La sangría de población del Casco sigue: volvió a ser en 2023 el distrito de Córdoba que más habitantes perdió

Pero ésa es sólo la media de la urbe. De los nueve distritos en los que el Consistorio divide a la ciudad, en cinco se dio descenso. La caída la encabezó el Centro-Casco, agudizando su sangría de habitantes.

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En los cuatro que lograron incremento, la evolución más positiva la tuvo el de Polígonos Industriales -se debe sólo al área de Chinales, en expansión residencial-. De los 78 barrios en los que se estructura la capital -seis corresponden a los parques empresariales-, en 47 se produjo descenso [todos los datos en la tabla que acompaña la información].

El distrito del Centro-Casco fue el que más población perdió en 2023. Cuando ese ejercicio se despidió, contabilizó 44.500 habitantes. Eran 622 menos que en 2022 (-1,4%). Como el conjunto de la ciudad, no fue capaz de prolongar el alivio del ejercicio anterior, cuando sus residentes rompieron la tendencia descendente y crecieron un 0,3%. De esa constante pérdida de población da idea que, por ejemplo, en 2020 y 2021 también fue el distrito donde más adelgazó el padrón.

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Sus 14 barrios experimentaron bajada y en todos la caída superó a la de la capital. Entre ellos, el peor comportamiento lo tuvo San Basilio. Redujo un 3,7% sus vecinos: de 845 retrocedió a 814 (-31). Fue el quinto enclave de la ciudad en el que más habitantes se perdieron -y los cuatro que están por delante de él son notablemente más pequeños-.

El entorno de la Catedral fue el segundo barrio del corazón de la capital que más menguó su padrón. De 2.837 ciudadanos bajó a 2.745, con lo que el descenso fue del 3,2% (-92). El negativo podio de los enclaves que más habitantes perdieron en 2023 en este distrito lo completó la Ribera. Su cifra de vecinos se encogió un 1,7% (-22), con lo que su número descendió a 1.236.

Al otro extremo de la tabla se quedó San Cayetano, que fue la zona con menor descenso. El suyo se quedó en el 0,6%. Perdió 20 residentes y su padrón bajó a 3.469 ciudadanos.

Con la excepción de 2022, el dato de 2023 prolonga su sangría. Si se pone la lupa en el último cuatrienio, se ve perfectamente. Entre el 31 de diciembre de 2019 y ese mismo día de 2023 -periodo en el que el castigo del Covid se tuvo que dejar sentir en una población donde los mayores tienen un importante peso-, la cifra de habitantes del Centro-Casco menguó un 4,5% -la caída en la urbe fue del 0,5%-, con descensos todos los años menos el citado. Eso supuso 2.120 empadronados menos.

En sus 14 barrios, se perdió población en ese periodo. Y la peor parte se la llevó el entorno de la Catedral: merma del 10,3% (317 vecinos menos). Encadenó bajadas todos los ejercicios y no tuvo ni el alivio de 2022 (-0,2%).

En el análisis del último cuatrienio en el corazón de la ciudad, el segundo espacio donde más se notó la sangría fue el de San Basilio: su padrón encogió un 7,6% (-67). Y San Cayetano fue el tercero de este distrito con peor comportamiento, tras perder 228 habitantes (-6,2%), encadenando caídas todos los años. Al otro lado de la tabla, se situó La Magdalena, que fue, de estos 14 enclaves, el que menos castigo sufrió: -0,7% (-23).

Su herida demográfica se asienta en una población que va envejeciendo sin hallar relevo generacional. Los jóvenes no ven interesantes unos barrios a los que faltan equipamientos, que, eso sí, son complicados de generar en pleno corazón de la ciudad.

Juega también en contra de la llegada de nuevos vecinos la presión de las viviendas turísticas -reduce la oferta de pisos y eleva los precios y los alquileres de los que están disponibles-, a las que el Ayuntamiento ha decidido poner coto. Antes del verano, debe estar elaborada una ordenanza por la que no se darán más permisos en el Centro-Casco para viviendas de viajeros. El Consistorio tiene ante sí, además, el reto de desarrollar el nuevo Plan de Gestión de la parte antigua de la ciudad. Es un programa para revitalizarla. Se desarrollará a largo plazo -unos 20 años- y requerirá una inversión enorme (312 millones).

Hay otros cuatro distritos en los que el pasado año se saldó con descenso. En el segundo en el que fue más acusado fue en el de Levante. Cuando se despidió 2023, contabilizaba 46.346 habitantes. Eran 562 menos (-1,2%) que 365 días antes. Una caída que tiene el agravante de que en 2022 no se benefició de la subida general de la ciudad (-0,3%). En 2021, además, ya fue la segunda gran área con mayor retroceso.

Sus tres barrios vieron encogerse su padrón. Y el más poblado (17.442), el que da nombre a esta gran área, fue el que tuvo peor comportamiento: caída del 1,4% y 242 habitantes menos. Eso sí, le siguió muy de cerca Fátima (16.261), con un descenso del 1,3% (-210). Este enclave aguarda eternamente la Ciudad de Levante, recogida en el PGOU de 2001 y que le daría una gran expansión residencial (unas 4.700 viviendas). Los dueños de suelo en esa zona quieren impulsarla, pero el Ayuntamiento sigue teniendo dudas con su propuesta.

El distrito Fuensanta se situó en el tercer cajón de este negativo ranking tras un descenso del 0,71%. Contabilizó cerca de 200 habitantes menos y se quedó en 27.111. En 2022, tampoco se benefició del alza global de la capital (-0,2%). En 2021, además, fue el cuarto distrito con mayor caída y en 2020, el tercero. Sus habitantes van envejeciendo sin que los jóvenes hallen atractivo en unos barrios con un parque inmobiliario que va sumando muchos años a sus espaldas.

Su enclave con más habitantes, Fuensanta-Santuario (12.369), ejerció de locomotora de la bajada: se dejó por el camino de 2023 casi un centenar de vecinos (-0,8%).

Muy cerca del podio se quedó el Sur: -0,67%, con lo que sus habitantes se situaron en 35.320. Tras un 2022 en que logró un leve respiro (+0,1%), volvió a la senda de los descensos. Las caídas más fuertes se dieron en sus dos núcleos más poblados: Sector Sur (-0,8%) y Barrio del Guadalquivir (calcó la caída del anterior).

Cerró el listado de las grandes áreas en que se divide la ciudad que tuvieron descenso la de Poniente. Perdió casi dos centenares de residentes (-0,5%) y su cifra de empadronados se quedó en 43.180. No pudo prolongar su buen 2022 (+3,2%). Su buque insignia, Ciudad Jardín -pendiente eternamente de un plan de mejoras-, sufrió una bajada del 0,9% (-148).

El de los Polígonos Industriales fue el que logró un mayor crecimiento: saltó de 1.085 habitantes a 1.340. Es decir, se dio un aumento del 23,5% al contabilizarse 255 más. Este dato tiene un único responsable.

En esta gran área, se incluye la expansión residencial correspondiente a la reconversión de parte de lo que fue la bolsa de suelo industrial de Chinales. En dicha zona, se registraron 247 habitantes más. Esa cifra implica un estirón del 25,5% -el barrio de la capital con mayor subida si se exceptúa el diminuto núcleo del polígono de Pedroches- para quedar su cifra de residentes en 1.214.

El Noroeste se sitúa como el segundo distrito con mayor crecimiento y prolonga su línea ascendente de los últimos años. En 2023, ganó 807 vecinos (+1,4%), para situarse en 59.157. Ejercen de locomotora de su crecimiento San Rafael de la Albaida (abarca las nuevas promociones de Huerta de Santa Isabel y la espalda del Hipercor), con un estirón del 18,9% (+827 habitantes), y la Arruzafilla, otra zona de expansión residencial (+4,2% y +370).

El Periurbano se situó como el tercero con mejor evolución: su incremento interanual fue del 0,4%. Ganó 145 vecinos para alcanzar los 34.435. Encadena tres ejercicios de subida tras estancarse en 2020 (-0,1%).

El Norte es el que completó el listado de distritos con mejoría de la población. Logró una pequeña subida del 0,2%, que se tradujo en engordar su padrón en 67 ciudadanos. Ello elevó su cifra de residentes hasta los 36.084.