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Pasión en Córdoba

El nuevo retablo del Prendimiento de Córdoba, un canto a la proporción clásica y la simetría

Los sagrados titulares, a los que se añade San Juan, cambian de disposición en el santuario de María Auxiliadora

El Señor del Prendimiento y la Virgen de la Piedad de Córdoba estarán en su nuevo retablo el 6 de diciembre

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El nuevo retablo del Prendimiento, que incorpora a San Juan, en el santuario de María Auxiliadora Álvaro Carmona
Julia García Higueras

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Nuestra Señora de la Piedad y Nuestro Padre Jesús, Divino Salvador, en su Prendimiento, a los que se suma el San Juan del misterio, están dispuestos en el nuevo retablo situado en el muro lateral izquierdo del santuario de María Auxiliadora.

La hermandad salesiana del Prendimiento presenta y bendice este martes este retablo de ornamentación y configuración arquitectónica neoclásica. Se compone de sotabanco, banco y un primer cuerpo estructurado en tres calles principales, que cierra un ático, según detalla la hermandad.

La opción de las fórmulas neoclásicas «obedece a la importancia de desarrollar una cierta linealidad con el discurso estilístico del propio santuario de María Auxiliadora». Por ello se ha envejecido el dorado del retablo en consonancia con los que enriquecen la nave central.

También cuenta con influencia de la arquitectura renacentista. Así, en el sotabanco destaca la armonía de la talla ornamental de roleos de acanto y decoración vegetal en conjunto. Bebe de reminiscencias clásicas, como los zócalos del Ara Pacis, de Roma, y que flanquean una caseta central con el escudo de la hermandad.

José Carlos Climent, el diseñador y director de las labores en el retablo, que es prioste primero de la cofradía, y Francisco Javier Espejo, asesor artístico y mayordomo, indican en el texto de la descripción que «la inclinación en este diseño por las fórmulas estilísticas de la tradición romana se hace perceptible de una forma contundente».

Los trabajos de carpintería son de Manuel Torres. Miguel Ortiz y Manuel Jurado se han encargado de tallarlo. Y el dorado corresponde a Ana Galiano.

El sagrario Álvaro carmona

Se le da especial protagonismo al sagrario que ocupa la parte central, en madera dorada y que se erige como una arquitectura a pequeña escala en el propio retablo. Proyecta la forma de un templo clásico y muestra el misterio eucarístico, acorde a la naturaleza sacramental de la hermandad del Prendimiento.

En la parte superior aparece la cita 'Deus adest' para reafirmar visualmente la presencia viva de Cristo en el misterio eucarístico. El sagrario, acorde a la tradición neoclásica, descansa sobre dos columnas de orden corintio sobre basamento cilíndrico con filacterias, al igual que las columnas de naturaleza conmemorativa propias del contexto imperial romano.

Dichas columnas enmarcan la puerta, que cuenta con relieve en madera de una Custodia con racimos de uvas y espigas y cuyo diseño se inspira en los cuadros de temática eucarística característicos del siglo XVII.

Cuerpo central

El cuerpo central va dividido en tres calles compartimentadas mediante pilastras en las que se extiende «en candelieri» una rica ornamentación que deriva de los profusos relieves escultóricos extendidos en la arquitectura renacentista. Están rematadas por capiteles de orden corintio que otorgan un aire arquitectónico a la nueva creación.

Los capiteles sostienen una cornisa clásica que se eleva en la calle central, donde se ubica Nuestro Padre Jesús, Divino Salvador, en su Prendimiento. Todo el cuerpo central se encuentra realizado en madera pintada imitando el mármol para probar el triunfo de los elementos arquitectónicos sobre los ornamentales.

Las calles laterales, donde se encuentran Nuestra Señora de la Piedad y San Juan, respectivamente, van rematadas por dos grandes cartelas con motivos iconográficos que aluden a su figura: el Sagrado Corazón de María, rodeado por una corona de flores y atravesado por una espada, alude a la profecía de Simeón.

Encima del corazón arde una llama que simboliza la llama del amor del Inmaculado corazón de María, de ahí que corone la hornacina de Nuestra Señora de la Piedad.

San Juan, en el nuevo retablo Álvaro Carmona

La otra cartela representa el cáliz de San Juan, «inspirada en una de las primeras obras de naturaleza muerta de la pintura flamenca del siglo XV: una alegoría del veneno que se le ofreció a beber a San Juan en un cáliz en Éfeso, y que, al bendecirlo, fue milagrosamente extraído».

Representa una de las iconografías pocos usuales de San Juan, pero que «a lo largo de la Historia del arte ha alcanzado protagonismo en algunas producciones pictóricas rematando en consecuencia la hornacina del discípulo amado, situado a la derecha», explica Climent.

En todo el eje vertical del retablo queda acentuada la naturaleza mariana y sacramental de la cofradía: en la parte superior, María, y en la inferior, la Eucaristía, a través del sagrario.

La nueva composición ha podido comenzar a admirarse este día festivo desde por la mañana hasta la conclusión de la misa de nueve de la noche. Se encuentra en el muro lateral de la izquierda según se accede por la puerta principal.

Este lugar contribuye a una mejor conservación de las imágenes, sobre todo, del Señor, que fue sometido recientemente a una restauración. Antes, la Virgen y el Señor permanecían junto a la puerta de entrada al templo, en el muro de la derecha.

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