Música
Enrique Báez: cien años del compositor que describió con notas a las cofradías de Córdoba
La banda de la Esperanza prepara un concierto por el aniversario del autor de 'Virgen de las Angustias'
'Virgen de las Angustias', una marcha clásica de Córdoba al piano
![Enrique Baéz, con su violín](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/02/02/concierto-enrique-baez-RQf30OuHu5TKO4Cw7pBjaOP-1200x840@abc.jpg)
Lo admiraron sus contemporáneos y lo recuerdan las generaciones que sólo lo han conocido por la rica huella que dejó: la música. En 2024 se cumplen los cien años del nacimiento del músico y compositor cordobés Enrique Báez Centella y la banda de la Esperanza se ha puesto manos a la obra para recordarlo. Su huella en la Semana Santa y en muchos otros ámbitos es honda.
Hace pocas semanas presentó un logotipo de los actos que festejarán los cien años de su nacimiento, pero uno de ellos está a la vuelta de la esquina: la banda de música María Santísima de la Esperanza ofrecerá un concierto de homenaje. Será en el auditorio del conservatorio superior de música Rafael Orozco el domingo 11 a las 12.30.
En él se escucharán, avanza la banda, muchas obras procesionales y de todo tipo que mostrarán el trabajo de un compositor que derrochaba inspiración y conocimiento de los instrumentos para los que escribía.
Enrique Báez tuvo un padre que le llevó desde niño por los caminos de la música, igual que a sus hermanos. Se enamoró del violín y llegó a ser un gran intérprete, como cuentan todos sus contemporáneos. Su formación comenzó en Córdoba y se completó en Madrid, donde tocó en orquestas para artistas como Marujita Díaz, Carmen Sevilla o Lola Flores, que cantó y grabó su pasodoble 'Mi Córdoba mora'.
Pasó por Tetúan como catedrático de violín y regresó a Córdoba, donde fue profesor del conservatorio, percusionista de la Banda Municipal y pianista acompañante en una formación que tocaba en el hotel Córdoba Palace. La música era su gran pasión. Miguel Salcedo Hierro lo definió como «el arco mágico de Córdoba» por sus dotes como violinista.
Desde los años 50 brindó algunas de las mejores obras de la Semana Santa de Córdoba. La primera, su favorita, 'Virgen de las Angustias', trágica e intensa, una perfecta definición de la imagen de Juan de Mesa, para la que también había escrito una plegaria muy joven. Después, la serena 'Jesús Caído', con una saeta.
Siguió en los años 70 con 'Por una Madre', una obra vibrante que dedicó a su progenitora tras su muerte, y con 'Virgen del Socorro', que muestra un clima sereno. Continuó en los 80 con 'Cristo Crucificado', 'Virgen de los Dolores' y 'Reina de San Nicolás', la que tiene un tono más brillante de todas.
Su obra se grabó y apreció, pero ha sido en los últimos años, con el trabajo de bandas como Calíope y la Esperanza, y las cofradías que la han pedido para sus titulares, cuando ha comenzado a sonar en Semana Santa con la frecuencia que merece.
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