Imprudencia en el Mulhacén: a 3.400 metros de altura en chándal y zapatillas de deporte
El jefe del GREIM de la Guardia Civil relata el rescate de una pareja de polacos que sufrió un accidente cuando ascendían en terreno nevado sin un mínimo de preparación
Rescatistas de montaña en el Rocío para sacar a romeros por el aire
![Los agentes preparan el descenso para llevar a un lugar más seguro a la chica](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/02/27/rescate-victima-mulhacen-ReTBJiIseNeFieGSmhKEO4O-1200x840@diario_abc.jpg)
Las imprudencias en la montaña cuestan caras. A veces se cobran vidas y siempre suponen un coste para las administraciones públicas, que tienen que desplegar medios para rescatar a excursionistas que no se preparan mínimamente para adentrarse en un terreno que puede resultar muy peligroso. ... Pongamos de ejemplo lo ocurrido la semana pasada muy cerca de la cima del pico más alto de la península ibérica: el Mulhacén (Granada).
Los especialistas en montaña de la Guardia Civil tuvieron que auxiliar a una pareja de polacos, de 34 y 31 años, que quería ascender a esa montaña, en pleno invierno, con zapatillas de deporte y chándal. El jefe del GREIM, Luis Manuel Raya, relata a ABC cómo hicieron fotos de las prendas tras el rescate por si alguien no les creía. «Es alucinante que sigan pasando estas cosas. Hay gente que no le tiene respeto ninguno a la montaña«.
Situémonos a las cinco de la tarde del pasado miércoles 21 de febrero. El 112 recibe el aviso de un excursionista que dice haber sufrido una caída junto a su pareja. «El primer error no tardó en llegar. Dieron unas coordenadas que no eran correctas. En espacios donde se pierde la cobertura hay que esperar a que el punto que señala nuestra localización se ponga en azul. Eso significa que ha marcado bien la posición. Ellos no lo hicieron y dieron una información incorrecta«. Estaban a 300 metros más lejos, que en alta montaña, con fuerte pendiente y en zona rocosa, puede resultar un mundo.
El helicóptero del GREIM salió hacia el punto que les habían indicado pero no encontraron nada. Dio varias vueltas con resultado negativo. «Hasta que hubo que tomar la decisión de regresar porque se agotaba el combustible. Así que dos especialistas se bajaron y se quedaron en tierra para buscar a las víctimas«. Horas después, cuando los localizaron, los excursionistas les contaría que habían visto el helicóptero pasarles por encima. Ella iba vestida de blanco y con la nieve era casi imperceptible desde la altura; «él iba de oscuro, pero se subió a una piedra y no se le veía tampoco», cuenta el jefe del GREIM.
Siguiendo técnicas de orientación y las instrucciones que le iban dando los compañeros por transmisiones, los dos guardias que se habían bajado del helicóptero lograron llegar al punto en el que estaba la pareja. «Se echó la noche y en ese contexto es más fácil ver las luces de los frontales» que llevaban los agentes. A los heridos los pudieron localizar finalmente al vislumbrar las luces de sus móviles.
![El helicóptero llegando a la zona donde estaban los heridos, en la falda del Mulhacén](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/02/27/rescate-mulhacen-montana-U78578283344YuY-760x427@diario_abc.jpg)
A las nueve de la noche ya se sabía que el helicóptero no podría ir a buscarlos hasta la mañana siguiente así que tocaba hacer noche a 3.100 metros de altura. «Tres de nosotros partimos hacia allí con ropa de abrigo, un hornillo para que pudieran tomar bebidas calientes y sacos de dormir porque no iban a poder soportar las temperaturas tan bajas«. Raya lo tiene claro, sin ese auxilio, la pareja habría muerto. No habrían soportado unas temperaturas que cayeron a -4 grados.
«Allí nos contaron que habían sufrido el accidente a 3.400 metros. Habían salido de Trevélez y al llegar al tramo de Siete Lagunas se encontraron con hielo, nieve y sin el equipamiento básico«. Este especialista de la Guardia Civil se refiere a herramientas elementales para ascender en terreno nevado como crampones o piolet. Sin ellos y en zapatillas de deporte, a cada paso en ascenso se fueron resbalando hasta caer unos 200 metros. El diagnóstico: esguince de tobillo, ella; distensión de ligamentos de rodilla, él. El resultado: no podían apenas andar.
Desde el punto donde fueron auxiliados, los cinco guardias civiles que acudieron a su rescate comprobaron que el helicóptero no podrían hacer la extracción con seguridad allí y decidieron bajarlos en camilla a una zona más llana. Fue una noche muy larga hasta que a las 8.30 horas, el helicóptero llegó. Ambos turistas fueron trasladados al hospital sanos y salvo. Fue allí donde los guardias constataron que la mujer tenía las uñas arrancadas de haber intentado agarrarse en la caída. «No se habían preparado la ruta, ni tenían los medios para llevarla a cabo con garantías», señala este responsable del GREIM. Otra imprudencia más en la montaña que esta vez no costó vidas humanas.
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