Esta es la chocolatería más famosa de la Alpujarra: «Tienen de todos los tipos que puedas imaginar»
La fábrica de la Abuela Ili se ha convertido ya en un referente del Valle del Poqueira gracias a su producción artesanal y a su excelente y variado surtido
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¿Quién no ha querido visitar alguna vez una fábrica de chocolates? Los niños sí, seguro, y los mayores, probablemente, también. Pues unos y otros están de suerte porque en la comarca granadina de La Alpujarra no tienen una opción, sino dos.
La fábrica de chocolate de la Abuela Ili es, a estas alturas, un reclamo de primer orden en Pampaneira y Capileira, dos preciosos pueblos del Valle del Poqueira. Además de una tienda, es también una especie de museo donde se puede seguir el proceso de fabricación del chocolate desde su origen, en las plantaciones de cacao –Costa de Marfil, Colombia, Ghana o Ecuador, entre otros- hasta que llega a la tienda.
En esas tiendas granadinas lo elaboran de manera artesanal, y eso desde luego se nota a la hora de probarlas. Los ingredientes son naturales y de primera calidad, y si por algo se distinguen los de la Abuela Ili es, además de por todo lo anterior, por su originalidad. Fue algo de lo que se enorgulleció Lidia Postigo cuando abrió la empresa en 1999 y esa sigue siendo la divisa ahora que está al frente Mauricio Riera, su hijo.
Variedades para todos los gustos, y no es una frase hecha. Se podría simplificar la cuestión diciendo que los hacen negro, blanco y con leche, pero es que, dentro de esos tres grandes grupos, hay un montón de divisiones: con frutos secos, con canela, con naranja, con pasas al ron, con queso de cabra…
La lista es tan amplia que el artículo quedaría demasiado largo. Cuando los usuarios dicen que tienen «todos los tipos que puedas imaginar», no están exagerando. El cielo es el límite, como suele decirse. No obstante, si alguien que llegue quiere plantear un reto, un más difícil imposible, es probable que en la fábrica recojan el guante y lo acepten. Así tendrán aún más producción.
Tienen opciones para los que no pueden soportar el azúcar y también chocolate con sal, así como exquisiteces del tipo piruletas de chocolate. El cliente no sólo puede probar el producto antes de comprar, sino que es invitado a hacerlo, para que elija con conocimiento de causa. Aunque lo cierto es que, si prueba tres o cuatro variedades, lo difícil es que se decante por una y tenga que descartar las demás.
Hay también soluciones a eso, en forma de chocolates surtidos. Esos y todos los demás se pueden adquirir en las tiendas y también por internet. Ahí no existe la posibilidad de probarlos con anterioridad, pero por otra parte, la página web los enseña con tanto acierto que, literalmente, entran por los ojos.
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