HUELVA
Berrocal, el mayor incendio de España entre el olvido y la ruina
Se cumplen 18 años desde que Huelva registrara el mayor siniestro forestal desde que se tienen registros
El medio de vida del pueblo se vio totalmente afectado y los vecinos denuncian el abandono político
Los incendios en España, en imágenes
![Puente de la Estación de Berrocal en el río Tinto](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/08/28/incendio-berrocal-huelva-RGr8ND1cuCBR2xxyy4VGRBJ-1240x768@abc.jpg)
Cuando las llamas se apagan, se retiran los bomberos y con ellos el foco que durante jornadas alumbra las localidades afectadas por los incendios. Luego llega la cruda y dura realidad. Al daño directo de un fuego forestal acompaña un largo ocaso de años en ... los que la difícil tarea de recuperar todo lo perdido no siempre es posible. Proyectos ineficaces, gestión externa sin conocer la realidad de los entornos o intereses políticos confluyen con demasiada frecuencia como acelerantes del rastro de cenizas que colapsa una comarca calcinada.
Nada en Berrocal ha vuelto a ser lo mismo. El fuego que hace 18 años devoró más de 30.000 hectáreas arrasó también gran parte del futuro de este pueblo de no más de trescientos habitantes. Es el incendio más grande registrado en la historia de España desde que se tienen registros según la oenegé World Wildlife Fund (WWF). Las llamas afectaron a una docena de municipios de Huelva y Sevilla, una comarca convertida en cenizas y que, a pesar de ello, ni siquiera fueron declarados zona catastrófica.
El incendio se originó en la cercana localidad de Riotinto y en apenas unas horas ya había recorrido decenas de kilómetros. Fue un fuego rápido, agresivo e impulsivo que calcinó cuanto tuvo a su paso, y que se llevó además la vida de dos personas que quedaron atrapadas en su vehículo cuando trataban de huir de las llamas. Aquellos días oscuros siguen grabados en la psique de toda una comarca.
Las llamas arrasaron miles de hectáreas de alcornoques centenarios y con ellos se acabó la industria local del corcho
Si bien el foco inicial estuvo en Minas de Riotinto, fue la cercana Berrocal la que sufrió en mayor medida las acometidas de las llamas por encontrarse de pleno en la trayectoria del fuego. El viento reinante aquellas jornadas condenó a la pequeña localidad. Cada verano sus habitantes recuerdan el incendio «como si hubiera ocurrido ayer» mientras otros prefieren mirar hacia delante «y no estar cada año recordando algo que tanto daño nos hizo». En el pueblo, de casas blancas y calles estrechas y empinadas reina una especie de ley del silencio. Recordar duele y se perdió mucho. Cuesta hablar del fuego 18 años después.
Uno de los pilares de la economía local no ha sido capaz de levantar cabeza. El corcho es una forma de vida que desapareció casi por completo cuando el fuego se llevó por delante los alcornoques de cientos de pequeños propietarios. Vieron el sustento de sus vidas hecho literalmente cenizas.
La España vaciada
Berrocal ilustra a la perfección el concepto de la España vaciada. Una merma de población, poca vida joven y falta de trabajo. ¿Fue el incendio de Riotinto el culpable? Sí y no. Juan Romero, presidente de Ecologistas en Acción Huelva y vecino de Berrocal, lo explica, «el corcho era el sustento de muchas familias», pequeños propietarios que sacaban del alcornoque un complemento a sus ingresos. «Todo eso se perdió» y la falta de ayudas y de una apuesta por la formación y el trabajo en el campo por parte de las administraciones hace que los jóvenes de Berrocal no tengan más remedio que buscar trabajo fuera. «¿De qué sirve aquí una formación por ejemplo de electrónica?» se pregunta Romero. «Aquí deberían hacerse formaciones profesionales para el oficio de descorchador, o realizar enseñanzas relacionadas con el trabajo forestal».
Un horno industrial parado es testigo de la ruina de la zona. Antes del incendio daba una media de 300.000 kilos de corcho mientras que «ahora apenas llega a los 100.000».
Andalucía posee la mitad de la superficie de alcornocal del mundo, pero «actualmente, y ante la falta de apoyo por parte de la Administración para impulsar la industria de transformación del corcho, la producción se vende en bruto directamente a otros países». El de Berrocal se marcha a Portugal. La riqueza del bosque se esfuma.
La falta de políticas forestales concretas para la zona perjudica al pueblo tanto como lo hizo el fuego. «El bosque se regenera pero hay que trabajarlo y cuidarlo» apunta Juan Ramón García Bermejo, presidente de la cooperativa corchera de Berrocal. De nada sirvieron los 78 millones de euros de inversión destinados a ayudar a la comarca después del incendio «si este dinero se perdió de subcontrata en subcontrata».
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Desde la Junta de Andalucía, entonces gobernada por Manuel Chaves, «no hubo un seguimiento y caímos en el olvido». La restauración forestal en Berrocal se llevó a cabo mediante la firma de 350 convenios de colaboración con pequeños propietarios vecinos del pueblo. Unos acuerdos que con el paso de los años dejaron de seguirse y toda la inversión y la apuesta por el futuro de Berrocal quedó parada en el tiempo. Poco ha cambiado desde 2004. «Hay que reconocer que hubo actuaciones, como la puesta en marcha de una infraestructura para riego agrícola denominada la corona hidráulica, que sí ha ayudado mucho a los pequeños0 propietarios de las huertas» asegura Juan Romero. Pero no es suficiente si se mide con todo lo que se perdió.
Un centro de interpretación con sus cristales rotos y unas casas rurales que no llegaron a estrenarse observan silenciosas el ocaso del pueblo. Su languidez define el abandono y la falta de un criterio claro a la hora de afrontar la construcción tras la tragedia. El foco se apagó y Berrocal se quedó solo.
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