Huelva
‘Casas’ para acoger aves y murciélagos en Doñana
El Parque Nacional adopta el sistema de lucha biológica contra las plagas diseñado por el ganadero Paco Volante y promovido por Asaja-Huelva y el Foro para la Dehesa
![El ganadero andevaleño Paco Volante instala una de las ‘casas’ de madera en un árbol del Parque Nacional](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/andalucia/2021/08/30/s/casas-aves-krpG--1248x698@abc.jpg)
Cuando vamos al campo en busca de silencio, estamos persiguiendo un ideal equivocado. El campo no es silencio , o no debería serlo. La naturaleza es una sinfonía de gorjeos, trinos, chillidos, crepitar de hojas al paso de un conejo o de una lagartija, ... zumbidos de insectos… si hay silencio, malo. Y silencio fue lo que encontraron los miembros de Asaja-Huelva y del Foro para la Defensa y Conservación de la Dehesa (Encinal) cuando acudieron a Doñana, al encuentro con el director del Parque Nacional de Doñana , Juan Pedro Castellano, el pasado mes de junio. Entre ellos, Paco Volante, ganadero andevaleño y socio de Asaja que hace años patentó un sistema de lucha biológica de probado éxito en diversos ecosistemas.
Noticias relacionadas
Era la segunda vez que los integrantes de las dos organizaciones, junto con Volante, visitaban el Parque Natural con el fin de implantar lo que se conoce como «cajas de biodiversidad». «La primera fue hace cuatro o cinco años, pero, por lo que sea, la cosa no cuajó», pero esta vez, después de la reunión en la que también estuvieron presentes la directora general de Medio Natural, Araceli Cabello y la conservadora del Espacio Natural de Doñana , Isabel Redondo, y de un posterior paseo por el enclave de La Rocina , el director del Parque Nacional, Juan Pedro Castellano, comunicó su decisión de instalar 30 cajas : 10 en La Rocina, 10 en El Acebrón y 10 en El Acebuche, emblemáticos parajes de la reserva natural más importante de Europa.
Evitar los productos químicos
El proceso de instalación de estas cajas f abricadas artesanalmente con pino sueco de primera calidad y una durabilidad que puede superar el medio siglo culminará la próxima semana. Es un proceso delicado y para Volante, poder desarrollarlo en Doñana «es un privilegio». Pasará algún tiempo hasta que diversas especies de aves, murciélagos e insectos se conviertan en «okupas» deseados de unos nidos en los que cada cual tiene su espacio y que, tras muchos años de estudio y observación por parte de Volante, han sido perfeccionados para evitar que ejemplares mayores o incluso las hormigas puedan acceder a la caja y dañen a sus habitantes.
En Doñana, estas aves, murciélagos e insectos tienen un importante trabajo que hacer: deben controlar las plagas de procesionaria que proliferan en las masas de pino; los mosquitos que se ven favorecidos por los humedales y por la falta de depredadores y que pueden provocar enfermedades en el ganado y en las personas y también insectos como el cerambyx y xilófagos que afectan a los valiosos quercus que pueblan el parque. Y todo ello, sin usar ni una gota de producto químico alguno que «no soluciona nada».
«Cuando tú fumigas, puedes atajar el problema a corto plazo, pero no vas a acabar con él». Peor aún: « los insectos suelen hacerse inmunes a los productos químicos y cada vez hay que usar más tóxicos, productos que de paso acaban con los pocos depredadores de estas plagas que quedan en el medio y que, además, llegan a nosotros a través de los acuíferos» . Por eso, «es una pena que después de tantos años de haber demostrado que esta es la herramienta más eficaz, se siga fumigando».
Pérdida de biodiversidad
El proceso de observación de Paco Volante comenzó en la dehesa, en su propia finca, donde cría cerdo ibérico ecológico de la más alta certificación. Allí escuchó el temido silencio y vio cómo la Seca de la Encina, esa combinación fatal de factores que se está llevando por delante cientos de ejemplares de quercus de gran valor ecológico y económico, aquejaba a sus árboles. Y empezó a darle vueltas a la pérdida d e biodiversidad , la ruptura del equilibrio y el modo de revertir el proceso fomentando la presencia de la fauna insectívora y polinizadora. Patentó las cajas de biodiversidad y de la mano de Asaja-Huelva y del Foro para la Defensa y la Conservación de la Dehesa (Encinal), entidad de la que forman parte cerca de un centenar de empresas e instituciones de España y Portugal, comenzó un periplo que ya le ha llevado a instalar unas 15.000 cajas en toda la Península y en Baleares.
Un sistema que f unciona con la seca y también con la procesionaria, como se ha podido certificar en diversos enclaves como campings, fincas e incluso parques urbanos como El Alamillo en Sevilla o el de los Toruño s en Cádiz. «Hay muchos sitios en los que se puede comprobar su efectividad. Todo va a depender del tiempo y de lo que quede en el campo: si los animales no se instalan en las cajas en un plazo de dos años, es porque no quedan», lamenta Volante.
Y si no quedan, el carbonero no podrá hacer un agujero en el bolsón de la procesionaria, que luego aprovecharán otras aves insectívoras del pinar . Las avispillas no parasitarán los gusanos ni las moscas los huevos. No habrá trabajo en equipo y la plaga se hará fuerte. Se habrá roto el equilibrio. Aunque «el desequilibrio biológico se puede combatir creando vida. Qué cosa más bonita».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete