Científicos de Granada descubren un planeta gigante pero «ligero como un algodón de azúcar»
Los investigadores resaltan que WASP-193b es tan etéreo que resulta difícil imaginar un material análogo en estado sólido y tan raro que «no debería existir»
James Webb detecta, por primera vez, la atmósfera de un planeta rocoso similar a la Tierra
![Recreación artística del sistema de WASP-193b](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/05/14/planeta-agodon-azucar-U60534935865rFF-REGi88LcZMMCHko22CeUNEI-1200x840@diario_abc.jpg)
Un equipo internacional, coliderado por el investigador Francisco Pozuelos, del Instituto Andaluz de Astrofísica, con sede en Granada, ha descubierto un planeta «extraordinariamente ligero» en órbita alrededor de una estrella distante de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Este descubrimiento, publicado este martes 14 de mayo en la revista Nature Astronomy, «desafía nuestro entendimiento sobre la formación de planetas gigantes y ultraligeros», según los científicos.
El nuevo planeta, denominado WASP-193b, es un 50% más grande que Júpiter, pero su densidad es aproximadamente veinticinco veces menor, un valor tremendamente bajo que sugiere que el planeta «es tan etéreo como el algodón de azúcar».
WASP-193b es, de hecho, el segundo planeta más ligero descubierto hasta la fecha, solo superado por Kepler 51d, de tamaño similar a Neptuno. Las dimensiones del astro recién descubierto, combinadas con su densidad tan baja, hacen de WASP-193b ¨«una auténtica rareza» entre los más de cinco mil exoplanetas descubiertos hasta la fecha.
«Son muy raros de encontrar», ha afirmado Julien de Wit, coautor del estudio y profesor adjunto del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del MIT. «Este es un caso extremo de una clase de planetas que se denominan Júpiter 'hinchados' o 'esponjosos'. Los conocemos desde hace quince años, pero siguen siendo un auténtico misterio«.
«Desafía todas nuestras actuales teorías de formación planetaria», añade el autor del estudio, Francisco J. Pozuelos, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Andalucía, organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). «No podemos explicar cómo se formó. Necesitamos observaciones detalladas de su atmósfera para poder entender su evolución».
Un proceso complejo
El descubrimiento se debe a WASP (Wide Angle Search for Planets), una colaboración internacional que opera conjuntamente dos observatorios robóticos en ambos hemisferios. Cada observatorio emplea un conjunto de cámaras de gran campo para medir el brillo de miles de estrellas individuales en todo el cielo.
A partir de observaciones obtenidas entre 2006 y 2008, y posteriormente entre 2011 y 2012, el WAPS-Sur detectó disminuciones periódicas en el brillo de WASP-193, una estrella similar al Sol situada a unos 1200 años-luz de la Tierra. El análisis de estos tránsitos periódicos fue consistente con el paso de un gigantesco «súper-Júpiter» por delante de la estrella cada 6,25 días.
Para calcular la masa, así como su densidad y posible composición, el equipo empleó el método de las velocidades radiales. Esta técnica analiza las pequeñas oscilaciones en el movimiento de la estrella debido a la atracción de un planeta que orbita a su alrededor. Estas variaciones se reflejan en desplazamientos en la longitud de onda del espectro de la estrella. Cuanto más masivo sea el planeta, mayor será el desplazamiento observado en el espectro de la estrella.
En el caso de WASP-193b, se analizaron espectros de alta resolución de la estrella obtenidos por los espectrógrafos Harps y Coralie, ubicados en el observatorio de La Silla (Chile). La sorpresa fue que apenas se detectaron cambios significativos en la velocidad radial de la estrella. «Lo alucinante es que, a pesar de su descomunal tamaño, este planeta es tan ligero que apenas ejerce una atracción detectable sobre su estrella», ha explicado Pozuelos.
«Nos llevó casi cuatro años recopilar todos los datos necesarios para obtener la masa de WASP-193b», ha incidido Khalid Barkaoui, postdoctorado en el MIT, la Universidad de Lieja y el Instituto de Astrofísica de Canarias, y colíder del estudio junto con Pozuelos.
Una densidad ínfima
«Al principio, las densidades que obteníamos eran tan extraordinariamente bajas que nos costaba creerlas», comenta Pozuelos. «Por ello, repetimos el proceso completo de análisis de datos varias veces, empleando diferentes códigos y metodologías, para asegurarnos de que era la densidad real del planeta, por muy inusual que pareciera«.
Los cálculos confirman que WASP-193b tiene una masa aproximada de 0,14 veces la de Júpiter y una densidad de 0,059 gramos por centímetro cúbico, considerablemente más baja que la de Júpiter y la Tierra, pero similar a los 0,05 gramos por centímetro cúbico del algodón de azúcar.
«El planeta es tan ligero que resulta difícil imaginar un material análogo en estado sólido,» ha afirmado Julien De Wit, del Massachusetts Institute of Technology. «La razón por la que se asemeja al algodón de azúcar es porque ambos son prácticamente aire»
Según los autores, es posible que WASP-193b tenga una atmósfera predominantemente compuesta de hidrógeno y helio, varias decenas de miles de kilómetros más extensa que la atmósfera de Júpiter. En la actualidad, ningún modelo de formación planetaria puede explicar un planeta con una atmósfera de estas proporciones.
«WASP-193b es un gran misterio», concluye Pozuelos. «De los pocos planetas ultraligeros conocidos, este el mejor candidato para ser estudiado por el telescopio espacial James Webb y comprender finalmente cómo puede llegar a formarse un planeta tan liviano como el algodón de azúcar«.
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