Caso eRE
Juan Espadas homenajea a los expresidentes andaluces que fueron condenados por el mayor caso de corrupción
El PSOE convierte su congreso federal en un acto de desagravio a Chaves y Griñán tras la revisión del caso por el Tribunal Constitucional que sólo ha anulado parcialmente sus penas por el reparto arbitrario de 680 millones de euros
El PSOE recupera a Chaves y Griñán para su congreso federal tras el borrado en el caso ERE: «Gracias Manolo, gracias Pepe»
El PSOE ha convertido su 41º Congreso Federal en un acto público de desagravio a los antiguos altos cargos de la Junta de Andalucía que fueron condenados en el fraude de los ERE. Después de diez años, los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José ... Antonio Griñán ocuparon este sábado asiento en las primeras filas reservadas a los invitados más prominentes en el cónclave federal.
En la sesión inaugural del congreso fueron recibidos con todos los honores, acompañados por el líder de la federación socialista anfitriona, Juan Espadas, mientras se abrían paso entre abrazos y aplausos de los asistentes en el plenario del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla (Fibes). En su discurso como presidente de la mesa del congreso del PSOE, Espadas les brindó un homenaje. «Gracias Manolo, gracias Pepe», proclamó. Chaves y Griñán, que estaban sentados a la izquierda de la expresidenta Susana Díaz —que había sido invitada por Pedro Sánchez—, se levantaron de sus asientos mientras el auditorio les dedicaba una ovación.
Dirigiéndose a los presidentes que gobernaron Andalucía durante 23 años, el líder del PSOE andaluz les agradeció su trabajo como «servidores públicos», por lo que «habéis hecho por Andalucía», afirmó. Hizo extensivo su reconocimiento a la exconsejera y exministra Magdalena Álvarez, a la antigua responsable autonómica Carmen Martínez Aguayo y al exdirector de la agencia pública IDEA, Miguel Ángel Serrano, que también habían acudido al acto tras la revisión de la sentencia.
Con este gesto, Chaves y Griñán han sido rehabilitados definitivamente por el partido del que se dieron de baja tras su procesamiento en junio de 2016 por la mayor causa de corrupción investigada y sentenciada en la historia reciente de España.
El PSOE los rescata precisamente cuando Pedro Sánchez sufre personalmente el asedio judicial por partida triple con las acusaciones de corrupción vertidas por Víctor de Aldama y las investigaciones que afectan a su esposa y hermano. Su recuperación coincide, además, con la denuncia del PSOE contra el Gobierno regional de Juanma Moreno (PP) en relación a la causa judicial abierta por la adjudicación de contratos por la vía de emergencia —sin concurrencia competitiva ni publicidad—por valor de 300 millones de euros entre 2020 y 2023.
Del ostracismo a la ovación
De convertirse en dos jarrones chinos, de esos que estorbaban en todos los salones, los expresidentes han pasado a ser ovacionados como héroes. Tras su procesamiento, los dirigentes socialistas se referían a ellos como «ciudadanos Chaves y Griñán» para marcar distancia con su gestión. Entonces, el ninguneo era la consigna oficial. Y el partido no dudó en enseñarles la puerta de salida.
Ciudadanos exigió sus ceses a cambio de votar a Susana Díaz como presidenta de la Junta con el respaldo de los diputados del partido liberal. El PSOE los sacrificó. Díaz, que accedió a la presidencia de la Junta tras la dimisión de Griñán en el año 2013, aseguró sentir «dolor y vergüenza» por el fraude aunque siempre exculpó del mismo a los expresidentes.
680 millones repartidos de manera arbitraria
Juan Espadas ha ido más lejos en su reivindicación de ese pasado traumático del PSOE andaluz. Incluso se ha querellado contra cargos públicos del PP y Vox que afirmaron que «se robaron» 680 millones de euros en los ERE equiparando el caso con un bulo de la derecha política y mediática.
El cambio de paradigma sobre el papel de los expresidentes ha llegado después de que siete magistrados del Tribunal Constitucional (TC) elegidos a propuesta del PSOE han hecho borrón y cuenta nueva sobre las sentencias dictadas por la Audiencia de Sevilla y el Tribunal Supremo en los ERE.
El pasado mes de julio, el órgano de garantías anuló parcialmente las penas de inhabilitación y/o prisión de los ex altos cargos condenados al ver vulnerados sus derechos fundamentales. Sin embargo, no los ha absuelto. De hecho, el TC ha encomendado a la Audiencia de Sevilla que dicte una nueva resolución tras acotar los delitos y las penas. Según el relato de hechos probados recogido en la sentencia, que no ha podido cambiar ni el TC, la Junta de Andalucía repartió 680 millones de euros de manera arbitraria, es decir, sin norma ni transparencia ni control.
Pero el PSOE no ha esperado a que la Justicia dicte la sentencia definitiva para reivindicar un pasado del que hasta hace poco se avergonzaba. Lo hizo por primera vez el pasado mes de julio, cuando el expresidente andaluz Manuel Chaves ofreció su primera rueda de prensa en la sede del PSOE andaluz en Sevilla después de 14 años.
En presencia del secretario general del partido, Juan Espadas, el que fuera presidente de la Junta durante 19 años (1990-2009), secretario general del PSOE andaluz durante 14 (1994-2010) y presidente federal del PSOE entre 2000 y 2012 acusó al PP de haber intentado «borrar 30 años de gestión socialista» orquestando una «operación política y mediática con ropaje judicial» en el caso ERE que «echó tierra en el engranaje del adversario político». Este sábado, tras su homenaje, el expresidente socialista volvió a mostrarse «disponible» para su partido, el PSOE, que «ha echado [mano] de mí para muchas cosas que se ven y que no se ven».
Zapatero y la decencia
El expresidente del Gobierno y antiguo líder del PSOE José Luis Rodríguez Zapatero, que intervino el sábado en un 'ágora' del congreso dedicada a la desinformación, también hizo un reconocimiento de los condenados. «La decencia y la verdad, antes y después, se abren camino», se congratuló.
Manuel Chaves, por su parte, confesó estar feliz porque «hacía tiempo que no venía a un congreso del partido, sobre todo de carácter federal». De la Justicia, que aún no ha escrito su última palabra en este caso, dependerá que ésta no sea la última vez que lo haga.