Pide al juez que le deje alimentar a los 115 animales que hay en la finca que le han okupado en Granada
El denunciante, cuidador de la casa y del ganado, reclama medidas urgentes para que los 50 pollos, 37 vacas, 25 cerdos y tres perros que se han quedado allí reciban alimentos y agua
![Los hechos se han producido en un cortijo cercano a Loja (Granada)](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/03/Loja-R84ZLur7gDwN2ts3ZNpnIKN-1200x840@abc.jpg)
Si no puede recuperar su finca, por lo menos sí quiere que los animales que había dentro, cuando la ocuparon, estén bien. Es lo que ha pedido al Juzgado de Instrucción número 1 de Loja un hombre al que, el pasado 1 de octubre, le entraron en su casa, en un cortijo de la localidad granadina, una serie de personas que él sospecha que no están tratando nada bien a los habitantes no humanos que se quedaron dentro.
El hombre tiene poco más de treinta años y se llama Ángel Antonio Moreno Béjar. No es el propietario sino el cuidador de la finca, llamada La Hoya y ubicada entre Loja y la pedanía de Salinas. Vive allí desde hace dos años.
El denunciante ha enumerado cuántos animales son y de qué especie: 50 pollos, 37 vacas, 25 cerdos y tres perros. Desde que la finca fue ocupada, él ha intentado entrar varias veces para darles agua y comida, pero no ha conseguido su objetivo. De hecho, lo que se ha llevado de vuelta han sido amenazas de los que están dentro, que le han dicho que no vuelva.
Los okupas son tres, según ha precisado el abogado del denunciante, Óscar Chicharro. «Han cerrado la valla de la finca con un candado y ni salen ni dejan entrar a nadie», ha explicado, para añadir que el mismo 1 de octubre, cuando poco después del mediodía el cuidador se percató de la presencia de extraños, se dirigió al juzgado de guardia para que estableciera alguna medida urgente.
«No quisieron tomarlas y por eso el 2 de octubre, por la tarde, presentamos un escrito en el Juzgado de Instrucción número 1, que nos consta ya ha sido recepcionado. Ahora estamos a la espera de que se pronuncien«, ha añadido el abogado.
Ni a Ángel Antonio ni al letrado les consta qué está pasando dentro, cómo están siendo tratados los animales, pero sí saben que no son ni uno ni dos y que algunos, como los cerdos y las vacas, «necesitan comida específica que no creemos que allí se les esté facilitando«.
En su escrito, el cuidador de la finca reclama que se le autorice la entrada, se le facilite el acceso y se le acompañe para proporcionar a los animales el cuidado que necesitan. Como alternativa, pide que éstos puedan ser trasladados a un lugar seguro.
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