Crimen de Almonte, un año sin respuestas

Ya ha pasado más de un año. El lunes 29 de abril de 2013, Miguel Ángel Domínguez no se presentó en su puesto de trabajo, en una superficie comercial de Almonte, y su hija, la pequeña María Domínguez Olmedo, de siete años, no llegó a su colegio. Fue el abuelo materno de la menor quien, extrañado por tal circunstancia, se presentó en el domicilio familiar, en la avenida de los Reyes de este municipio onubense, y allí encontró los cadáveres de su yerno y su nieta , que yacían en el suelo de la habitación con aparentes signos de violencia en una ensangrentada casa. Poco más se ha sabido desde entonces de este macabro suceso.

Los únicos que se conocen del caso fueron aportados tras las autopsias realizadas en el Instituto Anatómico Forense de Huelva, donde se confirmó la muerte de ambos por heridas de arma blanca y el hecho de que los fallecimientos se produjeron dos días antes de encontrarse los cuerpos. Ese día, Miguel Ángel, que jugaba en un equipo de fútbol local, había estado viendo un partido por televisión con un amigo antes de recoger a la pequeña y llegar al domicilio por la noche. El informe pericial también desmontó la teoría errónea que se dio en un principio del posible filicidio, ya que el padre murió antes que la hija y su cuerpo presentaba una gran herida en la espalda. Las incógnitas se acrecentaron cuando el juzgado de instrucción del caso decretó el secreto de sumario. Se habló entonces de un posible caso de venganza de una persona a la que supuestamente el fallecido sorprendió cuando cometía un hurto en el supermercado en el que trabajaba, móvil que se ha descartado. También se apuntó el móvil pasional, sin que se concretara más el asunto. Se ha sabido que la pareja había iniciado los trámites de separación, motivo por el cual la madre no se encontraba junto a ellos el día del asesinato.

Ahora, un año más tarde, la familia ha roto el silencio para expresar su «más firme confianza» en que la investigación dé pronto sus frutos y permita esclarecer el doble crimen. Los familiares se pronuncian por primera vez públicamente para descartar los rumores que circulan entre la población y que indican que la investigación se encuentra estancada.