La cera que arde
El paracaidista
El cabo de la Bripac es un héroe que ha sobrevivido a un accidente televisado en el país de la gente que sabe hacer de todo
![Rescate del paracaidista accidentado en el desfile de las Fuerzas Armadas](https://s3.abcstatics.com/abc/sevilla/media/andalucia/2019/10/14/s/articulo-rafael-gonzalez-kKNH--1248x698@abc.jpg)
Ha sido noticia en el desfile de las Fuerzas Armadas , con motivo del Día de la Hispanidad , un paracaidista que portando una bandera española, c ayó sobre una farola de la Castellana. Los paracaidistas españoles tienen los atributos lo suficientemente bien ... puestos para caer donde quieran pero en esta ocasión fue un accidente. Si además es un paracaidista de la Bripac , aun pudiendo aterrizar donde sus atributos deseen, está sujeto a unas órdenes que debe cumplir. Nadie, por supuesto, le había pedido que abordara la farola sino que cayera frente a la tribuna de autoridades, pero igual, el hombre, tuvo un mal día, como parece, y acabó saludando a Iberdrola . Afortunadamente no le ocurrió nada grave. Ni a él, ni a nuestro alcalde, que estaba allí para, entre otras cosas, atender la tradicional recepción oficial de Sus Majestades los Reyes .
Sería un corte que el señor Bellido vaya a Madrid a saludar a los Reyes y tomarse un bocata de calamares y tontamente le caiga un miembro de la Bripac encima. Con el contratiempo que para el Metrotrén supondría eso. Para el Metrotrén y todos los proyectos que están por venir liderados por nuestro primer edil. Un alcalde, con un paracaidista incrustado en la clavícula no puede mover bien el bastón de mando ni acariciar a los asesores cuando les de un ataque de estrés . Otra cosa son los paracaidistas en las listas electorales, que suelen caer en cada entrañable convocatoria de la fiesta de la democracia y Córdoba , casa de guerrera gente y de sabiduría, a veces, clara fuente de Emacsa , es generosa en recibirlos. Los hemos tenido de todos los colores y latitudes: de Zaragoza, Valencia o el País Vasco. Paracaidistas en busca de un sueldo al calor de una lista electoral, pero es que los paracaidistas políticos comen, incluso más que nuestro cabo primero accidentado.
Lo peor que le puede pasar a un paracaidista español el día de la Hispanidad es que se encuentre con una farola. Rodeado de espectadores españoles. Y con millones de cuñados españoles siguiendo el desfile por Televisión Española . Decimos que es lo peor porque esa criatura capaz de saltar en una remota colina de Afganistán, con un machete en la boca, un Cetme y sus propios atributos, ha debido someterse al comité de expertos en saltos militares. Minutos antes el comité estaba formado por seleccionadores nacionales de fútbol, politólogos que analizaban el abucheo a Pedro Sánchez y expertos en revistas del corazón y trajes de la Reina Leticia . Algunos querían meterlo en un calabozo, por fallar en un salto varias veces practicado. Otros veían muy mal que Don Felipe le aplaudiera y le tratara con cierta camaradería. Es su capitán general y esto no tienen por qué entenderlo los cuñados. Otros aprovecharon para solicitar la independencia y formar su propio batallón de paracaidistas d’escuadra . Tienen experiencia porque desde chicos se tiran desde lo alto de un casteller y caen mejor sobre las farolas belgas. En fin, España . A pesar de los españoles.
Hubiera sido una buena idea que ya que estaba allí el señor Bellido, invitar a ese cabo primero a Córdoba y hacerle un rancho especial de rabo de toro y salmorejo en Cerro Muriano . Es un héroe que ha sobrevivido a un accidente televisado en el país de la gente que sabe hacer de todo. En el Vietnam hay menos peligro.
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