CULTURA
Cuando Julio Romero de Torres veía el mundo verde y azul desde Córdoba
En los primeros años del siglo XX, el pintor depuró su estilo con obras muy singulares
![«Vividoras del amor», una de las obras más polémicas de Julio Romero de Torres](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/andalucia/2019/01/27/s/romero-torres-vividoras-kroG--1248x698@abc.jpg)
La Historia habla en ocasiones de que España entró en depresión tras la pérdida de las colonias y el desastre del 98 . En contra de ese tópico, la década siguiente tuvo un vigor cultural innegable. Bajo el ambiente de cambio que suscitó el inicio del reinado de Alfonso XIII , se aprecia el florecimiento de escritores, artistas plásticos, pensadores o periodistas que luego habrían de influir en todo el XX español. Tal periodo inicial de la centuria lo marcan en profundidad el modernismo , un estética que parece alejarse de los problemas para celebrar la belleza, y la Generación del 98, que avanza hacia terrenos más filosóficos. Es también cuando comienza a hacerse un nombre en España el pintor que acabará siendo el más famoso y preciado de su época, Julio Romero de Torres . En la primera década del XX, ya en la treintena, dio de hecho sus primeros pasos hacia una fusión de estéticas que en sus lienzos de madurez alcanza un mundo personalísimo e inconfundible.
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El contexto biográfico de esos años lo contó con modestia y sinceridad el pintor en alguna entrevista. Explicó que dio sus primeros pasos en el arte con su padre, el pintor y conservador Rafael Romero Barros , y que luego tuvo unos años de vida bullanguera y « desaliento artístico », en los que dejó de pintar y quedó hechizado por el flamenco y sus ambientes bohemios. Salió de ese letargo algo después para dedicarse ya de forma plena a la pintura. «Torné a la paleta y los pinceles con total y decidido entusiasmo», explicó. Y es precisamente en esos años inaugurales del XX cuando comienza a transitar, según explica la directora del Museo Romero de Torres y especialista del artista, desde una pintura luminista de juventud y aprendizaje hacia un mundo más personal en el que el verde y el azul comienzan a dominar en su paleta con lo que ello significa de melancolía.
![Alegoría de la literatura, de Julio Romero de Torres, en el Real Círculo de la Amistad de Córdoba](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/andalucia/2019/01/27/s/romero-torres-circulo-kopF--510x349@abc.jpg)
Algo parece resonar de la «Sonatas» de su amigo Ramón María del Valle-Inclán en ese giro creador. Ahí se inscribe el retrato magnífico de la Condesa de Casas Rojas , que, como se supo esta semana, se incorpora ahora al museo Romero de Torres tras una donación. La obra, por decisión de la donante, entrará en la exposición permanente y con ella se dará testimonio de esa etapa verdiazul sobre la que, según explica Mercedes Valverde , existía una gran laguna en el museo
El inicio de este periodo se sitúa en el año 1904 , que es cuando Julio Romero decide apostar por su obra más personal y se presenta a la Exposición Nacional tras un lustro de ausencia. Acude allí con tres lienzos, que serán «Las aceituneras» , «Horas de angustia» y «Rosarillo», retrato magistral con el que logra la Tercera Medalla en un certamen al que acudió el Rey. Ese impulso supondrá su entrada definitiva en la división mayor del arte patrio y una apuesta decidida por una técnica en la que prima, según Valverde, «la pincelada corta , suavemente tamizada, con delicados contrastes lumínicos y predominio de azules y verdes».
![«Horas de angustia», obra de los primeros años del siglo XX de Julio Romero de Torres](https://s3.abcstatics.com/abc/sevilla/media/andalucia/2019/01/27/s/romero-torres-angustia-kopF--510x349@abc.jpg)
De esa época breve, en cierto modo de transición, son obras tan repletas de encanto como «Mal de amores» , que pertenece a los fondos del Museo de Bellas Artes de Córdoba, «A la amiga» o «Esperando». También los célebres murales que Julio Romero compuso para el Círculo de la Amistad y que son signo inequívoco de este edificio histórico o el mencionado retrato de Victoria Rosado y Sánchez Pastor, condesa de Casas Rojas y a la que el pintor conoció en un balneario de Granada . La etapa comenzará a afrontar su fin en torno a 1906, con la polémica que se formó con su obra «Vividoras del amor» , hoy en Canarias.
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