TRIBUNALES
«Los presos son peligrosos: hay etarras, yihadistas y asesinos»
El juicio por el asesinato de un preso evidencia falta de personal
![Patio de la cárcel de Alcolea](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/andalucia/2016/06/16/s/presidio-cordoba-alcolea-ksJD--620x349@abc.jpg)
«Dejamos a los dos presos —víctima y presunto agresor— en el gimnasio de prisión y cerramos las dobles puertas automatizadas. El funcionario que visiona por barrido en dos monitores, más de una docena de cámaras y estancias penitenciarias, se da cuenta de que ha pasado tiempo y la víctima (Márquez) no se ve en pantalla. Entonces, nos llaman por el walki y tres funcionarios del módulo 15 entramos y vimos cómo salía el acusado del baño y me dijo: No lo he matado porque no he querido, ahí lo tenéis», dijo ante el tribunal popular el primer funcionario que entró en el gimnasio tras la brutal agresión. El cuarto funcionario quedó fuera. Éste fue el relato de uno de los siete funcionarios del centro penitenciario de Alcolea llamados ayer como testigos al juicio por jurado popular que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.
Agentes de seguridad
Un testimonio que fue desmenuzado por la defensa del acusado, ejercida por Manuel García Orellana de Kelsen Abogados, quien detectó en el testimonio el jefe de seguridad de prisión había incurrido en un error al asegurar que vio como los funcionarios sacaron a la víctima de su celda para conducirla al gimnasio y lo cachearon. Para ello, el letrado pidió en sala el visionado de la única cámara de seguridad que graba del modulo 15 desde donde salía la víctima, y en la que no se observa que en esa estancia o pasillo fuera registrado o conducido por agentes de seguridad. Poco después, el propio jefe de seguridad, ante la evidencia de las imágenes, recondujo su testimonio ante el jurado popular y dijo que no lo recordaba así como aparecía en la cámara, reconociendo su error.
El problema principal que subyace a este incidente que acabó con la vida de Márquez es el del estado de la prisión, con más presos de los que le corresponde y un sistema de seguridad que resultó insuficiente. Que obligó a reforzar las medidas de seguridad y a grabar las imágenes de vídeo vigilancia desde el día posterior al suceso. Hay una falta de seguridad, reconocieron los responsables de prisión.
Uno de los funcionarios que trabaja con estos casi 40 presos que se encuentran en el módulo 15 de alta seguridad (FIES) reconoce que sería peligroso que un funcionario solo permaneciera con los dos internos peligrosos durante las estancias de gimnasio. Acusado y víctima lo eran por había intentando evadirse de una prisión anterior, así como por delitos de sangre y altercados con funcionarios y otros presos. Ambos tenían la máxima calificación de 91,3 de peligrosidad. Aunque parezca una cuestión política, si son suficientes o no los medios en prisión, el funcionario de prisión llegó a decir que hay etarras, yihadistas, asesinos y si se «monta» ese día estamos pocos, y si no pasa nada, «justos».
«No pudimos prever este ataque porque todo apuntaba a que se llevaban bien», dijo otro de los funcionarios llamado como testigo porque en la cárcel impera la ley del silencio, aunque supimos por dos etarras después del suceso que ese preso (acusado) iba a traer problemas», añadió. Otro funcionario, por su parte, aseguró que el cacheo a la víctima se pudo hacer en una sala contigua a la que se grabó, donde también se suelen hacer aunque no alcanza la cámara de seguridad.
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