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POLÍTICA

El sobrino de Joaquín Sabina que quiere ser concejal en Jaén

Francisco Joaquín Martínez es hijo del único hermano del músico ubetense, al que profesa gran admiración

Es actual delegado territorial de Empleo de la Junta en Jaén y forma parte del núcleo duro de Agustín González en su lucha por la Alcaldía jiennense

Francisco Martínez en una calle de Jaén DANIEL ILLANA

Daniel Illana

JAÉN

No en el número siete de la Calle Melancolía, sino en una cafetería de la céntrica calle Navas de Tolosa de Jaén espera Francisco Joaquín Martínez (Úbeda, 1973), que entre todas las vidas escogió la de funcionario de la Seguridad Social. En su vida ha habido mucha, mucha policía por la parte paterna, pero a él le sobran los motivos para poder hablar de sí mismo.

«La vida de mi tío es complicada. Ha habido momentos de distanciamiento con la familia, pero ahora la relación es muy normal. Es verdad que nos vemos menos de lo que nos gustaría, pero, aunque se ha hablado mucho sobre esto, mi padre y mi tío tienen muchas cosas en común y cuando están junto se aprecia claramente», explica Martínez.

Ni él ni sus dos hermanos se han sentido atraídos por la bohemia. «Los tres hemos estudiado derecho y hemos acabado de funcionarios». Él, en concreto, en la Tesorería General, donde antes de recalar en la Delegación estuvo al frente de la lucha contra el fraude en la provincia de Jaén. «No he tenido ningún contacto con la música. Y con la escritura casi ninguno», revela.

Martínez entró en la política como independiente de la mano de Ciudadanos en la anterior legislatura autonómica como cargo institucional, con más vinculación a la gestión que a la disputa partidista. Pero ahora su nombre aparecerá en una papeleta, la de la candidatura de Agustín González para la Alcaldía de Jaén por parte del Partido Popular. Lo hace como número 8, pero su cercanía con el candidato popular es máxima y se le puede ver a la diestra de González en todos los acto y reuniones de campaña.

Puede parecer chocante ver a un Sabina en las filas del PP, pero lo cierto es que la familia del cantautor ubetense es bastante conservadora. El patriarca, Jerónimo, era inspector de Policía y el hijo mayor, Francisco Joaquín, padre de este Francisco Joaquín, también siguió esos pasos policiales. Durante muchos años fue el encargado de llevar las relaciones con la prensa en la Comisaría Provincial de Jaén. «El día de su fiesta de jubilación mi tío apareció, le escribió un soneto y le regaló un Ondas, que está en el salón de la casa de mis padres. Fue un momento de reunión».

Y mientras este Sabina gana espacio en el centro derecha, el otro parece haber perdido su ascendente sobre la izquierda española. Sus palabras en la presentación del documental que le filmó León de Aranoa han levantado ampollas en un sector no muy dado a la autocrítica. «Yo diría que quien tiene que mirárselo es la izquierda. Yo no he tenido la ocasión de hablar con él, pero es una persona radicalmente libre y entiendo que se sienta desengañado, porque no está dispuesto a que lo utilicen».

Un gusto que, precisamente, la nueva izquierda española parece no perdonarle a Sabina es el que más comparte con su sobrino: los toros. Ambos son irredentos taurinos, una pasión que viene desde su abuelo. Han asistido juntos a varios festejos y, entre ellos, Francisco recuerda con cariño el del 60 aniversario de Antoñete, en el que su padre y su tío se sentaron juntos en los tendidos de Las Ventas.

Alternativa política

«No me considero un político, sino un servidor público. Antes en mi trabajo de funcionario y ahora en responsabilidades de gestión», dice Martínez. Sin embargo, a Francisco Joaquín, Paco, para los más allegados, le ha llegado la hora de torear con picadores en el ruedo de la política. Y el culpable de que tome la alternativa es José Agustín González.

«Nos conocemos de hace muchos años. Ya coincidimos en el preparador de oposiciones, Ricardo Oya, al que, finalmente, Agustín sustituyó al frente de la Tesorería de la Seguridad Social en Jaén. Luego, después de nuestros primeros destinos, volvimos a coincidir en la Tesorería aquí en Jaén e hicimos un buen equipo, pusimos en marcha muchas cosas, como el primer control de calidad». De ahí al salto a una Consejería llena de técnicos de este organismo, la de Empleo, encabezada por Rocío Blanco.

«Era una Consejería tristemente conocida por escándalos como el de los ERE o los cursos de formación. Hubo que hacer un trabajo enorme de limpiar y construir, y con la pandemia de por medio, con todo el jaleo de los ERTE», afirma. Ahí volvió a coincidir con el entonces director general de Empleo, González. Ahora llega el más difícil todavía: intentar alcanzar y gestionar con éxito un Ayuntamiento marcado por el fracaso, el de Jaén capital.

«La gente que formamos parte del equipo de Agustín estamos aquí porque nos ha ilusionado con sus ideas y su proyecto. La candidatura que ha conformado es, en gran parte, un reflejo de él mismo, con gente que tiene experiencia en la gestión y que venimos comidos de casa, nadie viene aquí buscando un sueldo, sino a cambiar la ciudad», asegura Martínez.

La cuestión es si será suficiente con la ilusión. El todavía delegado de Empleo lo expresa con convicción: «si pensáramos que la ciudad no tiene salvación no estaríamos aquí. Jaén tiene mucho talento, gente con iniciativa, grandes empresas. A veces es tan sencillo como darle todas las facilidades que toda ese gente necesita para desarrollar su potencial», concluye Martínez.

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