Puerta giratoria
El anticipo
Queremos que las nuevas tecnologías satisfagan nuestra necesidad predictiva

Como los malos ahorradores , vivimos del anticipo. Es tiempo de previsión virtual pero escasos recursos propios. Con el adelanto de acontecimientos hemos construido una realidad paralela dibujada por el control remoto de nuestros deseos. Hemos convenido que las nuevas tecnologías han ... de satisfacer nuestra necesidad predictiva y ahí están, anunciando chubascos, adivinando radares y reservando apartamentos con vistas al mar cuando aún falta mucho para las vacaciones. Lo importante es no dejar flancos a la improvisación, porque de alguna manera en eso se sustenta la construcción de esa otra realidad que ha de venir diez minutos más tarde en la carretera o en tres meses junto al mar. Quizás el radar nos acabe cazando y el apartamento de la playa huela a alcanfor, pero ya nadie nos desposee de nuestra información virtual , sinónimo de seguridad y síntoma íntimo de nuestra la idea supremacista de nosotros mismos. Hemos, así, eliminando toda ansiedad y conquistado la sensación de tener el futuro inmediato a nuestros pies, ya no somos un capricho para la arbitrariedad.
Nos hemos provisto de todo lo que nos permite anticipar nuestros pasos inmediatos, en una estrategia que actúa seductoramente entre nosotros como ofrecimiento para reducir errores , pero la realidad es siempre más extensa y rica que ese espacio mental donde todo aparece aparcado, estabulado hasta no consentir, nosotros, su movimiento propio. Siempre el ahora llega con una fuerza distinta y arrebatadora que orilla cualquier pretensión de control, por más que hayamos delimitado su campo de acción. Muchas de las acciones que hoy creemos bajo control tienen su propia vida , como una burla a nuestro torpe mecanismo de vigilancia. No hemos aprendido a someternos a la voluntad reparadora que tiene el fastidio, el poder pedagógico del error y por eso deseamos adelgazar nuestro desatino a través de la realidad proyectada. Son los sueños de toda la vida pero ahora con credencial cibernética.
Se ha eliminado de nuestra vida cotidiana la edificante tarea de la aproximación, el cálculo a ojo de buen cubero sobre las cosas, que ejercitan el instinto y la intuición. Parece que va a llover, frena porque puede haber una pareja de la guardia civil, espera a ver que nos ofrece el verano: son peroratas del pasado que han suplantado parte de nuestro atrevimiento, mientras nos regalan el espejismo de controlarlo todo . Se controla también el voto antes de haberlo ejercido y en forma de encuesta nos disponemos a aceptar el anticipo del resultado electoral del próximo 28-A . Hemos sucumbido a la estrategia de naturalizar la realidad que solo se refleja en dígitos y tendencias. Para votar y para vivir. Estamos empeñados en apresurar nuestro presente inmediato y atraparlo en las coordenadas virtuales que nos lo describen lo sin haberlo vivido. Por suerte, la complejidad humana se escapa muchas veces de lo previsto y opta por vivir cada día como si fuera el último del calendario.
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