Pasión en Córdoba
La blancura de una tarde plena junto a la Virgen de la Merced de Córdoba
La imagen de Buiza regresa a las calles en un triunfal traslado del convento del Colodro a su parroquia de San Antonio de Padua
Llega la hora de volver a mirar a la Virgen de la Merced en Córdoba
La Virgen de la Merced se reencontrará con Córdoba el 2 de septiembre
Invariables siguen sus grandes ojos, que conmueven en el primer encuentro y para siempre. Santa María de la Merced se ha mostrado la tarde de este viernes igual, pero renovada tras las labores de restauración. El blanco que le es tan propio está en su manto y en los claveles.
La toca bordada que lleva sigue el estilo del palio, que diseñó Fray Ricardo, en el que la Virgen rompe cadenas, en consonancia con el carisma mercedario. Luce la corona de Díaz Roncero con diseño de Manuel Valera. Ha salido del convento del Colodro de espaldas al pueblo, mirando a Jesús Sacramentado.
Por ello, la expectación ha ido en aumento hasta que la Virgen, mientras se giraba, ha estado a la vista de todos, devotos, vecinos de Santa Marina y cofrades en general. «¡Qué bonita va!», «¡Ay, que guapa está!», le piropeaban algunas mujeres llenas de emoción.
La Señora de los desamparados, protectora de los afligidos y de los cautivos pasa en esta ocasión por unas calles muy distintas por las que lo hace cada Lunes Santo. Ahora atraviesa el corazón de los barrios de Santa Marina y San Agustín. Regala nuevas estampas al cruzar por Moriscos, la Piedra Escrita y Costanillas.
Los hermanos de la cofradía de la Merced, en un nutrido número, la acompañan con sus respectivos cirios en el solemne traslado entre el convento de los Santos Mártires (el Colodro), que regentan las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada. En este lugar ha hecho estación de penitencia en numerosas ocasiones en Semana Santa y forma parte de su historia.
La imagen, obra de Francisco Buiza de 1976, ha lucido sobre una parihuela cedida por la prohermandad de la O. Desde ahí la ha visto el numeroso público que la esperaba en las calles, ahora que septiembre anuncia la vuelta a la vida cotidiana y el adiós al letargo del verano. Una auténtica bulla.
Precisamente desde mediados de mayo y durante los meses de más calor la Virgen ha estado lejos de los suyos por una restauración que su cofradía consideraba necesaria con el paso de los años para la limpieza y conservación de la policromía, algo que ha acometido Ana Infante de la Torre.
Este viernes la Virgen de la Merced no va bajo su palio azul, su palio son el cielo y los naranjos de Mayor de Santa Marina. Contrasta este día pleno de emociones con el sabor agridulce de un cambiante Lunes Santo, que ya quedó atrás. El regreso de su Madre es motivo de satisfacción y felicidad para los cofrades de la hermandad sacramental del Zumbacón.
Septiembre es el mes en que los niños vuelven alegres al curso, los mayores se proponen nuevos propósitos. La Virgen de la Merced dará ayuda a todos los que a Ella se encomienden en este nuevo tiempo.
Rumbo a casa
Los hermanos Sebastián y José Fernández guían a los hombres que la portan a hombros y son sus pies rumbo a casa, la parroquia de San Antonio de Padua. Los músicos de Tubamirum, de Cañete de las Torres, con 23 años de andadura, escriben la banda sonora de esta jornada. La marcha 'Triunfal' ha abierto los sones marcados por la alegría.
La calurosa acogida a Santa María de la Merced en las calles por su reposición al culto es sólo la antesala de lo que vendrá en su mes por excelencia.
La profunda mirada que el imaginero sevillano Francisco Buiza le concedió en el año 1976 sigue interpelando a todo el que la acoge. Más de cuatro décadas después recobra lo mejor de sí misma para seguir aliviando en las distancias cortas las cargas de sus hijos.
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