Alejandro Sanz cumple el sueño en Marbella
Amenazó la lluvia, pero cantó una veintena de canciones, llenó La Cantera con antelación y se fue en medio de los gritos de «¡otra!» tras un doble «bis»
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Alejandro Sanz llevó su gira «Sirope» a Marbella y Starlite se llenó con anticipación. Colgó el cartel de «sold out» que tanto gusta a la organización y no defraudó a una legión de fans. Siguen adorando al cantante en su madurez , donde las canciones se han vuelto superventas y un telepronter recuerda las letras a los que están en el escenario, debido a la complejidad de las composiciones y a la extensa discografía que el autor lleva escrita. «De pequeño tenía un sueño…» anunciaba la macro-pantalla del escenario antes de que el reloj comenzara la cuenta a atrás.
Al llegar el contador a cero sonó «El silencio de los cuervos» , después se presentó al público y siguió con «A mí no me importa» y «No madura el Coco» , donde la lluvia amenazó con arruinar la noche. Sólo fue un amago que sirvió para refrescar el ambiente, cuatro gotas que dieron más ganas a los fans, que se arremolinaron en las escaleras de tribuna para desesperación de la seguridad del evento.
«Desde cuando» fue la antesala de «Quisiera ser» , donde el público se entregó y la voz de Alejandro Sanz ya no tenía que esforzarse, el concierto podía correr a cargo de los 2.500 asistentes al espectáculo, que coreaban la canción a pleno pulmón.
«No me compares» y «La música no se toca» anticiparon la locura de «Amiga», «Mi soledad» e «Y si fuera ella» , tres canciones que aparecieron unidas y que remató la poca cordura que quedaba en la grada.
«Mi marciana» fue recibida entre gritos y «Corazón partío» en medio de la histeria colectiva. Los seguidores estaban a merced de los deseos de un Alejandro Sanz de voz madura e inconfundible por el toque ronco que imprime a su cante. Todo eran coros, brazos de un lado a otro y declaraciones de amor desde la grada. «Labana», «Camino de rosas» y «Zombie» acentuaron el ambiente. Con «Paradise» llegó la revelación de que estaba allí su hija Manuela, a la que dedicó la canción, y La Cantera de Starlite se puso a bailar y vibrar con la voz de Sara Divine.
«No es lo mismo» cerró la parte oficial del concierto . Pero no iba a acabar ahí. El público andaba sobrado de adrenalina y Alejandro tampoco tenía ganas de irse. Pese al fundido a negro del espectáculo, lo vivido en la última canción hacía presagiar que no había acabado nada. Tembló La Cantera por el zapateo de la grada pidiendo más y cayó «Lo ves» en un momento lleno de magia con Alejandro Sanz al piano desnudando el alma. El «bis» siguió con «Capitán Tapón» y ya todo parecía cerrado.
Pero había ganas de más. No se podía ir. Nadie deseaba la ausencia en el escenario. La petición de «¡otra!» atronaba y el zapateo volvía a hacer temblar La Cantera . No le quedaba más opción que un segundo «bis». Llegó «A que no me dejas» y la fusión de «Viviendo» y «Pisando fuerte», con lo que ya sí dijo adiós, aunque cada vez que se acercaba al lateral del escenario el «¡no!» bramaba desde el graderío y la platea.
Los gritos de «¡otra!» volvieron a salir, pero ya era hora de poner punto y final. El escenario lució : «… y el sueño era estar aquí con vosotros» . Alejandro Sanz cumplió el sueño que anunció y el cabaret comenzó en la zona Lounge.
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