Suscríbete a
ABC Premium

semana santa

Ángel Varo traslada su vida al pregón de las glorias

El pregonero se acerca a estas cofradías gracias a su familia, sobre todo sus padres

r. c. m.

Un pregón muy ligado a la infancia. A esos momentos imborrables en los que, rodeado de tus seres queridos, comienzas a dar tus primeros pasos en la vida. Y en la Semana Santa. Así fue como comenzó a vivir Ángel Varo, pregonero de las hermandades de gloria que anoche pronunció un discurso muy personal. Con él hizo partícipes a los presentes de su vida, de los suyos y de su pasión por las cofradías.

Comenzó alrededor de las nueve de la noche en la iglesia de la Merced. El pregón de las glorias de 2015 comenzó como terminó el pregón de las hermandades de penitencia de 1991, que también pronunció Varo. La Resurrección de Cristo, el punto de unión entre la Pasión y la Gloria. Dos maneras diferentes de vivir las cofradías que forman parte del día a día del pregonero. Hermano de la hermandad de la Misericordia desde que nació, debe su devoción cofrade a sus padres, el hilo conductor del pregón.

Su madre, su escuela

«Escuela de glorias, gloria de escuela», exclamó el pregonero haciendo referencia al primer contacto que tuvo con las hermandades de gloria. Su madre, su escuela, fue quien guió los primeros pasos y así lo reflejaban las palabras de Varo. Cofradías que fue introduciendo tras las letanías del rezo del Rosario en latín. Así lo leía su madre y así las trasladó él, tocando una a una las glorias de Córdoba.

Pero no olvidó Varo que en Córdoba «hay otras glorias». Las dolorosas de la Semana Santa de Córdoba también lo son pues, como manifestó el pregonero, cuánta gloria hay en María sosteniendo a su Hijo ya muerto en la talla de Nuestra Señora de las Angustias Coronada. O en la Señora de Córdoba, Nuestra Señora de los Dolores Coronada. «Para mí también lo son», exclamó.

Fue Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo la última talla en la que se detuvo el pregonero y la última parte de su alocución. Dedicó entonces un poema a la titular de la Misericordia, sentido y cuidado. Fue «lágrimas» la palabra con la que dio fin a un pregón marcado por los recuerdos y la profunda devoción de un hombre hacia las cofradías de gloria.

Ángel Varo traslada su vida al pregón de las glorias

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación