
La Redención de Córdoba, en ocho marchas
Un repaso por las obras que han marcado el carácter de la formación de la Huerta de la Reina en sus bodas de plata
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12345678«Oración», de José Manuel Mena Hervás
Músicos de la Redención, durante una actuación - ARCHIVO Era 1990 cuando nació la agrupación musical Nuestro Padre Jesús de la Redención en el seno de la entonces jovencísima hermandad de la Estrella, que acababa de llegar a su barrio de la Huerta de la Reina. Desde el primer momento aglutinó lo mejor de su estilo, le dio un sonido propio y muy clásico y se preocupó por tener un repertorio personal que conectó con el público que esperaba en las calles.
Fruto de aquellos años es una de sus primeras marchas emblemáticas: «Oración», de José Manuel Mena Hervás. La obra tiene el esquema clásico de la agrupación musical, con melodía agradable, solo y cambios de ritmo. Hoy se interpreta en toda Andalucía. Una de las más queridas para la banda, de un autor que además les dio obras como «Sagrada Cena» o «Nazareno de la Trinidad».
«¡Estrella!», de Francisco Javier González Ríos
Músicos de la banda, en un recital - ARCHIVO Cuando en 1997 salió por primera vez el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Redención, no pocos se sorprendieron al escuchar las primeras notas de una marcha que empezaba sin percusión y con una fuga de los metales graves. Se llamaba «¡Estrella!» y daba título al primer disco de la banda, presentado aquel mismo año. Desde entonces fue un himno para la formación y tras la sorpresa inicial, no fueron pocos quienes destacaron el valor de esta obra.
Francisco Javier González Ríos, autor sevillano, había escrito obras para la banda de las Cigarreras, siempre con el afán innovador muy presente, y brindó a la formación de la Huerta de la Reina obras como «Al Cristo de los Faroles», caracterizadas por el mismo afán innovador.
«Señor de San Basilio», de Nicolás Barbero
La banda, durante su acompañamiento a uno de sus pasos - ABC En la primera década del siglo XXI, la Redención ya había proclamado su voluntad de mantenerse en un estilo clásico, pero en permanente búsqueda de nuevas formas, y lejos de las modas que empezaban a imperar. Fruto de ello fue una pieza que venía a romper con los esquemas: «Señor de San Basilio», de Nicolás Barbero. La banda la grabó en su segundo disco, «Redentor Nuestro» y es un compendio de cambios de ritmo, sorpresas y temas que se suceden sin dar respiro al oyente atónito.
Nicolás Barbero, aclamado en toda Andalucía por piezas como «Lloras en tu Soledad» y «Sangre en tus clavos» (también en el repertorio de la banda) brindaría luego la muy solemne marcha «Siete Dolores» y abrió una senda de colaboración entre un autor y una formación condenados a entenderse.
«Angustia de María», de Jesús Lora
El banderín de la banda, estrenado en la Semana Santa de 2012 - ARCHIVO La banda tenía ya más de una década de vida y era natural que entre sus miembros comenzasen a aflorar músicos que querían adentrarse en el camino de la composición. Jesús Lora Vaquero fue uno de ellos y debutó en el segundo disco con «Angustia de María», que continuaba por los caminos de ir más allá de hacer al costalero cambiar de paso.
Jesús Lora brindaba con esta pieza una obra de profundidad y recogimiento y luego continuaría con marchas como «Silencio ante Herodes», fruto del conocimiento de una banda con estilo propio, que cuidaba tanto el sonido agudo como los graves, que ya empezaban a hacerse sonar en primer plano.
«Desconsuelo», de Antonio Moreno Pozo
El Cristo de la Clemencia, al que la banda acompaña desde hace un cuarto de siglo - ARCHIVO El Viernes Santo de 2008, la Redención dio un paso de gigante en la historia de las agrupaciones musicales. Desde aquel año, acompaña al Cristo de la Clemencia con un repertorio de marchas fúnebres insólitas hasta hacía poco en el género y muy apropiadas para un Viernes Santo. Aquel día se consagraron una marcha y un autor, porque sonó varias veces «Desconsuelo», que desveló en Córdoba el nombre de Antonio Moreno Pozo, y que hizo muchas veces pareja con «Siete Dolores», de Nicolás Barbero.
«Desconsuelo» se convirtió enseguida en una de las piezas maestras de la banda, por el desgarro, la sorprendente armonía, su carácter trágico y el lirismo que respiraba en muchos momentos, y dio a conocer a un autor, nacido en Puente Genil, que hoy es uno de los más importantes de Andalucía, tanto en agrupación como en banda de música. Luego brindó otras obras como «Estrella del Lunes Santo» y «O Redemptor».
«Penas en San Francisco», de José María Sánchez Martín
Uniformes expuestos en la muestra conmemorativa - ABC En 2009 publica la banda su tercer disco, «XX Aniversario», en que confirma su estilo e incorpora la novedad de sus marchas fúnebres, con «Desconsuelo» y «Siete Dolores» a la cabeza. Al margen de ellas, el trabajo incluye piezas como «Penas de San Francisco», del prolífico compositor José María Sánchez Martín, que recogen las aportaciones realizadas al género en esa época.
Así, en obras como éstas ya son visibles las alteraciones en el esquema clásico de las marchas de agrupación musical, si bien la Redención nunca renunció al sonido más puro de su género y mantuvo las piezas más conocidas del repertorio, con «La Saeta» a la cabeza.
«Clemencia, Señor», de Cristóbal López Gándara
El Cristo de la Clemencia, al que la banda acompaña desde 1990 - ARCHIVO A finales de la primera década del siglo XXI, la Redención incorporó a otro de sus compositores de cabecera, una de las jóvenes promesas más firmes de la composición en Andalucía. El ubetense Cristóbal López Gándara, entonces con muy poco más de veinte años, ofreció a la banda «Clemencia, Señor», que se dedica al Cristo de la cofradía de los Dolores, acompañado ya para entonces de forma permanente con marchas fúnebres.
Se trata de una obra en un tono muy reposado, casi camerístico, con notable protagonismo de las cornetas, que contrastan con el lamento de los metales graves, y que prestan un acompañamiento muy singular a la imagen, lejos de lo marcial y más cerca de una música de fondo de Viernes Santo. El autor ha escrito después «Con alma de Redención».
«La Santa Faz», de Abraham Padilla
Músicos de la banda el pasado Lunes Santo en el Pretorio - ARCHIVO Una de las últimas incorporaciones al repertorio es «La Santa Faz», escrita en el año 2013 por el músico gaditano Abraham Padilla y confirma la línea iniciada en los años anteriores, con preponderancia de los sonidos graves y la profundidad, en la estela de los grandes maestros del siglo XXI. Está construida como un «crescendo» dramático que llega a un clímax y posteriormente retorna a la calma.
La Redención culmina en parte el recorrido de 25 años con la voluntad de mantener las señas de identidad que en este tiempo la han convertido en una de las agrupaciones musicales más reconocidas, y más reconocibles, de Andalucía.