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Pasión en Córdoba

Trato afable y generoso, la marca que deja don Emilio en las cofradías de Córdoba

La hermandad de las Penas dedicará la primera misa del triduo a la Virgen de los Desamparados por el alma del que fue su consiliario y párroco

Domingo de Ramos en Córdoba, el pellizco de equivocarse

Don Emilio, junto al hermano de las Penas que lo llevó a la Catedral para la estación de penitencia del Domingo de Ramos pasado Valentín Moyano
Julia García Higueras

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Su sonrisa y trato afable no pasaron desapercibidos, y es lógico que dejase huella allá por donde pasó. La hermandad de las Penas celebrará una misa por el eterno descanso del sacerdote Emilio Pavón, que fue el párroco de Santiago y consiliario de esta cofradía entre 1994 y 2013, y de la Soledad.

Don Emilio murió el 14 de abril en Córdoba con 88 años de edad, y vivió su último Domingo de Ramos sabiendo que no habría más Semanas Santas, por lo que la estación de penitencia del Domingo de Ramos en la Catedral tuvo un sabor irrepetible.

Mucho ha conmovido la fotografía que captó Valentín Moyano aquella tarde de tiempo meteorológico incierto, y más aún a posteriori, cuando se supo del fallecimiento del religioso. Todo adquirió mayor sentido y profundidad.

El hermano y costalero Rafael Santiago se ofreció aquel día para acercarse a la Casa Sacerdotal, recoger a don Emilio y llevarlo en silla de ruedas. Y así lo hicieron. «El Cristo de las Penas se quiso despedir de él», resume Rafael Francisco Moreno, hermano mayor de las Penas.

Las Penas de Santiago fue de las pocas hermandades que pudo salir este 2024 a las calles en Semana Santa. Su junta de gobierno aprovechó que el cielo daba un respiro de lluvia hasta las nueve de la noche para decidir acudir al templo mayor, aunque hubiera que acortar el itinerario de vuelta.

«A lo mejor por detalles como esos mereció la pena el riesgo de salir con el tiempo inestable», rememora Moreno, preguntado sobre cómo vivió don Emilio aquella jornada.

Rafael Francisco Moreno lo trató desde niño y trae a la memoria que Santiago se había reabierto en 1991 y la hermandad estaba atravesando una época difícil a comienzos de los 90. Don Emilio llegó para apaciguar los ánimos y lo acabó logrando.

Fue el consiliario que más tiempo ha estado, «abrió la parroquia al barrio, volvió a darle vida a Santiago, tanto a la feligresía como a los dos cofradías que estábamos por aquel entonces», sintetiza.

«Él era muy cercano, muy mariano». Desde que se jubiló, don Emilio se sumaba a la Catedral para estar cerca de ellos en sus estaciones de penitencia. Y también en 2023, cuando pudo ir por sus propios medios, aun con dificultad.

Lo trató mucho Rafael Moreno, quien fue hermano mayor de las Penas durante nueve años, entre 1997 y 2006, y muchas las vivencias: «A veces positivas, otras veces más negativas, como enfermedades, como la vida».

Añade que don Emilio llamaba al Cristo de las Penas «el vecino más antiguo del barrio de Santiago y desde primera hora le tuvo mucha devoción».

Realza de aquel tiempo que compartieron «su buen talante, su buena mano derecha. Tenía ese puntito de gracia de los sevillanos». Sintonizaron también por ser los dos del Betis.

Misa

La misa por su eterno descanso, el viernes 10 de mayo en la parroquia de Santiago, coincide con el primer día del triduo en honor a Nuestra Señora y Madre de los Desamparados (20.30 horas).

También la hermandad de la Soledad, que tuvo su sede en Santiago hasta el año 2020, le dedicó cariñosas palabras en las redes sociales a su párroco y consiliario en aquella etapa.

«Don Emilio tuvo una estrecha relación con nuestra hermandad siendo muy querido y recordado por los hermanos de la Soledad. Elevamos nuestras oraciones al Señor y a nuestra Madre, María Santísima en su Soledad, por su eterno descanso», lamentó en su día la corporación franciscana.

En las Penas se destacó la «marca imborrable que deja en nuestra hermandad y en el barrio de Santiago. En el corazón de todos los que tuvimos la suerte de convivir con él, recordaremos sus palabras y su fuerte devoción al Santísimo Cristo de las Penas.»

El funeral se celebró el 15 de abril en la parroquia del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba. Emilio Pavón, natural de Los Palacios y Villafranca (Sevilla), recibió su ordenación sacerdotal en la iglesia de la Encarnación de Montilla en 1961.

Desde entonces desempeñó su labor en numerosos municipios de Córdoba. En 1976 fue nombrado párroco de Santa María de las Flores en Posadas y hasta 1992 dedicó su ministerio pastoral a servir a los fieles de este municipio, donde fue también profesor de Religión.

Estuvo en la parroquia de Santa Teresa de Córdoba. Durante todos esos años y aun jubilado siguió prestando servicio en Córdoba, según recoge la Diócesis de Córdoba en su semblanza biográfica.

Como rasgos de su personalidad subraya la generosidad y la devoción por advocaciones marianas como Nuestra Señora de los Reyes, la Virgen del Rocío y la de Fátima.

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