Terremoto
Terremoto en Turquía y Siria | Vuelven los bomberos cordobeses: «Apenas dormimos, pero hemos podido ayudar»
Los tres efectivos lograron sacar a una joven de los escombros tras catorce horas de trabajo
La bebé milagro del terremoto de Siria y Turquía ya tiene nombre y un familiar que la cuidará
Salen los primeros rescatadores: «Lo prioritario son los vivos; donde estén sepultados hay que buscarlos»
![Los tres bomberos cordobeses, con sus familias, al llegar a Córdoba](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/02/13/bomberos-cordobeses-terremoto-RYt4xJKvVd7SsDXJGHh8WlM-1200x840@abc.jpg)
El AVE los deja en una tarde que ya mira a la primavera y en una ciudad feliz con sus casas en pie y el trajín de cualquier día, pero a Antonio Caballero, José Gregorio Martín y Salvador García no es difícil encontrarles en la mirada los reflejos de la destrucción.
Durante casi una semana han encontrado edificios destruidos, bloques de escombros en los que buscaban desesperados el hilo de algún aliento humano y noches a muchos grados bajo cero. Nada más conocer que un terremoto de 7,8 grados había sacudido una ancha región entre Turquía y Siria estos bomberos del Consorcio Provincial de Córdoba, quisieron marcharse a ayudar a buscar vida entre los restos de la destrucción.
Fue como una llamada automática. Si el terremoto fue a las 4.00 de la madrugada del lunes 6 de febrero, hora local, en esa tarde ya salieron para ayudar.
No habían pasado 24 horas y ya estaban allí, porque sabían que cada segundo cuenta y que cuanto antes lleguen más posibilidades hay de sacar a gente con vida. Y como pertenecen a la organización Bomberos Unidos sin Fronteras y al grupo de intervención en catástrofes sabían que tenían que ir.
Este lunes han vuelto a Córdoba y los lemas con que los recibían sus hijos no parecían exagerados: «Eres mi superhéroe favorito». Antonio Caballero cuenta cómo todos los habitantes de Elbistán, la ciudad de 120.000 personas en la que han estado, están fuera de sus casas y el 80 por ciento de las viviendas están destruidas por el temblor.
«Hemos estado en algunas catástrofes, pero impresionaba que los bloques destruidos eran de hormigón, como los que hay aquí»
Antonio Caballero
Bombero
Y es impactante, porque él había estado en otros lugares asolados por catástrofes, pero eran con casas de adobe y edificios más débiles. «Esto son bloques de pisos como los que puede haber aquí», revela. Y eso impacta porque en España la gente se siente segura en bloques bien construidos, de hormigón, «que han colapsado totalmente».
Han hecho «todo» lo que han podido en un lugar con un clima terrible, porque las máximas no pasaban de los cuatro o cinco grados bajo cero y las mínimas caían hasta los -20. Su esfuerzo dio fruto cuando consiguieron sacar a una joven con vida de los escombros.
No fue fácil y parecían tenerlo todo en contra. Al saber que podía haber alguien vivo hicieron llamadas por un hueco y escucharon para saber si alguien contestaba. «Se oía algo parecido a una voz, no sabíamos si era, y los perros confirmaron que había alguien debajo e indicaron de dónde venía el olor», relata.
A partir de ahí empezó el trabajo duro, que duró catorce horas y tuvo muchos momentos de desaliento y de impotencia. Estaba completamente atrapada «y no era accesible por ningún lado ni visible por ningún lado».
En esas catorce horas pudieron retirar las partes que la atrapaban por «las mínimas galerías que se pudieron construir». La joven, de 25 años, llevaba tres días sepultada bajo los escombros de su casa y ahora se está recuperando en el hospital.
![Antonio Caballero abraza a su hijo al llegar a la estación](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/02/13/bomberos-cordobeses-terremoto2-U23083564582bKF-624x350@abc.jpg)
¿Estancia? «No hemos dormido apenas. El primer día, nada, y el resto dos o tres horas en que nos echábamos en el saco, sobre el suelo, para poder descansar algo. Comer, muy poco. El bajón nos dio cuando las autoridades turcas dijeron que se terminaban las labores de búsqueda. Ahí viene el cansancio», dice Antonio Caballero.
Sí ha sido un trabajo bien organizado, mejor que en cualquiera de las catástrofes en la que han estado, muy arropados. Son los bomberos de Córdoba los que están agradecidos a la acogida de los habitantes de Elbistán. «No hemos tenido descanso, pero por fortuna hemos podido ayudar bastante», ha concluido.
Ha sido antes y después el reencuentro con las familias, los abrazos y los besos de las parejas y de los hijos, que los han recibido con globos. A ellos y a Bolo, uno de los perros que localizó a la joven atrapada. Los pequeños preguntaron enseguida que nada más salir del trasportín se lanzó repartiendo besos.
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