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Pasión en Córdoba

San Rafael : Éstos son los motivos y la historia de la devoción de la ciudad de Córdoba al Arcángel

Fray Simón de Sousa, el Padre Roelas y la protección que brindó del terremoto del año 1755, claves en torno al fervor al Custodio

San Rafael, en el libro de Tobías antes que en Córdoba

San Rafael, durante su procesión de mayo de 2022 Valerio Merino
Julia García Higueras

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La devoción de los cordobeses a San Rafael es inquebrantable en pleno siglo XXI, pero ¿de dónde procede? ¿En qué motivos se sustenta la historia de fervor popular hacia el Arcángel?

Para responder a estas preguntas hay que dirigir primero la mirada al siglo XIII. La primera referencia precisa data del año 1278, mientras Córdoba era azotada por la peste.

En ese duro contexto San Rafael se le apareció al padre mercedario Simón de Sousa rogando que se pusiera una estatua, se le venerara y se instaurara una fiesta en su honor para que cesara esa penuria, como así ocurrió.

Ya en 1578 San Rafael se mostró en varias ocasiones al padre Andrés de las Roelas, momentos en los que le confirmó que los restos aparecidos tres años antes en la iglesia de San Pedro correspondían a los Santos Mártires.

El juramento

Y también le hizo su célebre juramento: «Yo te juro por Jesucristo Crucificado que soy Rafael, ángel a quien Dios tiene puesto por guardián de esta ciudad». Desde 1603, cuando las autoridades eclesiásticas aprobaron estas revelaciones, el pueblo así lo asumió.

Tanto las distintas apariciones como la declaración de San Rafael como guarda de la ciudad en 1578 hicieron que muy pronto, en 1610, comenzaran las obras para construir una iglesia dedicada a él, como recuerda la hermandad de San Rafael, que le da culto en la actualidad.

La imagen que preside el templo del Juramento es una imponente obra que realizó Alonso Gómez de Sandoval a la que no le falta la clásica iconografía cordobesa del San Rafael con un pez en la mano y una cartela con el texto del juramento.

Sus alas protectoras hicieron esquivar a sus habitantes epidemias y catástrofes, como por ejemplo, en el siglo XVIII, al librar a la ciudad de los efectos devastadores del terremoto de Lisboa, el 1 de noviembre de 1755.

El contexto previo a este devenir histórico en Córdoba se encuentra en el libro de Tobías de la Biblia. Es esa fuente la que informa de la existencia y función del Arcángel San Rafael en la corte celestial.

En una conferencia que impartió el cofrade y catedrático de Lengua Española y Literatura Antonio Varo en octubre de 2022 subrayó que «el ejecutor del designio divino es un ángel llamado Rafael, que significa 'Medicina de Dios' o 'Dios cura'».

En su análisis recalcó que en ningún otro libro de la Biblia aparece un ángel como protagonista tan destacado: acompañó a Tobías en un largo viaje, dijo expresamente su nombre y dio a conocer su quehacer cerca del trono.

Apuntaba Varo que ese texto contiene el «primer Juramento': Tobit recupera la vista justo antes de la manifestación de San Rafael: «Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada la Gloria del Señor».

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