Semana Santa
Conservar y dignificar al nazareno, el eterno reto pendiente en Córdoba
El crecimiento patrimonial no va parejo al aumento ni a la fidelidad de los hermanos de túnica, la mayoría muy jóvenes y sin ejemplo para seguir cuando son adultos
Semana Santa de Córdoba 2023: la guía más completa

Hay muchos pasos dorados, los palios se van bordando, los misterios impresionan por su calidad y las cuadrillas de costaleros van casi siempre tan sobradas que hay que dejar a gente fuera. Si estos conceptos se llamasen indicadores se podría decir que la Semana Santa de Córdoba está en un buen momento, pero hay otro aspecto o indicador, para muchos más importante, que no llega a mejorar aunque pasen las décadas.
Es el número de nazarenos y en concreto la continuidad de los hermanos con la túnica. Los datos que ofrecen las hermandades muestran que las filas de nazarenos siguen llenas sobre todo de niños y jóvenes y menos de adultos.
Dos son las cofradías que han mostrado datos pormenorizados. El Prendimiento ha repartido 865 papeletas de sitio, de las que 401 corresponden a personas que visten el hábito nazareno azul y blanco, 84 a niños de roquete y 25 a acólitos y monaguillos.
De los que van cubiertos, en el tramo de 11 a 17 años hay 91 hombres y 130 mujeres. Más de 200, en total. Es un tramo de jóvenes en el que todavía no hay hermanos costaleros, que también están incluidos en las estadísticas. Así, entre los 18 y los 30 son 144 hombres y 78 mujeres, mientras que de los 31 a los 49 son 127 hombres y 78 mujeres.
La participación abunda sobre todo en las edades jóvenes, pero se va reduciendo conforme pasan los años. Con más de 50 hay 45 personas, entre las que sólo hay 9 mujeres. La cofradía explicó que hay un hermano que viste la túnica con 65 años y una hermana con 61. Son los de mayor edad.
La Misericordia tuvo en 2022 un 31 % de hermanos con más de 40 años que vistieron la túnica blanca, algo no muy frecuente
La hermandad de la Misericordia publica en su página web un amplio estudio estadístico de la edad de los nazarenos que visten la túnica blanca. La edad media es de 29,84 años. Con menos de diez años fueron 41 hermanos (el 11,39% del cortejo), entre 11 y 15, la mayoría ya cubiertos, ascendieron a 62, mientras que entre 16 y 20 años vistieron la túnica 45 hermanos, un número muy similar al tramo de 21 a 30, en que fueron 46. Entre 31 y 40 años eran 25.
La cofradía de San Pedro quiso destacar además que el 31,39% de su cortejo eran hermanos de más de 40 años de edad, lo que, a su juicio, mejora con mucho la media de lo que se da en las hermandades de la Semana Santa de Córdoba. Entre 41 y 50 años hubo 45 hermanos, los mismos que entre 51 y 60. Con más de esta edad llegaron a 23, incluida una persona con 70 años.
Misericordia y Prendimiento son dos cofradías de distinto carácter en la calle y en su nómina, ya que la segunda tiene abundante presencia de los alumnos del Colegio Salesiano, en cuyo templo reside. Entre las hermandades que ya han publicado sus datos están la Merced, que rozará los 420 nazarenos. La Sentencia estará, según su hermano mayor, por encima de los 600, como ha venido sucediendo en los últimos años, mientras que la Soledad continúa con su paulatino crecimiento desde que llegó a su nueva sede de Franciscanos y tendrá 101 nazarenos y más de 30 esclavinas, según los datos que se publicaron este jueves.

¿Qué sucede para que el número mejore, pero no sea proporcional a la población de la ciudad ni al crecimiento de las hermandades? Enrique León Pastor, antiguo hermano mayor del Santo Sepulcro, cree que la clave está en la familia, en que los niños y jóvenes vean que sus padres visten la túnica de nazarenos y que por lo tanto también ellos lo tendrán que hacer cuando crezcan.
«Para nosotros la familia es la unidad básica que tenemos que potenciar para fortalecer el cortejo», afirmó el cofrade, que insistió en que ver a familias enteras sacando su papeleta de sitio significa «garantía de estabilidad y crecimiento sostenido. Quizá lento y paulatino pero de una gran fidelidad a la cofradía».
«Sin nazarenos las cofradías pasarían a ser simples pasacalles musicales», afirma el cofrade Enrique León
Una medida que ha dado buen resultado a las cofradías es el dejar de prestar túnicas y hacer que los hermanos adquieran la suya en propiedad. Comenzó la Esperanza, siguieron la Misericordia, el Prendimiento y la Sentencia, en algunos casos para mayores de 18 años, y todas ellas han tenido la respuesta de filas muy nutridas.
«Un nazareno con túnica propia es sinónimo de fidelidad. Y el cimiento desde donde poder crear un cortejo con raíces estables», afirma Enrique León, que encuentra las raíces históricas de las túnicas prestadas en el siglo XIX, en la procesión oficial del Santo Entierro. «La comisión municipal que lo organizaba compraba túnicas que repartía a las cofradías que a su vez las repartían entre sus hermanos», cuenta el cofrade, que es categórico al afirmar que «sin nazarenos las cofradías pasarían a ser simples pasacalles musicales o desfiles de carrozas sostenidas por esforzados conductores de pasos». Y para él los motivos están no sólo en que el recorrido de la túnica sea corto, sino también en que las cofradías no han cuidado a los nazarenos y llevan ritmos de paso muy lentos que los cansan.
El Santo Sepulcro ofrece a los hermanos que ya llevan más de cinco años saliendo de nazarenos la posibilidad de comprar el hábito que llevan «prácticamente a precio de coste». Para que vestir la túnica no sea un juego de niños, las cofradías de Córdoba tienen el reto de «dignificar al nazareno». Algunas ya han empezado, como el Santo Sepulcro, la Sentencia o la Misericordia, que suele hacer partícipes de muchos actos a los hermanos de túnica. La fórmula está a la vista; falta que todos lo entiendan como un reto.
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