CÓRDOBA ENTRE LÍNEAS
Rafael Vallejo, expresidente de la Diputación: «Pedro Sánchez hace cosas como si nos estuviera tomando por tontos»
Formó parte de la fundación del PSOE en Suresnes y no da crédito al partido actual: «Convocar elecciones el 23 de julio es un disparate»
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Vallejo conoció al PSOE en la puerta de Urgencias del Hospital Provincial de Jaén en 1972. «No había oído hablar de él en la vida, y quien me puso al tanto fue un compañero», recuerda el expresidente de la Diputación de Córdoba. Ese colega se llamaba Guillermo Galeote, que con el tiempo fue secretario general de Finanzas del partido. Juntos participaron en el Congreso de Suresnes.
-Desde su perspectiva como fundador del PSOE, ¿qué impresión tiene del partido actual?
-Yo no entiendo a la gente que es de algo de toda la vida, da igual que de un partido político o de lo que sea, porque las personas podemos cambiar de opinión, y las cosas y las organizaciones también cambian. Creo que el PSOE tiene que ver poco o muy poco que ver con el de entonces. Pero esto no es nada nuevo, porque hay tantos PSOE como épocas políticas ha habido en la Historia de España. Conozco a bastantes personas que participaron conmigo en la fundación del partido que piensan parecido, pero no sólo ellos, también simpatizantes, votantes, personas que pudieran haber visto el PSOE un instrumento para la transformación de España en los años ochenta, que no hubiera sido posible sin el PSOE y que tampoco la veo con el PSOE de ahora. Nicolás Redondo Terreros, que ha sido dirigente del PSOE en el País Vasco, que es algo importante a nivel nacional, hace pocos días hablaba unos Pactos de la Moncloa, y añadía que los veía difícil por los actores políticos que había en la actualidad. Yo veo ese deseo casi imposible.
-He leído en su muro de Facebook comentarios bastante críticos con Pedro Sánchez. En uno de ellos llega a calificarle de «caradura».
-Bueno, es que me resultan sorprendentes algunas de las cosas que hace. Como eso de entrevistar a los ministros que él nombra. Esto va más allá de la sorpresa. Es como si nos tomaran un poco por tontos o por algo así. Si es él quien nombra a los ministros.
-Cómo van a hablar mal de él.
-Claro, qué clases de respuestas vas a obtener... Es increíble.
-¿Qué diferencias hay entre mentir y cambiar de opinión?
-Hay una gran diferencia. Que una persona cambie de opinión es muy respetable. Y mentir es otra cosa: es hacer una afirmación que después no se cumple o que acabas haciendo lo contrario de lo que has dicho. Puedes cambiar de opinión de una cuestión de fe por ejemplo, o de un punto de vista.
-¿Y Pedro Sánchez miente o cambia de opinión?
-Claramente miente. Lo suyo no tiene nada que ver con un cambio de opinión. Esto son cosas que todo el mundo sabe. Se pone en evidencia. No creo que nadie caiga en un engaño como los suyos, que son tal pueriles...
-Usted también ha cargado en las redes sociales contra los pactos e Sánchez con EH Bildu. El portavoz socialista en el Ayuntamiento, Antonio Hurtado, insistió en una entrevista en este periódico durante la campaña de las municipales en que no había tal pacto, sino acuerdos puntuales, que es lo mismo que sostiene el presidente del Gobierno.
-Verá. Para mí tiene poca explicación empeñase en hacer un discurso o relato más bien para explicar algo que es muy difícil de explicar. Según de quién no vamos a conseguir nunca que se reconozcan unos hechos que son obvios. Porque es evidente que ha habido unos acuerdos, que no son puntuales ya que tienen una repercusión en la labor legislativa o ejecutiva. Si hay indultos es porque hay un acuerdo previo, un pacto previo a la formación del Gobierno, a la investidura. Y Bildu ha sacado contrapartidas por este motivo en Navarra y en el País Vasco. El que quiera ocultar eso... tiene escaso recorrido. Y el resultado de las elecciones municipales y autonómicas lo dicen claramente, no se trata de una opinión mía. La gente no acepta ciertas cosas, esos acuerdos con Esquerra Republicana, con Junts per Catalunya, que son los del tres por ciento de Jordi Pujol, o la Cup, que son antisistema, antidemocráticos, nacionalista. Es una amalgama de acuerdos que no casan con nada. Por eso hacía mención a los Pactos de la Moncloa, pero claro, entonces no participaron en ellos Herri Batasuna ni personas de pequeños grupúsculos antisistema, sino que eran pactos de Estado entre grandes partidos que estaban por la democracia.
-En una entrevista en este periódico en 2013 afirmaba usted lo siguiente: «El PSOE de Córdoba no existe».
-En cierto modo es una organización que está instalada en las administraciones. Hombre, existe porque hay personas que la forman. Pero yo hablo de su existencia o no ajena a las instituciones: si no estuviera en ellas sería muy probable que no existiera. De hecho, el cabeza de lista a las generales, Luis Planas, vida cordobesa tiene poca, por no decir ninguna: es una persona que ha estado ajena a la provincia y al PSOE de Córdoba y que de pronto aparece desde el Ministerio y puesto por Sánchez. Cuando el PSOE de Córdoba pierde las instituciones se debilita enormemente.
«Luis Planas no tiene vida en Córdoba: está puesto por Pedro Sánchez»
-Tras las municipales de mayo, los socialistas han perdido por segunda vez la Diputación y alcaldías importantes como Palma del Río, Lucena o Puente Genil.
-Bueno, esto forma parte de un proceso que no viene de hace un año. En los años noventa ya hubo un debate, aunque en falso, porque la teoría era que se enfrentaban Alfonso Guerra y Felipe González y con ello dos modelos distintos de organización, aunque años después, con la perspectiva del tiempo, lo que me hace pensar es que en realidad hubo una lucha de poder entre los dos y nos implicaron a muchos, y nos metimos ahí porque había un discurso político que no era cierto. Allí, lo que pasó es que el PSOE como institución perdió peso: Felipe lo que hizo fue darle el poder de las instituciones, que no del partido, a las personas.
-Usted conoce las temperaturas de Córdoba en verano y además es médico. ¿Qué le parece que tengamos que ir a votar un 23 de julio?
-Un auténtico disparate. No soy cordobés pero he pasado mi vida activa en Córdoba y mis hijos son cordobeses, y he estado representando a la provincia de Córdoba con interés y con gusto y de algunas de las cosas importantes de ella he participado. No tengo que justificar nada ni dar ninguna explicación. Por ejemplo, en su día peleé mucho para que el hospital de Pozoblanco se llevara a cabo, o para que se hicieran mejoras en el sistema sanitario de la provincia. Y estuve activamente en los debates sobre el AVE, de la conveniencia de que pasara y de que parara en Córdoba, o sobre el modelo de estación; y aunque había algunos prebostes locales que se inclinaban por que la estación fuera en trinchera, afortunadamente perdieron, y tenemos una estación subterránea que ha permitido un desarrollo muy armónico de la ciudad con unas mejoras extraordinarias en las comunicaciones: el dogal que era el vial del tren entre la zona norte y el centro desapareció, y ahora es un placer ver ese paseo y las conexiones que hay con El Brillante y con la Sierra. Y desde luego que lo del 23 de julio me parece un disparate, más fruto del cabreo del momento y de la desesperación que de una lógica o de tener en cuenta a la gente.
-¿Cree usted que la elección de esa fecha tiene una intencionalidad?
-Yo creo que es fruto de la desesperación. Intencionalidad no sé si llega a tener la fecha. Lo que sí me parece es absurdo.
-En una de las entrevistas más recientes, el periodista le preguntaba a Sánchez si se iba a marchar a casa en el caso de que no revalidar el puesto, y él contestaba, convencido, que contaba con poder formar gobierno.
-No vi esa entrevista, porque no me gustan las entrevistas que están hechas a la medida del entrevistado. Pero mi opinión es que Pedro Sánchez no se va: lo que sí puede pasar es que lo echen, que lo quiten.
-¿Zapatero ha salido al rescate de Sánchez?
-Conocí personalmente a Zapatero. Es una persona muy limitada. Lo de Zapatero fue por una serie de circunstancias ajenas a él: fue una casualidad por el atentado de Atocha y su mala gestión, por lo que se produjeo un vuelco de un millón de votos en un día. Ni él iba a ganar ni eso estaba previsto ni nada. Zapatero es una persona poco preparada, y creo que está actuando un poco a la desesperada: como diciendo, si Sánchez desaparece yo ya no tengo nada que hacer, no tengo ningún papel.
-Ha citado algunos proyectos importantes de Córdoba del pasado reciente. Ahora, el más importante que hay sobre la mesa es la Base Logística del Ejército de Tierra, que también ha entrado en la polémica política: el PSOE de Córdoba no deja de repetir que el mérito de que se vaya a hacer aquí es de Pedro Sánchez.
-No entiendo que una cosa así genere ese debate. En mi experiencia política viví con mucha intensidad el debate de cómo se hacía el AVE en Córdoba y la estación, y los mismos que criticaban la opción que finalmente salió se apuntaron luego como propio el proyecto cuando se acabó. Hay otros ejemplos, como El Cabril de Hornachuelos, que son unas instalaciones magníficas que costó mucho trabajo hacerlo por la oposición oportunista de algunos, pero se hizo. Yo he vivido todo el asunto de la Base Logística desde Jaén como una cosa frustrante.
-Claro, Jaén era la otra opción.
-Sí. Jaén esperaba que viniera aquí. Y es verdad que Jaén está francamente abandonada, marginada. Ahora bien, Córdoba reúne las condiciones necesarias para acoger la base sin lugar a dudas por sus vías de comunicación por carretera y por ferrocarril, y hay unas bases para hacer un aeropuerto mejor y unas instalaciones militares previas. Le veo poco sentido a arrogarse protagonismos, porque son las condiciones políticas o geopolíticas las que han hecho posible que el proyecto vaya finalmente a Córdoba, cosa que a mí me parece muy bien, lo que pasa es que claro, a quien le han creado expectativas en otros sitios y no le dicen la verdad, pues se sienten engañados.
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