La respuesta del prestigioso arquitecto Norman Foster tras su visita a Bodegas Campos: «Increíble»

El prestigioso arquitecto inglés Norman Foster ha dejado huella en su paso por Bodegas Campos. O más bien este popular y castizo restaurante de Córdoba ha dejado sello en el tantas veces laureado arquitecto, a punto de cumplir 89 años. Foster ha recorrido el complejo de Bodegas Campos y su respuesta no ha podido ser otra en la firma de uno de los clásicos toneles del recinto: «Increíble».

Acompañado por varias personas de la estructura de Bodegas Campos y asistentes suyos, el arquitecto ha conocido la estructura de casas antiguas de la Axerquía que conforman el genuino restaurante del Casco de Córdoba con innumerables patios, estancias de auténtico sabor y conjugación del estilo má cordobés. Además de poder degustar su famosa cocina y platos.

El menú no ha podido empezar mejor: Foster ha pedido un fino de Montilla-Moriles frío. Luego no han faltado las berenjenas con salmorejo, y a ellos se han sumado, alcachofas, espárragos, huevos de codorniz con periquitos y atún.

Más de una treintena de proyectos de gran prestigio en todo el mundo llevan la firma de Norman Foster, casado con la psicóloga española Elena Ochoa desde 1996 y con quien tiene dos hijos (anteriormente enviudó y tenía cuatro del anterior matrimonio). La Torre Cepsa de Madrid es uno de sus últimos proyectos.

El arquitecto ha sido galardonado con el premio Pritzker en 19991 y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2009. Foster fue armado caballero en 1990 (Sir Norman Foster) y en 1997 se le confirió la Orden de Mérito. En 1999, La reina Isabel II le otorgó el título nobiliario vitalicio de Barón Foster de Thames Bank (Lord Foster of Thames Bank).

Además de la ampliación del Museo del Prado, en 2007, Norman Foster diseñó su primera bodega, Portia, para el grupo vinícola español Faustino en la localidad burgalesa de Gumiel de Izán. Actualmente, el estudio de Foster y sus asociados tiene oficinas en Londres, Madrid, Hong Kong, Abu Dhabi y Nueva York, con una plantilla de unas 1.200 personas.