Hazte premium Hazte premium

Piscinas públicas donde combatir el calor en Granada: pocas, pero quedan

En la capital sólo subsiste la de Almanjáyar y las hay en varios pueblos del Área Metropolitana, que tienen por costumbre favorecer a los allí empadronados

Piscina del municipio de Peligros. ayuntamiento de peligros

Guillermo Ortega

Granada

Miami, Paraíso, Neptuno… Son nombres que a muchos granadinos se le vienen a la cabeza cuando se habla de las piscinas que había en la ciudad. Eran otros tiempos, dirán los más nostálgicos, añorando unos años en los que igual no fueron más felices, pero desde luego sí más jóvenes.

Ahora ya no están. Desde el año 2015, la única piscina pública que queda en pie en Granada es la de Almanjáyar, en el distrito Norte. Los primeros chapuzones se los dieron allí los usuarios en 2006 y por entonces estaba gestionada por la Asociación de Vecinos de Almanjáyar, que continúan colaborando en su día a día junto con el Ayuntamiento de Granada.

Es la que queda. Si se pregunta a las asociaciones de vecinos de los demás distritos de la ciudad, todas coincidirán en que una piscina pública es una demanda de los habitantes. Esos mismos dirigentes vecinales reconocen, sin embargo, que ahora, con la sequía, construir piscinas es una misión casi imposible.

El caso es que la piscina de Almanjáyar permanece abierta al público entre los meses de junio y septiembre, de doce del mediodía a ocho de la tarde. Se ubica en el número 131 de la calle Pedro Machuca y, para los que no son del barrio, que sepan que los autobuses de las líneas N5 y N6 dejan a tiro de piedra de las instalaciones.

Una ventaja indiscutible es que la entrada tiene un precio más que asequible: dos euros los niños, tres los menores de 13 años y los jubilados y cuatro los demás. Ofrece, además, servicio de bar y actividades como el aquafitness. El bar, por cierto, se llama 'La playa' para que a los usuarios les quede claro que es lo más cerca que pueden estar de una playa sin moverse de Granada. Que luego en Motril está Playa Granada, que no es una piscina sino un arenal, pero eso a lo mejor ya es liar las cosas.

Granada, como se sabe, tiene la particularidad de que hay tantos habitantes viviendo en ella como en los 34 pueblos, de más o menos envergadura, que componen su Área Metropolitana. Los que viven en algunos de esos municipios están de suerte porque también cuentan con piscinas públicas. Vamos a ellas:

En Albolote, unido a Granada por metro, funciona todo el verano y llama la atención el hecho de que beneficia a quienes están empadronados en el municipio. Los bonos van desde los 10 a los 25 años por veinte baños –es lo que se ve en la web del ayuntamiento, es de suponer que quiere decir veinte días- en función de circunstancias como la edad, estar desempleado o pertenecer a una familia numerosa. Para días sueltos también hay una diferencia sustancial entre empadronados y foráneos: entre 3 y 4,5 euros los primeros y entre 9 y 12, siempre según la edad.

Maracena, conectado también a la capital por metro, hay programa de animación, zona de juego juvenil y franjas horarias reservadas para cursos de natación dirigidos a todas las edades. En ellos no puede participar cualquiera, se requiere hacerse socio.

En Churriana de la Vega, adonde aún no llega el metro aunque sí que está previsto, también se premia el ser residente en el pueblo. Seguramente esto que pasa allí, en Albolote y en otros sitios es una forma de incentivar a muchos a que dejen de considerar ese sitio como una suerte de ciudad dormitorio y no sigan constando como residentes en la capital. No será sólo por eso, seguramente, pero lo cierto es que las estadísticas indican que Granada va perdiendo población mientras que ciudades fronterizas la ganan.

Alhendín, Armilla, Peligros, Cenes de la Vega, Pulianas o, ya más alejadas de Granada, Loja y Huétor Tájar, son otros lugares donde es factible el más que necesario chapuzón veraniego, ese que ahuyenta, siquiera durante unas horas, el calor que arrasa todo lo que pilla. Todas abren a diario, normalmente entre el mediodía y hasta las ocho de la tarde –aunque en algunos casos el horario se prolonga los fines de semana- y todas tienen bastante público, gente asidua que repite casi a diario, sobre todo en julio.

El viaje alrededor de las piscinas públicas de Granada, no obstante, no queda completo si no se menciona la que hay en la zona náutica del embalse de Cubillas, porque depende de la Universidad de Granada, que no es una entidad municipal pero sí que pública.

Está abierta a todos, tanto a los que son universitarios como a los que no, entre el 15 de junio y el 15 de septiembre. Funciona con bonos válidos para todo ese periodo, cuyos precios oscilan entre los 81 euros, que es lo que pagaría un universitario que fuera solo, hasta los 246,60 que tendría que abonar una familia de cinco componentes. Haciendo cuentas, no sale tan caro.

Todos los socios tienen además la posibilidad de llevar invitados, siempre que paguen por cada uno la cantidad de cuatro euros al día. Que paguen los socios o que los paguen ellos, eso ya que lo diriman entre ellos, que la invitación puede ser sólo a ir, ojo.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación