Condenado el estafador que vendía cervezas con la marca Pa' mi polla

Andrés del Río, que vive en Algeciras, sí que acudió a la justicia. «Más por empeño en que no quedara indemne lo suyo que por el dinero», aclara. Conoció la existencia de la cerveza Pa' mi polla, nombre muy curioso y un poco cutre, aunque en Granada se está palabra forma parte del vocabulario de todo el mundo. Cuando alguien dice «esta cerveza es pa' mi polla», quiere expresar que se la merece, que se la ha ganado.

El caso es que el pedido, de 108 euros, nunca le llegó. Llamó varias veces al dueño de la empresa, José Antonio López Rodríguez, pero fue en vano. Así que acudió al Juzgado de Instrucción número 4 de Algeciras y éste, el 13 de diciembre de 2024, emitió una sentencia en la que condenaba al empresario por el delito de «estafa leve».

La resolución judicial especifica que López Rodríguez no sólo debe devolverle a Andrés del Río los 108 euros que había pagado, sino que también tendrá que indemnizarle con una multa de seis euros al día durante dos meses, un total de 360 euros adicionales.

«El hombre reconoció los hechos, no los negó en ningún momento», recuerda el denunciante, que en lo económico se da por satisfecho, pero entiende que actos de este tipo deben divulgarse. Porque el suyo no ha sido un hecho aislado. Un informe de la Policía Nacional al que ha tenido acceso ABC certifica que José Antonio López Rodríguez tiene dos antecedentes por estafa, el primero de ellos del año 2007. No es un recién llegado.

Sus cuatro marcas son: cerveza 'Pa' mipolla', cerveza Pa' mi almeja, vino Calientapollas y vino Calientalmejas. Se distribuyen por toda la provincia de Granada –no pocos turistas los compran como una especie de souvenir para mostrar luego a sus amigos, entre risas, qué peculiar es el lenguaje local- pero sobre todo en la Alpujarra, donde se producen.

Allí hay bastantes clientes insatisfechos, aunque no han querido presentar denuncia. Por unas cosas o por otras, no les merece la pena. «Eso ocurrió, pero yo ya lo he olvidado, no quiero saber nada. Es una pena, porque era un negocio muy bonito y las cervezas están muy buenas, pero ese chico lo ha echado todo a perder», resume la dueña de un establecimiento especializado en quesos, embutidos y otros productos alpujarreños.

Otra empresaria, que tiene una tienda en Lanjarón, recuerda un pedido que hizo en febrero de 2024 y que nunca llegó. «Pagamos 267,60 euros», cuenta, justo después de encontrar la factura que ha buscado para ser exacta con el dato. Intentó que el distribuidor le diera las cervezas que le había encargado y abonado, pero no tuvo éxito.

«Le escribí un whatsapp pero no contestó. Le llamé, me pidió excusas pero no hizo nada. Le dije que podíamos quedar en Granada, que es donde vive, si él lo prefería, y él siempre me decía que no le venía bien y terminó por bloquearme. No he presentado denuncia porque tengo ya bastante problemas y no quiero complicarme la vida», argumenta.

Hay más afectados, según ha podido constatar este periódico. Algunos distribuidores, que han preferido quedar en el anonimato, se refieren a José Antonio López Rodríguez con expresiones como «piratilla» o «pícaro». Uno de ellos ironiza sobre la situación: «Normalmente somos nosotros los que tenemos dinero colgado en la calle, de clientes que tardan en pagarnos».

Este periódico se ha intentado poner en contacto con José Antonio López Rodríguez, tanto en su teléfono persona como en un fijo que aparece como el de su empresa. También le ha enviado un mensaje de whatsapp exponiéndole la situación y emplazándole a dar su versión de los hechos, pero por el momento no ha contestado.