ATLETISMO
El esquilador de ovejas que quiere ser corredor profesional de fondo
Ángel Muñoz trabaja en el campo y ya ha ganado varias pruebas importantes
Ángel Muñoz cruza la meta para ganar la Media Maratón de Sevilla en enero
Para Ángel Muñoz , cada día que amanece en primavera es una nueva jornada de duro trabajo dedicada a esquilar decenas de ovejas ; una labor que le sirve de sustento económico mientras consigue alcanzar un sueño muy diferente: llegar a la élite del atletismo español. Entre abril y junio, Muñoz hace un parón en su férrea rutina de entrenamientos ( 2-3 horas diarias de carrera) para dedicarse a pelar ovejas con su cuadrilla.
Muchos se sorprenderían si supiesen que detrás de este joven de 21 años , nacido en Pozoblanco , se esconde un palmarés respetable: campeón de Andalucía en media maratón y en 10 kilómetros , subcampeón de España, campeón en la última Media Maratón de Sevilla o vencedor de la Media Maratón Córdoba-Almodóvar , y así hasta más de una decena de primeras posiciones.
En busca de una beca
Atleta maratoniano y esquilador, es consciente de que encarna un perfil «atípico» ; ya lleva siete años corriendo por pasión y tres esquilando por su decisión de tomar el relevo de su abuelo: «Él había sido esquilador y siempre quería que alguien de la familia se dedicase a ello». La oportunidad de pelar se la dio su amigo Emilio Márquez , que le introdujo en su cuadrilla, donde le enseñaron el oficio de quitar la lana a las ovejas.
Si de comparar se trata, tiene claro que correr «no es ni la mitad de duro » que pelar ovejas: «El atletismo tiene su sacrificio diario y sus técnicas (posición de brazos y piernas o la respiración) pero el esquileo es difícil por la postura para pelar y porque tienes que emplear fuerza para inmovilizar a un animal».
«El atletismo no es la mitad de duro que el esquileo, por las posturas y la fuerza»
Su vinculación con el mundo ganadero no queda ahí, porque fuera de la temporada de esquileo, compagina sus entrenamientos y sus competiciones con el cuidado de caballos en el picadero que tiene su padre. Una vida a dos bandas, entre el campo y las pistas, cuyo futuro inmediato lo sueña en un Centro de Alto Rendimiento donde forjarse como profesional en la disciplina de fondo. Para ello, quiere presentar su solicitud en agosto y confía en que sus méritos deportivos le permitan acceder a una beca con estancia en uno de esos centros.
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