperaban era el desenlace, que llegó en 12 horas.

La Policía pudo corroborar que el hombre se encontraba en la provincia de Málaga, por lo que urgentemente se puso en marcha un dispositivo y varios agentes se desplazaron hasta la Costa del Sol. Allí, en una gasolinera, encontraron al hombre en el interior de un coche.

En menos de 24 horas después de recibir la denuncia, el supuesto secuestro estaba resuelto. El operativo no localizaba a los captores y decidieron esperar unas horas mientras el individuo estaba en el coche. Y en esa vigilancia se destapó el pastel. «Vieron que iba a comprar a la gasolinera», apunta fuentes cercanas al caso.

Cuando el sujeto salía de comprar algo de comida y unas bebidas, los agentes del operativo se acercaron para preguntarle qué estaba haciendo allí, si estaba secuestrado. Es cuando confesó la mentira. Les dijo que había dicho que era millonario y que lo hizo para salir de esa situación. Entonces fue detenido por simular un delito. El caso derivó en un juicio rápido. El Diario de Cádiz informa que ha sido condenado a pagar una multa por la situación de alarma creada.