LA CERA QUE ARDE
La garrapata
El riesgo se ha globalizado hasta extremos congoleños
![Palomas en la fuente de los Trinitarios](https://s3.abcstatics.com/abc/sevilla/media/andalucia/2019/08/05/s/garrapata-opinion-rafagonz-kYt--1248x698@abc.jpg)
La globalización también nos puede transmitir el virus de Crimea-Congo, que es algo bastante chungo por muy exótico que suene . A una señora de Peñarroya le picó una garrapata y se llevó un susto congoleño de ese calibre viral. Se activaron ... los protocolos y finalmente solo ha sido un mal rato, pero que nos deja preguntas inquietantes en el aire.
Para empezar hay que descubrir la conexión entre el Congo y Peñarroya . El Congo ha sido francés, belga, portugués, república popular, república democrática y Brazzavile, que es como un Brazatortas español, pero en congoleño. De los belgas y de los franceses poco podemos esperar, aunque Bélgica haya aportado a la humanidad Tintín (que estuvo en el Congo) y Los Pitufos. Los franceses huelen a queso, y por eso no me gustan . Suelen ser las aves migratorias las que transportan a las garrapatas y cuando aterrizan por aquí, dejan el regalito. Por eso tampoco me gustan las aves migratorias ni el campo en general.
¿Estamos protegidos en la ciudad? No exactamente. En 2003 a mí me picó una garrapata y los más cerca que pasé de un árbol fue por el parque Madre Coraje dando una vuelta . La sintomatología comenzó dos días antes de las elecciones municipales de ese año. Una fiebre altísima acabó conmigo dentro de una bañera con agua fría, a lo que le siguió un exantema que me puso más rojo que los gayumbos de Lenin. Del dolor de cabeza prefiero no hablar; solo decirles que es mayor que una declaración trimestral de IVA.
Ese año se presentaba Rosa Aguilar -que ganó, por cierto- pero en el hospital descartaron que tuviera nada que ver con mi exantema. Me hicieron pruebas del VIH, el VHS y el DVD. Negativo todo . Y empezaron las preguntas del tipo: ¿tiene usted perros? ¿tiene usted campo? ¿tiene usted cuñados con parcela? ¿ha estado últimamente en contacto con un perro, un cuñado o ambos a la vez? No, no, sí y no, fueron mis respuestas entre la confusión del dolor muscular y el sentido de culpabilidad por no poder atender la jornada electoral.
Mandaron un cultivo de mi sangre, o hicieron un cultivo con él -disculpen pero soy de letras- y lo enviaron a Barcelona, que todavía era territorio español . Lo sé porque tardaron una semana en devolver los resultados con la habitual diligencia española que entonces les caracterizaba. Según un amigo veterinario, podía haber muerto durante esa semana por el tifus, cosa a la que el internista protestó enérgicamente, por lo que colegí que entre los médicos de humanos y los de animales no hay buen rollo. Finalmente descubrieron que una garrapata me había besado en el cogote y como recuerdo de su amor me coló una «rickettsia conorii», una bacteria que estuvo en mi cuerpo serrano durante un par de años. Algo más doméstico que la Fiebre de las Montañas Rocosas, la enfermedad de Lyme o el propio virus congoleño que nos ocupaba antes y que ha sido descartado.
Aprendí dos cosas: que las garrapatas hacen honor a su nombre y que hay que tener cuidado con las palomitas del parque e incluso las de la paz . Llevan el demonio entre las plumas.
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