Visto desde fuera
El plan era este
Es falso que el turismo desplazase al autóctono en el centro de Córdoba a las bravas
El Ayuntamiento de Córdoba limitará las viviendas turísticas nuevas en las zonas más presionadas
![Un hombre pasea por una calle del Casco de Córdoba](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/06/20/casco-historico-cordoba-k0kC-U602724804094AMC-1200x840@diario_abc.jpg)
La primera vez que compré una casa en el casco de Córdoba hubo amigos que me llamaron inconsciente. San Francisco, que era donde estaba, era un punto de distribución de cocaína veinticuatro siete, como dicen los modernos, por el cierre por obras de ... la zona del Arqueológico. Una parte de los peatones de estas calles bajaban a pillar porque turistas igual no había, pero camellos teníamos para regalar.
Existe un elogio de lo que nunca se vivió. Ese casco lleno de embrujo, de luces tenues y amaneceres rojizos era, en realidad, un jaleo de quinquis. No me hagan recordarles cómo era la Corredera de noche. En bares solamente estaba El Patri y algún antro que daba cobijo a las lumis y a sus chulos. Tugurios inclasificables y alguna taberna donde reinaban los personajes de la zona, fin de raza.
Toda la parte de Lucano era, cuando aún había un cine y casas de citas, un sitio a evitar a ciertas horas. La Ribera era un albañal y la gente de orden tendía a no pisar los alrededores de la Mezquita si no era estrictamente necesario. Y, de repente, llega el dinero de Europa del Urban, el plan de la plaza grande, el puente herrumbroso. La pasta gorda.
Lo que vino después estaba en todos los papeles oficiales que nadie lee con el nombre de terciarización, asumido como un riesgo cierto. Las autoridades y la gente del dinero optaron por una ciudad más extensa, por crear nuevos barrios que satisficiesen una necesidad inventada: la urbanización cerrada con piscina. Si usted genera una ciudad más grande, con más edificios, y no aumenta la población, la consecuencia más probable es que se genere un movimiento interior. El horror de Poniente y el vacío del casco es la consecuencia de aquella política deliberada.
Es falso que el turismo desplazase al autóctono en el centro de Córdoba a las bravas. Pudo pasar en Madrid o en Barcelona pero no aquí, no así. El vecino pobre fue trasladado a polígonos de vivienda social. El que tenía pasta se ha ido al Cortijo del Cura, al Parador, al Hipercor, a zonas nuevas con mejores servicios. Y el piso turístico y el narcopiso de la marihuana, todo hay que decirlo, ocuparon el hueco. Las casas viejas reformables se convierten en negocios. Las que no lo son caen en la infravivienda, en el okupa. Los barrios viejos son el patio de juegos de la ciudad, aptos para todas las fiestas habidas y por haber.
Esto lo quieren arreglar con una tasa de unos euritos o regulando el piso turístico de la Judería y el Campo de la Verdad. No se les ocurre activar Vimcorsa en la zona para alquileres a largo plazo, reformar las ridículas normas urbanísticas, abaratar los procesos de recuperación de casas viejas, hablar en serio de movilidad, adaptar impuestos o dejar de creer que una tienda de empanadillas es un negocio de proximidad. Porque el plan era este. Y ha sido un éxito.
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