El cordobés que dio vida a los dragones de la precuela de Juego de Tronos
Desde una aldea de 400 habitantes en la Campiña, Víctor Vera ha dado forma a la musculatura y la piel de las bestias de fuego de la aclamada serie de HBO
La 'Abuela de Dragones' participa en la serie 'La Casa del Dragón': «Ha sido una experiencia maravillosa, me han vestido de noble y me hecho fotos con los personajes»
Cualquier fanático del universo de Juego de Tronos conoce dónde se asientan las guaridas de los dragones. Bien en el Pozo Dragón de Desembarco del Rey, o en las entrañas de la isla de Rocadragrón, sobre la que se asienta la fortaleza ancestral de ... la Casa Targaryen. Pocos saben, en cambio, que el lugar en el que se da forma a estas bestias de fuego no puede ubicarse en el mapa de Poniente, sino en el de Andalucía.
Desde una pequeña aldea de la Campiña cordobesa se da vida a los músculos, alas gigantes y piel escamosa de estas criaturas que tienen embelesada a la audiencia de todo el mundo con su Danza de Dragones. Y en la tarea de aportar realismo en un marco de pura fantasía tiene mucho que ver Víctor Vera, que desde su modesto estudio en Llano del Espinar ha formado parte del equipo de producción de la segunda entrega de La Casa del Dragón, la precuela de la serie de Max -antes HBO- inspirada en los libros de George R. R. Martin.
La oportunidad de trabajar en la super producción ha sido un logro para Víctor tanto a nivel profesional como personal. «Es un sueño cumplido», confiesa a ABC el diseñador cordobés. Y no es para menos, ya que su amor por la serie de fantasía épica lo ha llevado a exigirse el doble: como artista y como fan.
El cuarto episodio, estrenado el pasado lunes, ha dejado a los seguidores boquiabiertos. La batalla épica entre dragones y ejércitos regaló el clímax de tensión y espectáculo visual que estaban esperando. Los movimientos, rugidos y ataques entre los dragones Targaryen durante el combate aéreo marcó el final de un episodio en el que la audiencia percibió la «pura esencia» de Juego de Tronos y en el que sobresale la intervención de Víctor en el proyecto. «La mayor parte de mi trabajo está en esa batalla y estamos muy contentos con el resultado», sostiene.
Su departamento, el de CFX Creature, está detrás de los músculos y la piel de las bestias de fuego, en cuyo diseño y apariencia final interviene un amplio equipo repartido por todo el mundo. «A nosotros nos llega una animación que parece plastilina, no tiene prácticamente realismo, y a partir de ahí nos encargamos de dotar a esa geometría del mayor realismo posible para el telespectador plano a plano», explica.
En total, cerca de seis meses de trabajo que a simple vista pueden pasar desapercibidos ante el espectador pero que hacen brillar cada escena por su papel a la hora de naturalizar la ficción. Y así lo ha validado el público tras ver la inesperada lucha entre Fuegosol, Vhagar y Meleys los dragones de Aegon, Aemond y Rhaenys Targaryen, en cuya concepción, además de Vera y el resto de CFX, intervienen «un departamento de modelado, que es el que se encarga de conseguir el dragón; de 'rigging', al que corresponde dotar al modelo de un esqueleto que permita el movimiento, y finalmente el de animación».
El desembarco de Víctor en el proyecto a través de la empresa de animación y postproducción Pixomondo, con sede en Londres, llega tras una trayectoria corta pero vertiginosa en la industria de los efectos visuales, por la que apostó tras darse cuenta de que era lo que realmente le llenaba. Empezó como estudiante de carpintería en Córdoba, cuando empezó a descubrir los programas en 3D, aunque enfocados en planimetrías para el diseño de muebles. También se dedicó durante un tiempo a la construcción en la empresa familiar hasta que dio con la escuela malagueña Animum en 2012, donde se graduó en un curso avanzado de Rigging.
La empresa El Ranchito fue la que le dio la primera gran oportunidad en la industria con proyectos como 'Sombra y Hueso' (Netflix); See (Apple TV) y 'Feria: la luz más oscura' (Filmax y Netflix). De ahí dio el salto a la escena internacional colaborando en producciones como 'The Marvels' de Marvel y 'Avatar: The Last Airbender' de Netflix. Pero la joya de su carrera, y así lo reconoce, ha sido su trabajo en La Casa del Dragón.
Cuenta que algunos de sus amigos son fans de la serie y, aunque no a su nivel, a su novia también le gusta. «Imagino que estarán orgullosos», señala el joven creativo, que se siente un «afortunado» por poder haber llevado a cabo todo este trabajo desde Llano del Espinar, una pedanía de apenas 400 habitantes perteneciente a Castro del Río. Allí, en la casa de sus padres, tiene su pequeño rincón desde el que colabora con estudios internacionales sin necesidad de moverse de Andalucía.
«Espero que continúe mucho tiempo», dice tras haber comprobado que este estilo de trabajo freelance que le ha permitido estar cerca de su familia y su tierra mientras trabaja en proyectos de renombre mundial, llegando a poner su granito de arena en el furor que despiertan alrededor del mundo Poniente, los dragones y el apellido Targaryen.
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